El Festival Nacional de Folclore de Cosquín tendrá su edición número 61 de manera virtual el este fin de semana a través de la pantalla de la Televisión Pública con cuatro horas de transmisión en dos emisiones. “Más allá de la pandemia nuestro rol es velar por la continuidad del Festival”, subrayó Luis Barrera, Secretario de Programación de la Comisión del encuentro.
“El Festival de Cosquín se hizo bajo controles y amenazas en las épocas más duras y oscuras de nuestro país y nunca paró. Por eso y aún en este contexto sanitario tan complejo, no queremos hablar desde la melancolía ni desde la tristeza y estas dos jornadas televisadas configuran un hecho de resistencia”, resaltó Barrera en charla con Télam.
El funcionario, con 37 años y más de 20 ligado de distintas maneras al Festival, consideró: “Nuestro rol en la historia es velar por la continuidad de este espacio y por eso a estas transmisiones por la TV Pública las contamos como la edición 61 del Cosquín”.
Con esa denominación, la máxima cita de la cultura folclórica podrá apreciarse en una jornada doble este sábado y domingo, de 17 a 19, con Marcelo Iribarne en la conducción.
Consultado acerca del contenido de este par de especiales Barrera indicó: “Habrá material enlatado de los últimos años del Festival, en la mayoría de los casos de 2020 y muchas sorpresas que fueron grabadas recientemente o que saldrán en vivo durante la transmisión”.
“A pesar del coronavirus, Cosquín sigue siendo el lugar en el que gente de todo el país se reúne buscando lo que sabe que va a encontrar”, dijo quien además se desempeña como Director de Cultura de la municipalidad coscoína.
A tono con esa demanda, informó de la vigencia del programa “Cosquín de Lunas Musicales” que se realiza los fines de semana en los locales de comida “y que generó trabajo para los artistas y los proveedores de luces y sonido” y recitales en el Centro de Congresos y Convenciones como el que este viernes, desde las 22, animará Lucio “El Indio” Rojas.
“Pasadas las 22 del 21 de enero de 1961 sobre un escenario aún sin nombre, que sólido y provisorio cortaba sin permiso la Ruta Nacional 38. En calle iluminada con faroles hechos con tachos de aceite, un público curioso adelantaba su aplauso expectante. Comenzaba el Primer Festival Nacional del Folclore de Cosquín”, puede leerse en el sitio www.fracanapa.com donde se extracta parte del libro Había que cantar.
En aquel año bautismal llegaron delegaciones de 12 provincias (Salta, Jujuy, La Rioja, Catamarca, Misiones, Corrientes, Santa Fe, Mendoza, Buenos Aires, La Pampa, San Juan y Córdoba) y entre los artistas estuvieron Los Chalchaleros, Eduardo Falú, Horacio Guarany, Rodolfo Ovejero, Los Hermanos Albarracín, Hilda Ruffo (más conocida como La Cuyanita), los payadores uruguayos Aramis Orellano y Carlos López y el argentino Juan García.
La nómina profesional se completó con Ismael Gómez y su ballet, Aldo Bessone y su Cruzada Nativista, Diana Ezeiza (hija de Gabino Ezeiza) y el poeta Jaime Dávalos.
“Un verdadero suceso alcanzó este Festival de la danza y el canto nativo, a través de interpretaciones de los mejores cultores del folclore nacional”, decía el diario Córdoba. “Para el martes siguiente ya no había rastros del escenario de ladrillos y cemento y el intendente Ángel Bergese comunicó a Vialidad Nacional que la orden de desocupar la Ruta Nacional 38 (que había llegado nueve noches antes) había sido cumplida”, escribió el musicólogo y periodista Santiago Giordano en el texto encargado por la Comisión de Cosquín en 2010 donde también tomó parte el periodista Alejandro Mareco.
“Aquel corte de ruta significó el primer piquete cultural de la historia y demuestra que el Festival desde su creación sigue manteniendo su tradición y su sentido de ser que es congregar gente para la reactivación del turismo de la zona”, apuntó Barrera al respecto.
Y en busca de algunos hitos citó a Mercedes Sosa presentando a Charly García, Julio Bocca, Les Luthiers, Divididos, Opus 4 que fue muy resistido hasta su aceptación o Daniel Toro con el folclore romántico.
“En épocas de dictadura -abundó Barrera- los militares le daban a cada artista una lista de canciones prohibidas que muchas veces eran burladas y que el Festival sostenía como una marca de posición que sigue estando”.
“Desde que ingresamos en 2015 la idea siempre fue hacer un cambio rotundo de paradigma con noches temáticas de no más de 10 artistas en lugar de esas veladas interminables. La idea siempre es lograr un Festival convocante, representativo, federal e inclusivo que en un centenar de propuestas trate de sintetizar un universo estético que, por suerte, es infinito”, apuntó Barrera quien destacó: “Además de lo que ocurre en la Plaza Próspero Molina y sobre el escenario Atahualpa Yupanqui, en la ciudad de despliega una oferta cultural (peñas, la Feria Nacional de Artesanías y Arte Popular Augusto Raúl Cortazar que cumple 55 años, el encuentro de poetas y espectáculos callejeros, entre otras actividades) que tiene cero costo para las personas que llegan a Cosquín”.