Algunos pensaran que 20 años no son nada, otros que es toda una vida. Este año El Encuentro, la música argentina en Rosario cumple dos décadas de conciertos sobre los escenarios, de talleres colmados de artistas de todo el país y, sobre todo, de resistencia de formas musicales que sigue creciendo a la sombra de la industria. Como cada año el evento tendrá, desde este martes y hasta el sábado inclusive, una tupida grilla de artistas que se podrán disfrutar en escenarios como los del Teatro del Parque de España o la Sala Lavardén, y espacios formativos, que iniciarán el lunes, en los que intercambiar conocimientos con consagrados docentes de la escena nacional. Bruno Arias, Lilian Saba, Farhat Gangi, Hilda Alvarado, Chacho Echenique y Ángela Irene serán algunos y algunas de las que dirán presente en esta edición.
Los inicios
La historia de El Encuentro se remonta al 2002/2003, post crisis del 2001 en Argentina. Martín Neri y Juancho Perone se encontraron en una oficina municipal. El objetivo era retirar el pago de una presentación, pero la charla entre estos talentosos artistas fue una semilla. Los temas que surgieron fueron las problemáticas del sector, los espacios para tocar y la poca circulación que tenía la música popular más allá de su inminente crecimiento. “En esa charla pensamos: «Nos tenemos que juntar, tenemos que hacer algo»”, contó Neri a El Ciudadano.
“Pensamos que no se podía esperar, que había que hacer un ciclo o algo así y un año más tarde arrancamos con la primera edición de El Encuentro”, recordó el guitarrista, cantante y compositor.
Los y las fundadores de El Encuentro son Irene Rodríguez, Juancho Perone, Martín Neri, Myriam Cubelos y Raúl Rey. “Veníamos haciendo una música que tenía que ver con nuevas miradas sobre el folclore argentino. Éramos muchos artistas que íbamos a muchos lugares donde se hacían encuentros”, dijo Perone pero reflexionó: “Bueno muchos no, pero había dos o tres lugares en Argentina donde se hacían algunos encuentros de música de este estilo. En esos espacios nos cruzamos con Luna Monti y Juan Quintero, con El Negro Aguirre, que ya lo conocíamos. En general esos eventos tenían la particularidad de que se hacían muy a pulmón del artista, tenías que pagar pasaje y alojamiento. Estaban cubiertas solo las comidas o cosas así. Siempre el artista produciendo”.
“Un día nos juntamos y dijimos: «¿Por qué no armamos algo así en Rosario?». Esta es una ciudad de la que salieron un montón de esas expresiones. Yo participé con Miriam de algunos discos, están los discos que hicimos con Fander (Jorge Fandermole), como Primer Toque. Son materiales que marcaron a mucha gente de otros lados. Me sorprende encontrarme con músicos de todo el país me dicen: «A Primer Toque lo gasté», para mí fue increíble. Lo mismo que me pasó a mí cuando escuchaba al Chango Farías Gómez digamos, o a esos músicos que yo admirada que fueron los que me impulsaban a seguir en esto”, dijo el percusionista, compositor, arreglador y docente.
Fue así que las y los cinco artistas diagramaron lo que en ese momento se conoció como Encuentro Nacional de Músicos Populares. “Yo tenía pelo y largo, que no es poco”, bromeó Neri. “Las coyunturas hacen que, en perspectiva, y después de ir atravesando las nuevas experiencias te des cuenta de que era distinto. Era otro país, otra crisis. En el 2001 nosotros abrimos El Aserradero y en 2003 arranco El Encuentro. El Aserradero fue como un primer ensayo de un espacio que contenga ciertas expresiones”, agregó quien durante cinco años fue guitarrista del Dúo Salteño.
“Esto surge con la intención y la mirada del propio músico o música de que haya una agenda en el año donde pueda aparecer una determinada escena y que se pueda tener un trabajo digno. Porque también surge con la inquietud de que el músico o la música pueda cobrar un caché, que puedan venir y viajar como corresponde. O sea, dignificar una escena muy precarizada”, apuntó.
Atento al tiempo
“El Encuentro siempre tuvo la misma intención, y fue modificándose, a veces más a veces menos, dependiendo del mismo termómetro social que encontramos cada año”, dijo Neri y recordó un gran cambió que experimento el evento, el del nombre. “Hay un gran aprendizaje humano en lo colectivo, porque somos todes compañeres que trabajamos de esto. Entonces son todos aprendizaje. Sucedió que un gran momento la sociedad entendió que había un montón de minorías que no las estaba enunciando y ahí, claramente, este encuentro no podía hacer menos que enunciarse como correspondía, por eso dejó de llamarse «de músicos» entendiendo la coyuntura y viendo cómo podíamos refundar esto que es de todes. Terminamos decidiendo que sea El Encuentro, que, de alguna manera, ya lo era. Todes preguntaban ¿cuándo es El Encuentro?, y las otras aclaraciones, de músicas o músicos, eran secundarias. Le pusimos La Música Argentina en Rosario como para enmarcar lo federal que siempre fue también una bandera”, apuntó quien en 2015 editó el disco Matriz del Agua.
La música popular
Las expresiones que se muestran en El Encuentro tienen que ver con un folclore argentino que fue adquiriendo nuevos lenguajes y poniéndolos al servicio de un decir. “Hay una música que escuché del El Chango (Farías Gómez) y de todos los que tenían una visión diferente de la música, que no eran Los Fronterizos o Los Chalchaleros, esa cosa dinámica del folclore. Ese folclóre dicho de otra manera, con otra visión, ni mejor ni peor por su puesto”, explicó Perone.
Y puntualizó: “Tiene que ver con una música influenciada por estilos que a mí me gustaban, porque yo cuando era joven escuchaba jazz y música clásica. Me gustaba todo eso y pensaba por qué no poner esas influencias armónicas o melódicas que vienen por esa otra música en tu lenguaje, porque no aplicarla en lo que querés decir con una chacarera, por ejemplo. Y eso es lo que venían haciendo esos músicos”.
“El tema es que, en general, es una música que no le interesa a los mercados. Quizá es difícil de vender. No es lo que sucede los festivales veraniegos porque no busca que la gente salte y grite, no hace que los conciertos se conviertan en eso que se convierten los festivales que parecen una competencia deportiva más que artística. Van a ver quién lleno más o quien hace saltar a la gente alejándose cada vez más de lo artístico y acercándose a la farándula”, aseguró el artista que en la ciudad y cariñosamente se lo conoce como Juancho.
El debate sobre los festivales de folclore, la música que se escucha en las radios o esas que sumar visualizaciones en YouTube sería más larga, pero Perone recordó un reto de Myriam: “Ella me dijo: «En lugar de amargarte mirando Cosquín, generemos algo». Entonces fuimos a hablar con las autoridades de Cultura, en principio con las de Rosario, después se sumaron también las provinciales y nos vieron Bonilla, que no es poca cosa. Creo que fue porque nos conocíamos y humildemente, nos lo merecíamos. Pasaron distintos gobiernos, signos políticos y gobernantes, pero siempre El Encuentro estuvo en agenda”, dijo. Y aclaró: “Otra cosa que fue muy importante para nosotros fue que tanto Municipalidad como Provincia, e incluso Nación, que alguna vez aportó algo, nunca nos dijeron: «Traigan a fulano de tal». La curaduría de los números siempre fue nuestra. Siempre tratamos de ser muy puntillosos y discutimos mucho antes de tener una programación”.
“Este año tratamos de convocar a personas que han significado mucho, aunque algunos lamentablemente ya no están. También repensando incorporar a gente que necesita el espacio, la nueva escena, personas que nunca vinieron, personas que estuvieron desde un principio y algunos referentes que queremos mimar y abrazar como Chacho Echenique e Hilda Herrera”, adelantó Neri.
Visitantes Distinguidos
En el marco de los festejos por los 20 años de El Encuentro, la música argentina en Rosario Echenique y Herrera serán celebrados y declarados por el Concejo Municipal de Rosario como visitantes distinguidos. “Presentamos un proyecto y de forma unánime han votado para distinguirlos a ambos. Es una forma más de comunicar una importancia”, apuntó Neri.
“Hilda encarna perfectamente el arquetipo de artista y docente en el que pensamos. Alguien que no solamente se subió a un escenario e hizo cosas maravillosas, sino que también dedicó su vida a trasmitir eso. Cuando yo tenía 18 o 17 años iba a la facultad y tuve la suerte de colarme en una clase de Edgar Spinassi, un pianista genial cuyas clases me abrieron la cabeza y me llevaron a apasionarme por esta música. Él era pareja de Hilda, la trajimos a dar unas clases magistrales en el año 80. La conozco y admiro hace mucho tiempo, y me parece que se merece esta celebración porque es un personaje fundamental en la música argentina y en la formación. Y del Chacho qué hablar. Fue uno de los integrantes de uno de los acontecimientos más importantes de la música folclórica argentina, que fue el Dúo Salteño. Lo podríamos equiparar con El Cuchi, no en cuanto a obra, pero sí en lo que significó en su momento. La primera vez que escuchamos al Dúo Salteño dijimos: ¿esto qué es? ¿con qué se come? Veníamos de escuchar cosas osadas del Chango, pero eso fue una mirada realmente nueva”, recordó Perone.
“Seguían cantando una zamba o una chacarera, pero ¿de qué modo? Era raro, interesante, creativo e innovador, pero también accesible. Porque a veces haces una cosa rara y compleja que a la gente no le gusta”, aseguró quien supo compartir proyectos con Jorge Fandermole, Liliana Herrero, Claudio Bolzani, Iván Tarabelli y Carlos Velloso Colombres, entre otros y otras.
Formación y algoritmo
“Orgánicamente desde un principio los talleres también eran la otra pata del evento”, apuntó Martín Neri sobre un espacio de formación que con el correr de los años se fue imponiendo en el país y para el que artistas en formación viajan desde distintos puntos del país. “Tienen que ver con este gran anhelo de crear una escuela de música popular en Rosario que no existe. También con la idea de construir una escuela itinerante en la que una vez al año, se puedan convocar distintas y distintos profes para compartir su experiencia, no tanto desde lo académico, sino de un sitio más del vínculo con el conocimiento de cada región”, agregó.
Además, los talleres son un importante punto de resistencia contra los embates de la industria en la música que tiene a la homogeneización de la expresión artística. “En lo personal no me pasa como dicen algunos que son músicos, pero viven de la docencia, como si fuera una cuestión menor. Hace 40 años que doy clases, sigo dando clases y para mi es vital. La transmisión cada vez se produce más en la música argentina no oralmente como era tradicionalmente sino a través del aprendizaje de la música”, contó Perone.
“Siempre aparecen cosas novedosas. Gente que mira lo que vos ya viste, pero desde otro lado. Es un aprendizaje muy grande el tema de los talleres. Nosotros hacemos un promedio de 12 o 15 talleres por encuentro, son muchos. Ahora nos pasó, por ejemplo, que hay un chico de Río Cuarto que nos decía que hizo 24 talleres y que iba a festejar que venía a hacer el 25. Así como esa experiencia hay un montón. Hace 4 o 5 años se empezó a complicar el costo de los viajes, antes teníamos una afluencia muy grande de afuera de Rosario, casi el 80 por ciento venían de todos lados del país. Ahora ha disminuido ese porcentaje, pero sigue viniendo gente de todos lados”, recapituló Perone quien aseguró que muchas veces la discusión en la organización sobre grilla y talleristas es ardua y cansadora. “Pero es necesaria”, dijo. “Cada año siempre hay alguien que dice que es su último año. Pero así estamos hace 20 años. Es como una madre báncandose la panza, después cuando sucede la cosa, la alegría te hace olvidar todo”, agregó.
“El Encuentro es un lugar de resistencia, de sostener ese espacio de visibilización. Nosotros generalmente programamos cada noche algún artista que la gente conoce y lo va a ir a ver. Después el público se encuentra con dos o tres propuesta que no vio nunca y generalmente salen entusiasmados con las que no conocía. Eso es lo bueno. La gente tiene acceso a un montón de cosas que después, con todas las posibilidades que da internet, busca. Hay artistas que han venido por primera vez a Rosario por El Encuentro y después pueden venir por su cuenta. Como pasó con Juan Quintero y Luna Monti o con el Trío Aura. Muchos artistas que la gente conoció porque existe el espacio”, explicó.
“Yo diría que funciona como el algoritmo de YouTube, aunque ese es más maligno, pero tratamos de funcionar así. Hay melómanos que no dudarían en ir a escuchar a un músico de jazz que no conocen, porque el jazz se supone que es música buena. Pero con el folclore no está tan claro eso. Hay mucha gente que está acostumbrada a escuchar folclore con lo que sale en los medios y no se siente representada. A mí tampoco, no me siento para nada representado con lo que sale en los medios. Pero hay un montón de cosas que están sumergidas o que les cuesta mucho salir a la superficie. Diría que cada vez más, porque la brecha entre artistas que tienen millones de reproducciones y gente que no los conoce nadie, es cada vez es más grande a pesar de que parezca que hay mayor apertura. La idea es ofrecerle a la gente la posibilidad de escuchar cosas que no va a encontrar en otro lado”, invitó Perone.
“Hoy más que nunca (con la inteligencia artificial copando espacios) hay que pensar en el encuentro, resignificar la palabra. Pensar en las artesanías. Hoy el desafío se corrió y tiene que ver con traer a la gente al teatro, porque es una problemática. Saliendo de la industria es muy difícil que la gente vaya a los conciertos. Antes era complejo, post pandemia se profundizó. El Encuentro para mí es la contracultura de ese packaging que cada vez nos envuelve más”, concluyó.
Grilla completa
Este lunes en el Centro Cultural Fontanarrosa comenzarán a desarrollarse los talleres de El Encuentro entre los que se cuentan el de “El piano en nuestra música popular de raíz folklórica” dictado por Lilian Saba y el de “El Bajo en el lenguaje de la Música Popular” a cargo de Fernando Silva, entre muchos otros. Y a partir del martes habrá conciertos en la Sala Lavardén (Mendoza 1085), en el Auditorio Empleados de Comercio (Corrientes 450) y en el Teatro Parque de España (Sarmiento y el Río), a partir de las 20.30. Las entradas están a la venta a mil pesos en las boleterías de los espacios, en entradaslavardén.com y en 1000tickets.com.ar.
MARTES. Sala Lavardén.
-Wagner-Taján
-Garupá
-Del agrio dúo (Nico y Fede Pérez)
-Bruno Arias
MIÉRCOLES. Sala Lavardén.
-Muestra ensamble de guitarras a cargo de Marcelo Stenta
-Muestra ensamble vocal a cargo de Manu Navarro
-Sergio Zabala
-Angela Irene
-Aromo
-Chacho Echenique
JUEVES. Auditorio Empleados de Comercio.
-Mario Bernachea
-Tridente (Mario Díaz- Martín Mansilla- Roberto Calvo)
-Hilda Alvarado
-Marian Farias Gómez
VIERNES. Parque España.
-Lilian Saba
-Música argentina para cuerdas: Orquesta de Cámara Municipal de Rosario junto a Martín Neri, Myriam Cubelos, Julián Venegas, Aldana Moriconi, Juancho Perone, Marcelo Stenta y la dirección de Lucas Querini.
SÁBADO. Parque España.
– Muestra taller de danza
– Cuerdos Vocales
– Celebramos la obra y trayectoria de Hilda Herrera, junto a Eduardo Spinassi, Matias Martino, Susana Racliff y Nicolás Muller.
– Farhat Gangi