Central protagonista de la máxima categoría del fútbol argentino, Newell’s clasificado a la zona campeonato de la Primera B, con puntaje ideal e invicto, Argentino escolta en su zona en la B y peleando por tercera vez el ascenso al torneo semiprofesional. Jugadoras rosarinas, o que se formaron en el fútbol local, en once equipos de Buenos Aires que militan en la Primera División. El presente del fútbol local es perfecto y el futuro, prometedor.
En este contexto, ¿es posible pensar este andar de los equipos rosarinos en el plano nacional sin tener en cuenta lo local? La obligatoriedad del fútbol femenino impuesta por la Asociación Rosarina de Fútbol (ARF) terminó siendo necesaria para hoy ver en los primeros puestos de las tablas al Canalla, la Lepra y el Salaíto.
En 2017, la ARF tomó una decisión en coincidencia con lo dispuesto por Fifa y Conmebol: los equipos afiliados que deseaban competir en el Torneo Molinas (masculino) debían contar con un plantel femenino. En el primero de los torneos, en el segundo semestre de ese año, participaron apenas 14 equipos. Con el correr de las temporadas se fueron sumando más clubes, hasta llegar a la actualidad en la cual hay 44 entre la Primera A, B y C. Al mismo tiempo, comenzaron a realizarse en los últimos años competencias para las categorías baby y formativas. Niñas de entre 6 y 16 años hoy tienen sus torneos dividas en Sub 8, Sub 10, Sub 12, Sub 14 y Sub 16.
“Lo impusimos como obligatorio para que crezca”, le contó a El Hincha en aquel entonces Mario Giammaría, presidente de la Asociación Rosarina, sobre la decisión tomada en 2017.
“En el 2017 fue la primera vez que lo pudimos institucionalizar. En años anteriores tuvimos experiencias que no fueron buenas principalmente porque no lo hicimos institucional. Ahora es diferente”, recordó en 2019 el histórico dirigente.
Pero, volviendo a Central, Newell’s y Argentino, si se va a los papeles, parece imposible pensar este presente sin el actor de Rosarina. Así, podría definirse un fútbol rosarino antes de la obligatoriedad y otro después.
El Canalla era uno de los pocos clubes que a lo largo de los años y antes de la obligatoriedad, tenía fútbol femenino. Sin posibilidad real de competir en Rosario, porque no había muchos clubes que lo hicieran, participaron de otras Ligas de la provincia de Santa Fe. En 2018, se sumó a los torneos de la ARF y salió campeón tres años consecutivos. Esos campeonatos le valieron para ir a AFA y solicitar la participación en el torneo semiprofesional que comenzó en 2019.
El fútbol femenino leproso surgió no sólo por el pedido de Rosarina, sino por el de Conmebol: para competir en torneos internacionales los equipos argentinos debían contar con un plantel femenino. Desde cero, el club del Parque Independencia, fundó los cimientos de un equipo que este año tiene su tercera participación en torneos nacionales y que gritó campeón en dos torneos locales. El rojinegro estuvo dos años en la Primera C de AFA peleando por el ascenso, que finalmente llegó y hoy es protagonista de la segunda división. El equipo sólido de trabajo se tradujo en resultados que permiten a los rosarinos ilusionarse con contar pronto con un clásico en la máxima categoría.
Pamela Chindamo es una de las referentes del equipo rojinegro. Estuvo desde el comienzo del fútbol femenino leproso y hoy es clave en el equipo de AFA. El Hincha le consultó sobre las diferencias que notó entre 2018 y el 2021, cuando comenzó en los torneos nacionales. “A medida que van pasando los años, los equipos se fueron adaptando a las distintas necesidades y comenzando de cero a crear hábitos, a entrenar con las distintas problemáticas de cada club y con las que se encontraba un entrenador o cuerpo técnico a la hora de conformar los equipos, por diferentes edades o por falta de canteras y escuelitas de fútbol”.
Hoy sigue los torneos de Rosarina: “Me gusta acompañar el crecimiento del fútbol en Rosario. Noto un cambio favorable, ha crecido mucho, es un torneo muy parejo, se ve el trabajo de los clubes por seguir apostando a mejorar y con la incorporación de los torneos de juveniles ha sumando que haya más chicas que pueden empezar y tener un camino más prolijo en cuanto a la práctica y la competencia”.
En el caso del Sala, la situación comenzó distinta. En una primera instancia, en la primera participación en AFA, se utilizaba el nombre del club, pero eran futbolistas e integrantes de la Liga Sanlorencina. Luego, fue la institución la que se hizo cargo de la disciplina y en dos oportunidades estuvo cerca de ascender. El formato del Campeonato fue injusto, las Salaítas fueron las mejores en la etapa regular, pero en los mano a mano perdió en los pequeños detalles. Hoy, de todas formas, sigue en esa lucha y con posibilidades.
Para que finalicen ambos torneos restan aún muchas fechas por disputarse y todo puede pasar. Sin embargo, lo que está claro es que el fútbol rosarino es protagonista a nivel nacional y que si bien falta camino por recorrer, está más que claro que el crecimiento no tiene techo.