En el ambiente del hampa rosarina, Sergio Fabián “Frío” Rodríguez es una leyenda. Veterano con asaltos de alto vuelo, supo codearse con las figuras más notorias del crimen organizado en la región. A sus 59 años, esta figura histórica, ligada a la superbanda de Luis “Gordo” Valor y al trágico copamiento de la sucursal del Banco Nación en Villa Ramallo, volvió a caer. Esta vez, su detención no fue por un golpe millonario o un asalto a un blindado, sino por una serie de robos de autos que, aunque menores, dejaron entrever que su rigurosa metodología sigue vigente.
La imputación, formalizada este lunes en los Tribunales provinciales de Casilda, lo acusó de cinco hurtos calificados de vehículos y lo dejó en prisión preventiva efectiva por 90 días.
Según el fiscal Emiliano Ehret, entre el 4 de mayo y el 12 de agosto de este año, el Frío se apoderó de cinco vehículos, todos marca Renault. Sus dueños los habían dejado estacionados en la calle con las llaves puestas y el Frío aprovechó esta modalidad conocida como de “levante”.
Los hurtos los cometió con una precisión llamativa y una marca profesional: fueron en el mismo horario, en el de la siesta, la que aún se sigue respetando en esa localidad de unos 39 mil habitantes y cabecera del departamento Caseros.
El derrotero de los hurtos y la nueva detención
Según esta última imputación del fiscal casildense, el Frío Rodríguez es el responsable de haberse robado:
- el 4 de mayo (13.15), un Renault Sandero en Las Heras al 2400.
- el 29 de junio (entre las 14 y 15.13), un Renault Clío en Fray Luis Beltrán al 2400.
- el 22 de julio (13.08), un Renault Clío en Remedios de Escalada al 2100.
- el 30 de julio (13.21), una Renault Kangoo en Dante Alighieri al 2500.
- el 12 de agosto (13.17), otra Renault Kangoo en Urquiza al 2000.
En ese marco, el viejo cañero que alguna vez manejó a su antojo el pabellón de máxima seguridad de Coronda, fue detenido el miércoles de la semana pasada por personal de la Policía de Investigaciones (PDI) de Casilda frente al domicilio en el que vivía, ubicado en Fray Luis Beltrán al 4300, del barrio Nueva Roma de dicha ciudad.
Cayó una vez más veterano ladrón sospechado por robo de autos
Evidencia incautada
La investigación, llevada adelante por los pesquisas de la PDI local, también tuvo un allanamiento en su casa. El operativo fue autorizado por el juez Darío Pangrazi y estuvo bajo la supervisión del fiscal Juan Pablo Baños.
Fue en ese marco que los pesquisas secuestraron prendas de vestir que se corresponden con las usadas en los hurtos, un Chevrolet Cruze utilizado para los desplazamientos, y 300.000 pesos en efectivo, que tenían fajas como si fueran para traslado de caudales, indicaron las fuentes policiales.
Voceros del caso destacaron el hallazgo de un kit de herramientas para vehículos, balizas, matafuegos y gatos hidráulicos. Además, los investigadores incautaron una libreta con anotaciones junto a una pistola calibre 22 con la numeración suprimida y 27 municiones. De la liberta, pequeña, de tapa blanda con ilustraciones de plumas, no trascendió qué contenía.
Tras enumerar todos estos indicios recolectados, la Fiscalía imputó a Sergio “Frío” Rodríguez como autor del delito de hurto calificado de vehículo (cinco hechos) dejado en la vía pública con llave verdadera hallada.
El magistrado Pangrazi aceptó la calificación y dispuso la prisión preventiva efectiva para el Frío hasta el 13 de noviembre, un plazo que la Fiscalía podría prorrogar.
De los asaltos a bancos a los robos de autos
La caída del Frío del miércoles de la semana pasada desenterró un prontuario que, para muchos, pertenecía a las crónicas policiales de colección. Cosechó su fama en la década de los 90, con lazos directos con la banda de Luis “Gordo” Valor, conocida por sus asaltos a bancos y camiones blindados. Los investigadores les atribuyen a ese grupo más de 20 golpes a bancos y unos 18 a blindados en sólo una década.
Pero el hecho más célebre al que estuvo vinculado pasó el 6 de octubre de 1995 en la zona norte de Rosario. Un grupo de ladrones ingresó a la sucursal del Banco de Santa Fe, de Alberdi y Génova, a través de un boquete.
La Policía identificó a tres hombres como los que navegaron por el entubamiento del arroyo Ludueña, desde la desembocadura del Parque Alem, y abrieron un boquete que los llevó en el sótano del banco. Pero se equivocaron. Salieron a un baldío junto al banco que pasó desapercibido, por lo que siguieron con la excavación.

Al tesoro del banco nunca llegaron, pero para no irse con las manos vacías improvisaron. Esperaron algunas horas la llegada del camión de caudales y tras tomar rehenes se alzaron con más de 500.000 pesos, en ese momento equivalente en dólares, para después escapar en un auto.
La Policía detuvo a 10 personas por el golpe. Entre los tres sindicados como los autores del asalto estuvo el Frío Rodríguez, el cual fue indagado pero ni siquiera llegó a ser procesado.
También estaba su socio y amigo, Sergio Miguel Benedetti/Javier Hernández, alias Pata, abatido por policías cuatro años después en la Masacre de Villa Ramallo durante el copamiento a la sede del banco Nación del 16 de septiembre de 1999, y Abel “Veneno” Fernández, quien terminó encausado, aunque sólo por encubrimiento. Un cuarto hombre, José Luis Román, estaba sospechado de haber sido el chofer tras el golpe. Nunca terminaron de probarles nada.

«El Frío era puro cerebro, por algo lleva ese apodo», recordó en un momento uno de los policías que los investigó.
Algunos testimonios perfilaron al Frío como alejado de las drogas, una decisión que lo diferenciaba de otros “colegas“ y le permitía mantener la lucidez en sus golpes. Su presencia intimidante es recordada por un ex sumariante de Tribunales, que aseguró no haber sentido tanto miedo en 25 años de carrera como cuando lo miró a los ojos. Era 1999 y el sumariante lo tuvo que entrevistar por el asalto a las oficinas de cobro de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) en Rosario, en Arroyito. La pistola robada allí al custodio apareció en manos de Benedetti en Villa Ramallo.
Otro caso resonante se produjo el 21 de noviembre de 2008 cuando cayó tras el asalto a la mueblería Andreose, de Casilda. Ese día hubo una persecución y tiroteo a la altura de General Lagos, donde murió uno de los cómplices. Los asaltantes, entre los que estaban el Frío y Sergio «Checu» Camus, iban armados con un fusil AK47, pistolas Colt 45, una Bersa calibre 40 y se llevaron dinero, cheques, relojes y un televisor plasma.

El último fue el 1° de mayo de 2016. Era media mañana de domingo cuando el Frío terminó con dos balazos en el abdomen tras enfrentarse a policías a metros de su casa de Uruguay y Valparaíso, en la zona oeste rosarina.
La versión oficial dijo que los uniformados del Comando Radioeléctrico fueron por llamados al 911 que advertían sobre detonaciones. Los policías intentaron identificar a tres hombres en la cuadra. Fue en ese momento que apareció el Frío Rodríguez y comenzó a disparar. Ellos contestaron y lo hirieron.
Rodríguez quedó internado por semanas en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca).
Si bien, su esposa dio otra versión en la que sostuvo que no existió tiroteo y que al Frío, los policías lo golpearon y le plantaron el arma, éste terminó aceptando el relato oficial en un juicio abreviado que lo condenó a cinco años de prisión por portación ilegal de arma de guerra y resistencia a la autoridad.
La pena se redondeó en 12 años, según indicaron medios locales, luego de que se le unificara el asalto a la mueblería, pena que el Frío saldó este año.