El fiscal general de la Cámara del Crimen, Ricardo Sáenz, manifestó su «esperanza» de que la Justicia determine «qué pasó» con el fallecido fiscal Alberto Nisman e insistió en que su muerte fue «un homicidio».
«Hoy estamos como si estuviéramos en la semana que murió Nisman. Lo lógico hubiese sido que esa denuncia el juez la abriera en su momento, había 50 medidas de prueba… Perdimos dos años para empezar como si fuera el primer día. Pero tengo esperanza de que finalmente la Justicia diga lo que pasó», afirmó Sáenz.
En declaraciones al diario El Cronista, el fiscal, quien el próximo miércoles, cuando se cumpla el segundo aniversario de la muerte de Nisman, participará de un homenaje al exfiscal frente a la puerta de la UFI-AMIA, Sáenz consideró que «si no hubiese aparecido (Diego) Lagomarsino con el arma, y el arma era de Nisman, no sé qué hubiese pasado».
«Acá hay una persona que dice: Me pidió el arma y se la dí , y no hay cómo corroborar que Nisman se la pidió porque está muerto», subrayó.
Para Sáenz, «la primera vez que llega la causa a la Cámara de Apelaciones» consideró que Lagomarsino «tiene que estar imputado» por la muerte de Nisman.
«Creo que hubo mucha presión del gobierno anterior para que esto no avance. Nos remitimos a lo que decíamos antes: los dos años que perdimos con la denuncia, y tanto la querella de la madre de Nisman como de las hijas y la Fiscalía que represento yo, estuvimos de acuerdo que con la prueba que ya está agregada esto es un homicidio. Lo que pasa es que éstas son cuestiones de apreciación de las distintas personas que toman la causa», dijo.