El fiscal que investigó hace casi 8 años el crimen de Gastón Bustamante (12), en la ciudad bonaerense de Miramar, aseguró este martes que existen «bastantes similitudes» entre ese hecho y el reciente asesinato del padre del niño, Carlos (66), por el cual está detenida su esposa y madre del menor, y admitió que «desde un primer momento» siguió la pista de la mujer como sospechosa.
«Hay algunos puntos en común, sobre todo horarios, la forma en que se encontró el cuerpo, el lugar, la forma de matarlo», dijo a la prensa Rodolfo Moure, quien estaba a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción Descentralizada de esa localidad balnearia situada al sur de Mar del Plata, cuando el chico fue estrangulado en su casa de la calle 27.
Moure detalló que existen «bastantes similitudes» entre el crimen del chico en noviembre del 2011 y el de su padre: «Se usaron herramientas de la casa, o sea ningún objeto extraño, no hubo ningún arma blanca, ni tampoco de fuego».
Recordó que en el crimen del niño, que nunca fue esclarecido, se utilizó una «almohada, un pañuelo con el que se lo estranguló, y un martillo que después se encontró tirado en una casa vecina».
Desde el inicio de la instrucción de ese hecho, según admitió el fiscal, «una de las líneas investigativas abiertas era la de la madre», Verónica González (50), detenida desde el último fin de semana, en este caso por el homicidio de su marido, padre del chico.
«Siempre sospechamos del entorno familiar. Se abrió esa hipótesis y sigue abierta al día de la fecha», explicó Moure a distintos medios de prensa que lo entrevistaron en los tribunales marplatenses.
En cuanto a la investigación por la muerte del padre del menor, ocurrida el sábado último luego de que fuera atacado el día anterior mientras dormía en la misma vivienda del homicidio de 2011, González se negó a declarar este mediodía ante la fiscal Florencia Salas, que lleva adelante la investigación por este nuevo hecho.
La mujer es la única acusada por el crimen de su esposo y estuvo asesorada por un defensor oficial.
Tras una audiencia de menos de cinco minutos en el octavo piso de los tribunales, González, quien está imputada por el delito de «homicidio agravado por el vínculo», salió del despacho de la fiscal llorando.
Inicialmente, la mujer había sido imputada por «tentativa de homicidio» luego de que ella misma reportara a la policía que había hallado herido con múltiples golpes y cortes a su marido, y tras su detención en ese momento también se había negado a declarar.
Luego de la muerte del hombre el sábado por la tarde en el Hospital Interzonal General de Agudos, la fiscal pidió nuevamente que fuera trasladada desde la Unidad Penal 50 para la indagatoria de este miércoles.
Pese a la nueva negativa a declarar, la imputada aceptó ser sometida a una serie de pericias psicológicas y psiquiátricas solicitadas por Salas.
En ese sentido, Moure destacó por su parte que «en su momento se habían ordenado pericias psiquitátricas y psicológicas sobre la madre, pero ella se negó».
Por otra parte, aseguró que la investigación sobre la muerte del niño cuenta con «mil fojas que se refieren a investigar todo lo que hizo la madre ese día».
«Hubo más de 200 policías trabajando en esa causa en esos momentos, investigando exclusivamente a la madre. No surgió nada distinto a lo que ya teníamos ni se pudo avanzar en una hipótesis concreta», recordó.
A su vez, insistió en que el esposo de la mujer «confiaba plenamente en ella y en su inocencia».
«Él iba asiduamente a la fiscalía después de la muerte de su hijo, y la defendía a capa y espada. Cualquier ataque que se hacía contra ella, él salía en defensa», dijo.