Newell’s jugó un gran partido ante Defensa y Justicia. Más allá de los tres puntos, que vienen muy bien en todo sentido, lo más importante es que el equipo tuvo un rendimiento alto, con un gran planteo táctico de Sanguinetti, una preparación física excelente y rendimientos individuales sin aplazos y con varios puntos altos.
El primer impacto positivo estuvo a la vista, sin necesidad de saber mucho de táctica o estrategia: el estado físico de los jugadores. Hacía mucho que no se veía a un equipo de Newell’s en ese nivel de preparación física. Rápido, potente, dinámico, pero además preciso. El Newell’s aletargado post pandemia se fue, o al menos no estuvo en el Parque ante Defensa. Y ese potencial físico tuvo una referencia clara. El equipo de Beccacece generalmente se impone físicamente a los rivales, esta vez fue al revés. La Lepra lo maniató, lo asfixió, lo disminuyó como equipo.
Otro punto a favor fue la gran lectura de Sanguinetti del partido. Y del rival. Presión alta y escalonada, con Fernández y Pérez cortando el posible pase a los generadores de juego. Eso permitió recuperar muchas pelotas en terreno ajeno, como en la jugada del gol. E incluso generó la expulsión de Colombo.
Por último, no menos importante, hubo rendimientos altos de varios futbolistas. Cristian Lema fue más parecido al de la primera etapa de Kudelka; Julián Fernández se multiplicó en el mediocampo, con muchos quites y bien secundado por Pablo Pérez; Panchito González ganó siempre con su velocidad y a eso le sumó un gol; y Ramiro Sordo y Juan Garro se desgastaron para recuperar pelotas en salida rival. Además, el uruguayo Méndez, Mauricio Arboleda y Willer Ditta cumplieron.
Hubo un destacado más: Leonel Vangioni. El Piri tuvo un regreso triunfal que mereció el aplaudo de los hinchas. Y fue merecido.
En números, el Piri se destacó en quites, con cinco; además tuvo una precisión alta de 88% en pases, y 8 pases largos precisos. También envió varios centros “envenenados”, aunque no tuvo un nueve que aprovechara esos lanzamientos.
Pero hubo algo más. Lo intengible, eso que marca la diferecia entre jugadores del montón y otros que se gana el cariño de los hinchas. Y el Piri tuvo ese intangible: jugó con el corazón. En los últimos 15 minutos, cuando el equipo retrocedió un poco y Defensa obligó más, el oriundo de Villa Constitución sacó todo, de abajo, de arriba, salió jugando, aguantó la pelota, e incluso tapó un remate con destino de red.
Ahora habrá que ratificar lo hecho el martes ante Argentinos. Con la posibilidad de incluir a Djorkaeff Reasco o Juan Manuel García. Aunque lo más probable es que ambos vayan al banco.
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Lo importante es que el equipo se muestra distinto. No juega con paso cansino y pocas ideas. No deambula por la cancha buscando casualidades que le permitan llegar a un gol. Hay un plan, que puede resultar o no, pero es claro. Y hay una preparación física que acompaña a ese idea, lo que no es poco.
