Vanesa Celma fue víctima de violencia de género. Si bien la Justicia nunca reconoció esa situación, incluso la fiscal del caso aseguró en el expediente que «murió por amor». Trece años después, el Estado provincial le pidió perdón a sus hijos por la actuación estatal en el caso. No solo de la Justicia, sino también de la Policía. Eva Dominguez, es cuñada de Vanesa, y fue una luchadora incansable para demostrar que se trató de un femicidio, que era víctima de violencia de género. Si bien judicialmente la causa se archivó, un reclamo internacional sobre el caso derivó en este pedido de perdón que resultó reparador.
Vanesa Celma estaba embarazada y el 29 de junio de 2010 salió de su casa envuelta en llamas. El ataque tuvo lugar dentro del dormitorio de la vivienda donde se encontraba junto a su marido. La joven estuvo varios meses internada pero no pudo recuperarse de las lesiones sufridas y falleció.
Su pareja Omar Díaz se desligó del hecho y aseveró que se trató de una autolesión. La Justicia nunca creyó en el planteo de que Vanesa era una víctima crónica de violencia de género y no tuvieron en cuenta el testimonio de una enfermera que relató los episodios violentos que vivió Vanesa, la jueza aseguró que era un testimonio de oídas. La causa fue archivada.
Eva contó que hace unos cinco años, cuando su suegro aún estaba con vida y tras el archivo de la causa, surgió la posibilidad de hacer un planteo internacional en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, “se hizo el reclamo internacional”.
La mujer contó que ante la presentación la Argentina “quiso entrar en un momento amistoso y reconocieron que el Estado no actuó con perspectiva de género, que el caso fue cerrado, que la Policía actuó encubriendo a su pareja y que el daño que hicieron fue irreparable”.
Lucia Araoz dijo que Vanesa “se muere por amor”, en relación a la fiscal que estuvo a cargo del caso. Eva recordó que en el recorrido hecho en estos 13 años quiso “que me explicaran por qué no hubo justicia, terminaron creyendo que era una loca y se murió. Por años siempre cuestioné eso”.
Recordó que Vanesa le contó lo que padeció a una enfermera y no lo creyeron. Hoy con la ciberviolencia, la violencia simbólica y psicológica un mensaje de texto te sirve como prueba.
Pedido de perdón
Eva explicó que se firmó un convenio donde intervino el hijo de Vanesa, que es mayor de edad, también su hermana de 13 años que nació mientras Vanesa estuvo internada, donde hay un pedido de disculpas.
“Fue muy restaurador para la familia, el nene tiene hoy 18 años y pudo hablar porque le explicaron cómo fue que falló la Justicia con Vanesa. Se le aclaró que ella fue una víctima de violencia de género y en ese contexto pudo explicar que no sabía si se sentía feliz pero estaba bien, aliviado, y que su mamá no estaba loca”.
Fue muy emocionante escucharlo de boca de él, fue reparador. Dijo que su sobrino pudo escuchar “de gente que no éramos nosotros la explicación de que el caso de su mamá fue violencia de género”, refirió.
Lo reparativo para nosotros es que van a hacer capacitaciones para la Policía, para la Justicia. Es un caso testigo para presentarlo con perspectiva de género. Entendieron los chicos la importancia de la lucha, de pedir justicia y cuando se resuelve así, da gusto para la familia sacar la mochila.
Eva fue una incansable militante de la causa de su cuñada, en la que fue acompañada por distintas organizaciones como Mujeres de Negro, Mumalá, entre otras que también estuvieron presentes este martes en la firma del convenio. Dijo que “es el lugar que el destino me asignó. Me tocó cuidarla el día que nació Vanesa y decirle a la mamá que falleció, son etapas que me tocó en la vida, postas. Que el nene hoy haya podido hablar valió la pena”, aseguró.
