Fernando Godoy, el hombre de 23 años condenado el año pasado por el femicidio de Tamara Merlo, saldrá en libertad con restricciones. Así lo resolvió este viernes la jueza Silvia Castelli. El imputado pedía la libertad desde fines de diciembre, luego que la Cámara Penal modificara el encuadre legal a homicidio culposo (sin intención) y le redujera la condena de perpetua a 3 años de prisión.
“Parece que para la Justicia la vida de mi hija no valió nada”, dijo Graciela, la mamá de Tamara, luego de conocer la decisión judicial. El jueves, la jueza Castelli escuchó a la defensa de Godoy y a la mamá de Merlo. Analizó los informes de la defensa, de la Cámara Penal y de la fiscal Georgina Pairola, quien pidió que Godoy continuara en prisión. Castelli se tomó 24 horas para analizar la situación y este viernes comunicó su resolución: dejarlo en libertad.
“Ella también tenía derecho a vivir; tenía 18 años y toda la vida por delante. Tenía alguna expectativa, pero para la Justicia lo que le pasó a mi hija fue un accidente”, lamentó Graciela. La mujer salió de la audiencia con una orden de restricción de acercamiento para que Godoy no se acerque a ella ni a su nieto de 4 años, de quien cuida desde hace 2 y medio cuando Tamara fue asesinada.
Según dijo Graciela a Rosario 12, Fiscalía insistirá con revisar la decisión. “No voy a bajar los brazos, voy a seguir porque no puede ser que la Justicia le responda antes a los imputados que a las víctimas”, agregó.
Perpetua para Fernando Godoy por el femicidio de Tamara Merlo
Cuando murió Tamara, de 18 años, como consecuencia de un balazo en el pecho en la noche del 10 de junio de 2017, hacía un mes que convivía con Fernando. Ella había estado en un cumpleaños infantil en un salón de eventos con su hijo de un año y medio, por donde él la pasó a buscar cerca de las 22, para ir a su casa de Alvear al 3200, en la zona norte de Villa Gobernador Gálvez.
Una hora después él la llevaba al hospital Gamen con una herida de bala que le provocó la muerte antes de llegar al centro asistencial.
Por entonces, Godoy dijo que los habían seguido desde la fiesta y que al llegar a su domicilio los habían atacado para robarles, y que en el intento le habían disparado a Tamara. Sostuvo la versión hasta que, por contradicciones en el relato, la Justicia dispuso allanar la casa: allí incautaron un teléfono celular roto, sin memoria ni chip, y partes de un revólver calibre 22. El resto del arma estaba en un descampado cercano a la casa. Godoy fue detenido y cambió la versión: admitió entonces que se le había escapado un tiro.
El joven pasó dos años preso y en el aniversario del asesinato se hizo una audiencia donde la medida cautelar se extendió 12 meses más. En ese lapso, el pasado 26 de septiembre se concretó en el Centro de Justicia Penal de Rosario el juicio y el fiscal Luis Schiappa Pietra, en reemplazo de su par Florentino Malaponte, llevó adelante la acusación a Godoy, a quien atribuyó haberle apuntado y disparado a Tamara un tiro en el corazón, desestimando un disparo accidental.
El tribunal integrado por las juezas de primera instancia Patricia Bilotta, Mónica Lamperti y María Trinidad Chiabrera aceptó los argumentos y condenó a perpetua a Godoy por el homicidio de Tamara, calificado por la relación de convivencia y la relación de pareja preexistente y agravado por uso de arma de fuego y portación ilegitima de arma de fuego de uso civil.
El 20 de diciembre pasado la Cámara de Apelación en lo Penal revocó la pena a prisión perpetua a la que había sido condenado Godoy por el femicidio de Tamara. En un giro de casi 180 grados sobre lo ocurrido, los jueces Javier Beltramone, Guillermo Llaudet y Gabriela Sansó sentenciaron al joven de 23 años a tres años de prisión efectiva por homicidio culposo y por tenencia de arma de fuego de uso civil. La nueva condena dejó a Godoy en condiciones de salir en libertad.