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El fin: cerró Paquetá y todo Chivilcoy está en crisis

La planta que producía para Adidas bajó ayer sus persianas y dejó a los últimos 397 operarios en la calle. La firma atribuyó la decisión al combo de importaciones, achique del mercado interno y tarifazo

“Hoy es el último día de producción, ya estaba establecido que hoy Paquetá cerraba sus puertas”, lamentaba este martes 18 Lorenzo Lezama, uno de los delegados gremiales de la planta de la ciudad bonaerense de Chivilcoy que fabricaba calzado para Adidas y que ahora, como otro producto del combo de políticas económicas nacionales, hoy bajó definitivamente sus persianas dejando en la calle a 397 trabajadores.

La fábrica se radicó en 2006 en Chivilcoy. “En su momento llegó a tener más de 1.500 personas trabajando, pero con la entrada de importaciones y materia prima se fue reduciendo”, agregó Lezama.

Tras el anuncio de la firma a la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado (Uticra), uno de los gremios más golpeados por las consecuencias de las políticas nacionales, el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires intentó negociaciones para la continuidad de la planta, pero la decisión ya estaba tomada.

La crisis económica con caída de la demanda y el aumento de las importaciones de calzado viene golpeando desde hace tres años a las empresas industriales: en octubre, el sector fabril cayó 3,6% y terminará el año en recesión.

Según un informe sectorial, la importación de calzado creció un 45% en los últimos dos años, pero el sector más afectado fue el deportivo, ya que el ingreso de productos terminados o semiterminados desde Brasil aumentó en ese mismo período un 116 por ciento.

En la Argentina existen alrededor de 1.500 empresas dedicadas al calzado y emplean a unas 65.000 personas que atraviesan una crítica situación por la caída del consumo y la suba de importaciones.

En los últimos meses, la crisis se reflejó en conflictos desatados en empresas de renombre en el sector: además de Paquetá de Chivilcoy; Dass, de Eldorado, Misiones; Gaelle de la localidad de Piñeyro, partido bonaerense de Avellaneda, y Alpargatas, que cerró sus plantas dedicadas al calzado en Tucumán, La Pampa, Catamarca y una dedicada a la industria textil en Chaco, con pérdidas en total de 2.100 puestos de trabajo.

En Paquetá, en el marco de la conciliación obligatoria, quedaban trabajando en la fábrica ubicada en el Parque Industrial de Chivilcoy unas 397 empleados de los 600 que estaban en la fábrica a principios de año.

De esos seis centenares de trabajadores, 178 habían aceptado el retiro voluntario y 25 buscaban negociar una salida, pero 397 operarios vienen librando una pelea para que la firma consiga nuevos contratos y permanezca abierta.

“Hace dos meses éramos 800 empleados. Hoy fue el cierre total de empresa por falta de pedidos de Adidas. Paquetá tiene exclusividad para Adidas, a quien le fabricaba el calzado totalmente terminado. Cuando un gobierno abre la importación, las primeras fábricas que caen son textil y calzado”, describió Lezama ante los micrófonos de la porteña <Radio 10<.

Los despidos, además, generarán un fortísimo impacto en la población toda de la región: Paquetá era el principal empleador privado de Chivilcoy.

 

En Dass, de Misiones, 150 despidos de  un saque

En la mañana de este martes 18, 150 trabajadores de la fábrica de calzado Dass en Eldorado, Misiones, intentaban marcar tarjeta en el ingreso a su turno laboral y se notificaron que habían sido despedidos. Sin previo aviso, ni telegrama de notificación, los empleados concretaron de inmediato una asamblea y resolvieron ocupar la planta, exigiendo una respuesta de la casa matriz de la firma, que está en Brasil.

Meses atrás la firma había despedido a 60 trabajadores. Ahora echó a más del doble.

Uno de los delegados de la filial misionera, Darío Vera, explicó a Radioactiva 100.7 que los trabajadores se dieron cuenta de la situación cuando se disponían a tomar sus puestos laborales. “Estamos en una situación muy complicada, estamos en lucha. Es bastante compleja la situación, son 150 los trabajadores que fueron despedidos y nos vamos enterando a medida que llegan a trabajar porque las tarjetas de ingreso estaban bloqueadas”, dijo.

Vera indicó que algunos de los despedidos están en tratativas con la empresa por su indemnización, pero la mayor parte reclama la reincorporación. “Nosotros estamos dentro de la planta acompañando a los compañeros. Y como son los de la empresa los que toman las decisiones, lo que estamos esperando es una respuesta por parte de Brasil y Capital Federal. Nuestra tarea como delegados es que no exista más ningún despedido porque nunca nos ha transmitido la empresa esta información. Somos en total 850 los trabajadores de la empresa”.

“La mayoría es gente joven –agregó el delegado en relación a la planta total– pero en cuanto a los despidos no hubo preferencia porque fue a algunos con seis meses de antigüedad y otros de hasta 10 años”. Así, para Ver, los despidos fueron “a dedo”.

Con todo, el gremialista sostuvo que, ante la medida de fuerza, los representantes de la empresa solicitaron una “reunión urgente” con los trabajadores: “Ellos quieren que desistamos de la medida para que liberemos la planta y nos han pedido una reunión pero nosotros vamos a seguir acá si no se revierte la situación”, advirtió.

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