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«El espionaje ilegal fue política de Estado de Macri», explica la autora del libro Espiados

Bartoli describe en su texto, el funcionamiento de una red de espionaje ilegal que funcionó durante el gobierno de Macri y fue develada a partir de la causa que en 2019 inició el entonces juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla al falso abogado y agente o de inteligencia Marcelo D'Alessio

Por Paula De Lillo y Ornella Rapallini/ Telam

La periodista María Belén Bartoli describe en su libro «Espiados» de forma detallada el funcionamiento de una red de espionaje ilegal que funcionó durante el gobierno de Mauricio Macri y fue develada a partir de las revelaciones que surgieron en la causa que en 2019 inició el entonces juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla al falso abogado y agente inorgánico de inteligencia Marcelo D’Alessio.

Este trabajo publicado por la editorial Continente y prologado por el periodista Santiago O’Donnell, tiene como punto de partida la denuncia del empresario y chacarero Pedro Etchebest, quien grabó y filmó las extorsiones de D’Alessio, como parte de unas de las tantas operaciones que realizaba. La autora reflexionó en una entrevista para Télam sobre cómo la investigación del caso D’Alessio es tan solo «el principio de muchas otras causas que siguen descubriéndose en el país».

«No tengo dudas de que Mauricio Macri avaló este sistema de espionaje ilegal financiado por el gobierno como política de Estado», afirmó la autora al referirse a su obra, en la cual describe una profusa red conformada por jueces, fiscales, periodistas, funcionarios y agentes de la AFI.

Bartoli siguió el avance de la causa desde sus inicios y recopiló al menos 350 citas extraídas de conversaciones halladas entre los implicados, y realizó además varias entrevistas a varias personas que figuran en el expediente.

«No podemos pensar que Marcelo D’Alessio es un ‘loquito’ que andaba haciendo cuentapropismo y operaciones de espionaje ilegal él solo. Para mí es un gran agente de inteligencia que tenía banca política, banca internacional desde los Estados Unidos y banca en la Justicia y en la Policía», aseguró la periodista.

 

Entrevista a la autora

 

— ¿Por qué cree que D’Alessio le dijo al juez Ramos Padilla que podía «hacer caer» el gobierno de Mauricio Macri?

— No sé si podría hacer caer el gobierno de Macri, pero creo que tenía información muy sensible. No va a decir todo lo que sabe porque hoy está vivo y mañana no. De hecho terminó siendo espiado porque le pusieron una cámara de seguridad en la celda a pedido del abogado defensor, porque lo invitaban a suicidarse. Son cuestiones que no salieron a la luz mediáticamente.

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— ¿Le soltaron la mano a D’Alessio?

— Cuando explotó la causa no le soltaron la mano, al contrario, presentaron una catarata de denuncias en Comodoro Py donde podían tener un control de daños, pero después la causa tomó vida propia. Ahora, lo que está haciendo D’Alessio es lo propio de un espía de inteligencia. La dilata la situación y pretende aparecer como un perejil que va a caer solo, pero no está cayendo.

Mientras D’Alessio y el fiscal Stornelli, entre otros acusados, esperan ser juzgados, la Cámara Federal de Casación Penal decidió que la causa pase a los tribunales federales de Comodoro Py. Pero en este traslado se encierra, para Bartoli «una paradoja», ya que el juez Julián Ercolini tramitará las dos causas que involucran al integrante del Ministerio Público en lugares contrapuestos.

En la causa iniciada en Dolores el fiscal está acusado, y en la otra, es denunciante contra el propio D’Alessio a quien acusa de haber usado su nombre para llevar adelante prácticas extorsivas.

— ¿Qué cambia con el traslado de la causa D’Alessio a los Tribunales Federales de Comodoro Py?

—Que el juez Ercolini tenga las dos causas es una jugada política que no tiene como fin conseguir la justicia. Es una tomada de pelo a la sociedad, pero veremos si Ercolini se anima a pagar el costo político de dejar en libertad a D’Alessio y a todos los implicados.

— ¿Cómo vincula el caso D’Alessio a otras causas de espionaje que se conocieron durante la gestión de Macri?

—El libro es como el ABC de toda esta práctica (del espionaje ilegal). Fue la primera causa contra el gobierno de Mauricio Macri en la que destapó la persecución y las escuchas ilegales que denunciaban los diputados como Leopoldo Moreau y Rodolfo Tailhade. Macri, ni bien asumió, determinó por decreto que los fondos de la AFI fueran reservados y pasó la agencia de escuchas de la Procuración a la Corte Suprema. Acá hubo una política de Estado. En ese momento había una especie de «vacío» en la AFI porque el director Jaime Stiuso ya no estaba, al menos no de manera formal, y el expresidente puso a dos personas de confianza para él como Gustavo Arribas, que es su amigo personal, y Silvia Majdalani, con llegada al mundillo de la inteligencia.

— ¿Cómo se vincula este con la denuncia de la mesa judicial bonaerense que operó durante el gobierno de María Eugenia Vidal?

— La mesa judicial bonaerense demuestra que María Eugenia Vidal también utilizó el espionaje ilegal del cual fue víctima. Con el macrismo se agregaron seis bases de inteligencia más en la provincia de Buenos Aires y Arribas y Majdalani confirmaron públicamente que esa idea contó con el aval de la exgobernadora. Todavía no termina de explotar todo lo que pasó con las bases AMBA, que es de una gravedad institucional enorme. Hay más de 70 mil videos y fotos donde espiaban desde comedores hasta quiénes se reunían en el Partido Justicialista bonaerense. Se espiaba a los propios y los ajenos para tenerlos al látigo de un carpetazo.

 

— ¿Qué piensa de la respuesta mediática que dio María Eugenia Vidal al respecto?

— No le puedo creer a una exgobernadora cuando dice que la AFI que la espiaba no respondía órdenes de superiores. Espiar a los propios está en la esencia de Mauricio Macri, que asumió procesado por escuchas ilegales a su familia. Vidal hoy dice barbaridades. La AFI siempre le fue funcional a todos los gobiernos y el espionaje político siempre existió, pero nunca de una manera tan alevosa y bestial como durante el macrismo.

— ¿Hay aún espionaje ilegal por parte del macrismo?

— Si Macri está libre no puedo decir que no exista el espionaje ilegal. No creo que actualmente pueda seguir funcionando tal como lo describo en el libro, pero todavía hay un poder residual fuerte. Quizás el espionaje ahora esté más limitado porque hay más alertas, pero el macrismo sigue siendo gobierno en algunos lugares, incluso hay agentes que tienen puestos en blanco en la Ciudad de Buenos Aires.

— En el libro plantea que el caso D’Alessio «puso en jaque la forma de hacer justicia» ¿Se relaciona esta idea con la necesidad de hacer una reforma judicial?

— El espionaje debilita el sistema democrático y lleva a descreer de la justicia. No sólo es necesaria una reforma del sistema judicial, sino también de la Ley de Inteligencia. La causa D’Alessio rompe con el engranaje maquiavélicamente pensado, te lo desnuda. Hoy no existe un sistema judicial independiente del sistema político, pero si la dirigencia política y la judicial no están a la altura de las circunstancias. Los nuevos parámetros y límites para seguir viviendo en democracia vendrán de la sociedad.

 

Información del libro y cómo conseguirlo

 

El libro «Espiados. Un agente: Marcelo D’Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino en jaque» (Ed. Continente), con prólogo de Santiago O’Donell, se puede conseguir en todas las librerías del país y en versión digital.

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