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El futuro también entra por la boca

La Fundación Camino y la Cooperadora para la Nutrición Infantil asistieron a 173 niños rosarinos que presentaban riesgos en su salud por mala alimentación. Son situaciones que no son consideradas “graves” como para hospitalizarlos.

La Fundación Camino, junto con la Cooperadora para la Nutrición Infantil (Conin), asistió durante 2014 a 173 niños, de entre 0 y cinco años, en situación de riesgo de salud en sus centros de prevención que funcionan en Fisherton, Cabín 9 y Nuevo Alberdi. Si bien no se trata de pequeños que necesitaron ser hospitalizados, su salud ponía su futuro en riesgo: en general presentaban bajo peso o talla en relación a su edad, principio de situaciones que con el tiempo pueden derivar en secuelas irreversibles. Pero además, el trabajo de ambas organizaciones benefició en forma indirecta a unas 500 personas, familiares de los chiquitos afectados y embarazadas.

El programa de prevención que llevan adelante las instituciones se basa en cuatro ejes de trabajo: medicina nutricional pediátrica, trabajo social, estimulación temprana y talleres de salud y vida. Las actividades son implementadas por un equipo interdisciplinario de profesionales que realiza su labor de manera voluntaria, sin pago alguno.

Los proyectos sociales son de carácter solidario y son posibles gracias a los aportes de privados. “Parte de la voluntad de dar y la necesidad de recibir”, dice María Eugenia Correa Uriburu, abogada y responsable del proyecto Conin en Rosario.

En los centros Conin se realizan distintos tipos de trabajo con niños y sus madres como son los talleres de formación de hábitos a la hora de comer. “Tener una conversación sana durante el almuerzo o la cena, lo que contribuye a afianzar vínculos familiares pero también crear hábitos en general relacionados con la comida”, agregó. Otros de los talleres giran en torno a las huertas saludables para que las madres sean quienes produzcan los alimentos que les darán a sus hijos.

Desde la Fundación hicieron hincapié en la importancia de abordar la problemática de la alimentación en sectores socialmente vulnerables, teniendo en cuenta que “la desnutrición infantil es uno de los peores males de la sociedad, que condiciona el futuro de muchos chicos”.

“Si en los primeros meses de vida el niño no recibe la alimentación y estimulación adecuadas, el crecimiento cerebral se detiene y esa condición no se puede revertir”, aseguraron.

Camino y Conin trabajan en forma conjunta con instituciones barriales, centros de salud estatales y otros organismos ligados al trabajo social. “Nuestra tarea es complementaria a la de las otras instituciones y en muchos casos derivamos a los niños a los centros de salud o viceversa”, señaló Correa Uriburu.

Necesidad de abordaje

Desde hace diez años la Fundación Camino y Conin trabajan, el proyecto fundado por el médico Abel Albino en Mendoza y que rápidamente se diseminó en distintas provincias.

Actualmente, en el país funcionan 69 centros y hay más de veinte iniciativas en marcha para establecer más espacios de atención. “Este año nos proponemos llegar a más niños, pues tenemos lista de espera en cada uno de los centros. Pero para poder continuar con nuestra labor es fundamental tomar conciencia de la importancia de prevenir la desnutrición infantil”, destacaron desde ambas organizaciones.

Cómo ayudar

La Fundación Camino cuenta con voluntarios, y se sustenta gracias al aporte económico realizado por particulares y empresas quienes colaboran por medio de aportes mensuales de becas para niños, o bien aportando materiales. Para colaborar o solicitar información, contactarse con la Fundación Camino a voluntarios@fundacioncamino.org, o en Facebook: CaminoCONIN.

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