En la madrugada de hoy, el represor Carlos Nickisch, quien fue visto junto a su esposa en una plaza de la ciudad de Reconquista, cuando en realidad debía estar tras las rejas, fue trasladado a la ciudad de Santa Fe por orden del Tribunal Oral que lo condenó en agosto del año pasado a 18 años de prisión por delitos de lesa humanidad, para ser sometido a una pericia médica.
Nickisch, quien ostenta el cargo de comisario retirado, debía estar cumpliendo condena en una cárcel común de la provincia de La Pampa, pero mediante distintos artilugios, en su mayoría vinculados a su salud, logró evadir la decisión judicial y desde noviembre (cuando se ordenó el traslado) estaba alojado en la comisaría 3ª de Avellaneda, ciudad ubicada al norte de Reconquista.
Fuentes judiciales indicaron que a media mañana de hoy, dos forenses de la Corte Suprema de Justicia de la Nación; una por el Tribunal Federal de Santa Fe; y dos peritos de parte de la acusación, participaron de la pericia médica realizada en la capital provincial. Quien faltó a la medida ordenada por la Justicia fue el médico propuesto por la defensa del represor.
Luego de evaluar el estado de salud de Nickisch, los médicos determinaron que el policía retirado está en condiciones de estar alojado en una cárcel común, que brinde las atenciones médicas que requiera el condenado en algún momento determinado.
De esta manera, el genocida deberá ser trasladado a alguna penitenciaria del fuero federal.
La pericia médica iba a ser llevada a cabo en mayo, pero se aceleró luego que la Agrupación Norte Amplio por los Derechos Humanos denunciara que, el miércoles de la semana pasada, la esposa de un testigo en la causa 050, más conocida como causa Sambuelli, “lo vio sentado en la plaza San Martín, tomando aire, como si nada, cuando en realidad tiene que estar preso o internado, no paseando”. Nickisch debía estar internado en el sanatorio Reconquista, por una afección cardíaca.
