Tenían la bronca atragantada desde 2017, cuando la navidad basquetbolera le trajo el regalo del título a Atalaya y se olvidó de ellos. Todavía les dolía haber tocado a la puerta de la Copa Santa Fe una y otra vez, pero quedar siempre a un paso de que la gloria atienda y reciba como se merece un equipo que hace rato hace las cosas muy bien. Pero no lo vociferaban, no lo exponían a los cuatro vientos, atendían el dolor de lo perdido de la manera más productiva: entrenando, alistándose para no dejar pasar una nueva oportunidad.
Que El Tala es protagonista en cada torneo que juega no es novedad, que mantiene una línea tampoco. La dirigencia apostó a una idea, Gustavo Lalima la proyecta, y el trabajo se sostiene firme con el paso de los años, con algunas modificaciones y vaivenes, con algunos sinsabores (están claro que no siempre se gana) y muchas alegrías. Top 4, torneo oficial, Copa 90 Aniversario, los éxitos se acumulan en las vitrinas, pero el saber que están dentro de la elite no alcanza, tienen que demostrarlo y la ilusión se renueva.
Es verdad que en cada torneo aparecen candidatos con nombres resonantes que se roban la atención, pero al final de cada tramo, El Tala está metido en la pelea.
El cuadrangular final de la segunda edición de la Superliga no fue la excepción y el Claudio Newell’s que los vio llorar de tristeza también los observó gozar de alegría y regar con el champán de la victoria un parqué en el que trabajaron durante 40 minutos para justificar el festejo.
El Tala es el campeón del básquet rosarino. Lo es porque se impuso a Talleres 79 a 63 en el duelo de cierre del cuadrangular. Lo es porque llevó a cabo un plan cercano a la perfección y porque borró durante largo rato de la cancha a un equipo muy duro que parecía estar en su momento de campeonar.
Los de Lalima se la jugaron a evitar que Talleres corra y apostaron a duplicar o triplicar la defensa cerca del cesto contra Johnson y Chiana, para obligar a la T a ganar el partido desde la larga distancia. Y en el primer cuarto, cuando Tato salió al perímetro hizo que su ex equipo la pase realmente mal. Talleres se escapó 14 a 4 en el marcador, pero El Tala no dudó y se mantuvo en la idea.
La paciencia poco a poco dio espacios y fue Ríos el que mostró el camino atacando el eje de cancha y el sector defendido por Johnson para que el juego empiece a caminar por la vereda de la paridad. Había pasado el cimbronazo y El Tala comenzaba a construir su victoria.
Mejoró Talleres atrás con Bronzino en el segundo parcial, pero también se hizo compacta la defensa de El Tala con Mac Guire bancándose el uno contra uno ante los pivots rivales. Fue un período flojo, trabado, pero que abrió las puertas a la definición. Cuando algo está tan parejo y chato, el que cambia el ritmo y rompe esquemas puede lograr un quiebre definitivo.
Y fue El Tala el que lo hizo. Endureció atrás con la ventaja que le da tener un plantel de estatura mediana para el básquet pero en todo su quinteto. Y con gol. Los cambios en defensa no se sufren, los bloqueos siempre están, el rebote no es un desafío, y claro, cualquiera la puede meter.
Contuvo atrás, se hizo granito la defensa, y en ofensiva el movimiento de pelota generó grietas en la T. Enormes. Hubo gol, altísima efectividad en triples, y tuvo a Matías Quiroga inspirado. El ex Atlantic volvió para repetir la epopeya de 2012 y pagó con un segundo tiempo de ensueño.
Talleres era impericia, desazón y nula reacción o respuesta. Chiana casi no pudo tirar al aro y apenas si llegó al gol desde la línea de libres, el perímetro se apagó y usar a Johnson yo no fue demasiada ventaja. La zona no resultó, la presión tampoco.
Y El Tala hizo lo que sabe hacer. Planchó el partido, lo durmió, pinchó la pelota y jugó con el reloj, incluso subiendo la bola a puro pase cuando apostó a un quinteto sin base natural. Para cuando los de VGG se dieron cuenta, la historia no podía modificarse.
Después vino la alegría, la espuma, el festejo, las lágrimas de alegría y la revancha por el cierre de 2017.
SÍNTESIS
TALLERES 63: Leandro Quarroz 7, Matías Medrano 12, Joaquín Cingolani 6, Agustín Chiana 23, Byron Johnson 12 (fi), Gustavo Bronzino 0, Mauro Burgos 3, Julián Eydallín 0. DT: Juan Manuel Gattone.
EL TALA 79: Franco Bertonazzi 6, Joaquín Ríos 22, Fernando Scalella 8, Matías Quiroga 21, Santiago Cabrejas 14 (fi), Andrés Mac Guire 0, Augusto Capra 8, Pedro Paz 0, Matías Sequier 0. DT: Gustavo Lalima.
ESTADIO: Newell’s
ÁRBITROS: Cristian Alfaro, Alberto García y Walter Valente
PARCIALES: 23/20, 32/31 y 48/57
LOS TÍTULOS
El Tala fue campeón en 2012 del certamen oficial, en 2016 de la Copa 90 Aniversario y ganó los Top 4 de 2012 y 2008. Andrés Mac Guire, el único que estuvo en todas.
14-9
El Tala ganó 9 y perdió 9 en fase regular, para luego derrotar 2 a 0 a Sportivo América en playoffs y quedarse con los tres juegos de este cuadrangular.
EL PLANTEL CAMPEÓN
Franco Bertonazzi, Joaquín Ríos, Santiago Cabrejas, Fernando Scalella, Matías Quiroga, Aldo Conde, Andrés MacGuire, Theo Santa Cruz, Augusto Capra, Pedro Paz, Dante Gubero, Matías Sequier. DT: Gustavo Lalima. Asistente: Néstor Ruíz Díaz.
TERCER PUESTO
TEMPERLEY 71: Mauro Gómez 13, Juan Cruz Dellarossa 15, Mariano Argüero 1, Gonzalo Zorrilla 13, Erick Topino 21 (fi), Álvaro Roig 6, Franco Carnovale 2. DT: Nicolás Botti.
ATALAYA 68: Lautaro Suárez 2, Aaron Capra 16, Santiago Orellano 8, Maximiliano Yanson 15, Federico Pérez 20 (fi), Emanuel Rava 3, Facundo Maruelli 2, Gonzalo Tapatta 2, Juan José Borches 0, Alejandro Ettorre 0. DT: Mariano Junco.
UNA FILA DE LIGA
En la primera fila de plateas, la final tuvo un lujazo con espectadores como Omar Cantón, Guido Mariani, Pablo Fernández, Franco Borsellino, Rodrigo Sánchez, Leandro Faranna, Juan Pablo Camino, Sebastián Mignani y Lucas de la Fuente.
JUNTOS
En pos de erradicar la violencia, ambos planteles y los jueces se fotografiaron juntos en la previa de la final.