La justicia brasileña propuso hoy que el estadio Arena Amazonia, ubicado en la ciudad de Manaos, al norte de Brasil, sea convertido en cárcel provisional luego de que culmine el Mundial de fútbol 2014, del cual será sede, para hacer frente al hacinamiento de presos.
La idea fue del juez local Sabino Marques, quien afirmó que el estadio, tras el Mundial, quedará «totalmente inactivo», en tanto en la cárcel de Manaos, que tiene capacidad para 300 personas, hay por lo menos mil reclusos.
La justicia de Amazonas sugirió dicha medida al gobierno estatal para que el estadio no se convierta en un Elefante Blanco y su mantenimiento posterior no desemboque en actos de corrupción.
El Arena Amazonia, con capacidad para 44.000 personas, recibirá cuatro partidos del Mundial y su construcción demandó 280 millones de dólares, aunque el estado de Manaos, con una población de 2,5 millones de personas, no tiene un equipo en ninguna categoría del fútbol brasileño.