Un financista y sus hijos quedaron en prisión preventiva y esa decisión fue apelada. La revisión estuvo a cargo de la camarista Gabriela Sansó quien confirmó la medida cautelar por seis meses, por lo que el trío seguirá tras las rejas.
Se trata de Luis Herrera de 66 años y sus hijos Ignacio de 42 años y Diego de 36. El trío fue imputado a fin del año pasado donde la fiscalía, a cargo de Miguel Moreno por utilizar el nombre, prestigio, confianza, imagen, operatividad que adquirieron en el tiempo para generar maniobras defraudatorias.
El fiscal estima que ellas pueden caracterizarse como captación y recepción irregular de fondos de ahorristas en su carácter de comitente para hacer inversiones en el mercado de capital.
Según la fiscalía le decían a las víctimas de que harían inversiones como si fuera en un fondo común de inversión de renta fija, pero aplicaban los fondos operaciones financieras irregulares no especificadas como por ejemplo: préstamos, cambio de cheque, cambio ilegal de divisas entre otras.
La maniobra se sostuvo en el tiempo, al menos desde el año 2000 hasta el 2021. Pero la pérdida de confianza de los inversores comenzó a generalizarse paulatinamente y comenzaron a pedir la devolución de los fondos.
No hay plata
Según la investigación la defraudación alcanzó en un primer momento 85 víctimas que les confiaron fondos con el objeto de aplicarlos a inversiones financieras o productivas que generaban una renta.
Pero en 2017, esos fondos fueron desviados dando origen a un sistema de estafa piramidal hasta que dejó de entrar dinero.
Al desmoronarse este entramado dejó a los estafados sin el ahorro que habían invertido, ocasionando un perjuicio patrimonial de aproximadamente 5.660.100 dólares y 34.400 euros.
El 21 de septiembre de 2021, la Comisión Nacional de Valores, constató un faltante monetaria de las cuentas comitentes de 793 mil dólares y algo más de 77 millones de pesos.
Para la fiscalía estima que Luis Herrera fue el organizador y jefe de la organización delictiva y sus hijos partícipes necesarios. Ellos alternaban en la atención de las víctimas de manera personal, telefónica o electrónica.
Les informaban sobre las bondades de los negocios financieros que proponían, o enviándoles informes de saldos y utilidades, con el objeto de mantener a las víctimas en el error de entender que sus fondos eran administrados de manera regular.
Cuando la malversación quedó en evidencia intentaron justificarla, contó la fiscalía.
Además imputaron a Luis Herrera de ocular y sustraer de la masa de acreedores de su propia quiebra 5 millones de dólares entre diciembre del 2023 y mayo del 2024.
Para los fiscales el perjuicio alcanzó a unas 400 personas y el daño patrimonial asciende, en total, a más de 18 millones de dólares y más de 77 mil euros.