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El error es dividir por líneas erróneas

Chacho Álvarez dejó entrever errores en la interpretación que realizaron del voto de los porteños algunos sectores del kirchnerismo.

Nicolás Tereschuk (Noticias Argentinas).- El ex vicepresidente Carlos Chacho Álvarez conoce a los porteños y el pensamiento de las clases medias de la Argentina como pocos dirigentes y, más allá de los errores que él mismo ha reconocido en su carrera política, lleva una marca que nadie le puede quitar: en su momento construyó poder político electoral lejos del oficialismo de turno y también del Estado.

Por eso escuchar su análisis político, hoy afín al kirchnerismo, aunque sin fanatismos y con tono reflexivo, puede arrojar algunas claves para interpretar la realidad, tanto desde el punto de vista del oficialismo como del de la oposición.

“No sé por qué (Mauricio) Macri necesita un análisis casi antropológico. Es una derecha con un electorado que no es ideológico, nada más”, señaló Álvarez.

Durante una entrevista que ofreció esta semana al Canal 26, el ex vicepresidente dejó entrever errores en la interpretación que realizaron del voto de los porteños algunos sectores del kirchnerismo. “Es un electorado que podía votar al Frepaso en el 97 y votó a Macri. Pasó en mi barrio, con mis vecinos, yo vivo en Paraguay entre Scalabrini Ortiz y Malabia”, explicó.

Parece ser una lectura del “ánimo porteño” más parecida a la que, con éxito, llevaron adelante los asesores de Mauricio Macri durante la campaña, que a la irritación que mostraron referentes políticos y culturales alineados con el oficialismo.

Para Álvarez, “el error es dividir la capital por izquierda o derecha: no se divide por izquierda o derecha, la división sigue siendo peronismo-antiperonismo, kirchnerismo-antikirchnerismo”.

A pesar del voto masivo contra la propuesta kirchnerista en la Capital, el fundador del Frente Grande buscó relativizar las posibilidades de la oposición a nivel nacional. “Cuando vos votás local, subnacional, votás con una lógica, votás más liberado. Cuando votás nacional hacés otro análisis, no es lo mismo el voto nacional que el voto subnacional, de una intendencia o de una gobernación”, puntualizó.

¿Qué piensa alguien que fue un “as” en generar “hechos políticos” desde la oposición durante los años 90, de los sectores enfrentados al kirchnerismo modelo 2011?

Para Álvarez, el conglomerado opositor carece de dos elementos: un “liderazgo que entusiasme y que proyecte un sentido distinto de sociedad” y una voluntad de unir a sectores que tienen “parecidos de familia”.

“Hay una fragmentación entre familias de iguales. Los dirigentes que salen de la matriz radical” deberían poder confluir, evaluó el ex vicepresidente. El ex jefe político del Mercosur deja además una verdad de hierro: “Al peronismo, cuando se corre a la izquierda no se le puede ganar por izquierda, pasó en el período 45-55, pasó en los 70 y pasa ahora”.

¿Se trata acaso del enfoque que está aplicando por estos días Ricardo Alfonsín, con una campaña que apunta con todo contra la inseguridad y la inflación?

Cuando mira hacia el campo oficialista, Álvarez reconoce que hay tensiones porque “no hay hipótesis de derrota nacional”.

De todos modos, pondera el “liderazgo firme” de Cristina Fernández y relativiza la posibilidad de que se registren desgajamientos peronistas.

“Una buena gestión disciplina mucho al peronismo. El peronismo siente dónde está el poder, por eso (Eduardo) Duhalde no avanza. Porque no transmite la idea de que puede competir por el poder, por eso peronistas ortodoxos no se van”, señaló.

El ex vicepresidente evaluó que se registran en el kirchnerismo “tensiones manejables y administrables” y descree de un “cambio de clima” político. Llama la atención entonces sobre las opiniones de dirigentes que conoce bien por su pasado rol al frente del Mercosur. “La oposición dice que quiere ser como Brasil y Uruguay, pero cuando Cristina va a Brasil, Lula dice Cristina, yo votaría por vos”. Y lo mismo pasa con José Pepe Mujica (presidente uruguayo), que viene aquí y le dice a Cristina sigamos juntos “, señaló.

De todos modos, deja algunas definiciones que también suenan como una sugerencia de cambio para algunos sectores kirchneristas: “No sirve tener un planteo sectario, que achique tu propio cambio”. “A la clase media no hay que darla por perdida”, evaluó Álvarez, quien durante los años 90 supo contar con buena parte de la simpatía de ese sector social, tan cambiante y a la vez, tan inmutable en sus estrategias políticas.

 

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