Moro, el galgo negro que sufrió un cruel episodio al ser arrastrado atado a una camioneta en barrio Godoy, había estado perdido desde principios de octubre. El perro pertenecía a una familia de Pérez que lo había rescatado cuando se encontraba en estado de desnutrición, según informó el portal Visión Rosario.
Cuando los dueños vieron las impactantes imágenes del maltrato en las noticias, comenzaron a sospechar si se trataba de su mascota desaparecida, y confirmaron sus temores al recibir fotos del perro fallecido, tomadas por testigos del incidente.
A pesar de que les indicaron que el cuerpo de Moro estaba en la calle Rivarola al 8000, la familia de Pérez nunca pudo encontrarlo allí.
Desde el día en que Moro desapareció el 2 de octubre, la familia había buscado incansablemente en redes sociales y con la ayuda de amigos y conocidos para dar con su paradero.
Finalmente, recibieron un video del incidente y, al observar detenidamente, identificaron a Moro por características específicas, como la falta de algunas piezas dentales y una alergia en el cuello por la que estaba bajo tratamiento médico.
La familia viajó desde Pérez a barrio Godoy en Rosario para recuperar a Moro y darle un digno entierro. Sin embargo, a pesar de su búsqueda y la colaboración de recicladores locales, no pudieron encontrar los restos del perro en la zona.