El fernet ya se instaló por completo entre las bebidas alcohólicas preferidas por los argentinos. Tanto que en la última década su consumo creció un 405 por ciento y se transformó en la que más subió desde 2003, según un estudio de la web económica abeceb.com.
Con esos datos, en promedio, un argentino consume casi un litro y medio de las bebidas dentro de la categoría amargos, bitter y fernet.
El fernet fue creado en Europa en el siglo XIX y existen diferentes versiones sobre el al país que vio su nacimiento. Muchos sostienen que fue en Francia, otros en la ya desaparecida Checoslovaquia y también hay datos que indican que fue Austria su cuna.
Pero la mayoría de las versiones apuntan a que fue en Italia, más precisamente en Lombardía, donde nació la popular bebida hecha a base de hierbas.
Mientras que a la Argentina llegó por intermedio de los inmigrantes italianos, que lo consumían tanto como aperitivo, como también con fines medicinales y digestivos.
Pero la popularidad llegó cuando el fernet encontró en la Coca-Cola la compañera perfecta. Fue en la provincia de Córdoba donde surgió la idea y el fernet pasó de ser un simple aperitivo a una bebida de consumo masivo en boliches, asados y peñas.
Poco después, la mezcla bautizada como “fernando” se expandió por todo el país e incluso al exterior, donde es muy común que los turistas argentinos hagan probar este preparado a los extranjeros, orgullosos de tener una bebida propia.
Según señala el trabajo realizado por abeceb.com, “a la década kirchnerista también se le podría llamar la década del fernet” y atribuye el crecimiento a las estrategias de marketing.
“El fernet dio el gran salto desde los consumidores del grupo etario que componen nuestros abuelos hacia el de los más jóvenes y, en general, hacia todo el resto de los consumidores de bebidas alcohólicas”, agrega la página de economía.
A pesar de este crecimiento, la página aclara que “el vino y la cerveza siguen siendo las bebidas más consumidas por los argentinos”, aunque la bebida a base de uva bajó su consumo un 25 por ciento desde 2003, mientras que la cerveza se mantuvo y desde 2008 estabilizó su consumo en 33 litros por persona. La subida de la cerveza entre las preferencias de los argentinos se hizo a costa de sacarle una porción del mercado al vino. De hecho, se considera que hubo efecto sustitución, la cerveza pasó a ocupar el lugar que antes tenía el vino “de mesa”.
Además del fernet, la otra bebida que aumentó notablemente su consumo fue el vino espumante, que creció un 242 por ciento en diez años por lo que el promedio bebido por cada argentino ya casi alcanza el litro por año.
