Rafa, su papá y yo es una historia personal que se amplía. A partir de la experiencia de filmar a su papá, el realizador audiovisual Sebastián Muro problematiza la relación entre padres e hijos y sobre cómo ambos luchan por no repetir errores del pasado. El film que se conocerá este jueves en el portal Puentes de Cine contó con la producción de Nevada Cine y el apoyo de la Universidad del Cine.
«Logré, a través del cine, que se hable en mi familia de cosas que estaban silenciadas, de cosas que nunca se habían cuestionado y eso trajo un alivio muy grande. Espero que la gente que vea la película puede mirar al interior de sus familias y pensar en esos vínculos que siempre cargan con algo», arriesgó Muro durante una entrevista con Télam.
El film comienza cuando Muro se dispone a hacer un trabajo para la facultad: el perfil de un personaje. Para esto sigue a Rafa, su papá, en sus actividades cotidianas. Es así que se encuentra con un extrovertido empresario organizador de eventos y queda hipnotizado por la comodidad y displicencia de su padre frente a la cámara. Sebastián continúa filmándolo hasta que, sin quererlo, empieza a contar su propia historia familiar y da con un tema no saldado con su padre: su ausencia de casi una década cuando Sebastián era niño.
La decisión de que la filmación continúe tuvo varias razones. «Fue algo progresivo», dijo Muro. «Algo que se fue dando y que tuvo un par de momentos claves. Primero, tuvo mucho que ver cómo fue recibido el material en la clase por parte de mis compañeros y de los tutores del proyecto Rodrigo Moreno y Juan Villegas. Ellos fueron los primeros en decir «acá hay un personaje, acá hay una posible historia, una posible película». Pero yo no sentía que tuviera una película, hasta detectar que yo también iba a ser una personaje y que la historia que quería contar no era la de mi padre y su vida laboral, sino la mía propia, mi vínculo con él y de toda mí familia», relató.
“Finalmente, la película trata sobre la paternidad como problema, sobre cómo un padre estuvo a punto de repetir los errores del suyo, pero no lo hizo, sobre cómo una película puede ser un encuentro entre un padre y un hijo y sobre qué hacer con las heridas del pasado”, resumió quien supo estudiar dirección cinematográfica en la Universidad del Cine (FUC) y actuación con los maestros Alejandro Catalán, Edgardo Castro, Nora Moseinco y Nano Zyssholtz.
En 2015 Muro escribió y dirigió el cortometraje 55 pastillas, que tuvo su premiere mundial en la Competencia Orizzonti del 72 Festival Internacional de Venecia. Junto con Andrew Sala fundó Nevada Cine, productora dedicada a la producción de cine independiente. Actualmente se desarrolla como docente de actuación frente a cámara y dirección de actores en distintas instituciones. «Como director estoy desarrollando mi primer largometraje de ficción, que continúa la exploración del mundo de la música electrónica porteña, en línea con mi cortometraje 55 pastillas. Después con mi productora, Nevada Cine, estrenamos este año, también en Puentes de Cine, La cima del mundo, segundo largometraje de Jazmín Carballo. Y la semana pasada recibimos la noticia de que ganamos un premio de postproducción en Cine en construcción de Toulouse para poder terminar La Barbarie dirigida por mi socio Andrew Sala, proyecto que por suerte pudimos filmar a finales de 2019, antes de la pandemia», adelantó Muro.
