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El Gigante de Arroyito vivió una tarde inolvidable para todos

Los hinchas canallas disfrutaron con el triunfo sobre la Lepra desde las tribunas y los jugadores, con Mauricio Caranta como abanderado, armaron una ronda en el medio del campo de juego para festejar.

Una vez más la fiesta fue totalmente auriazul. Central le volvió a ganar un clásico a Newell’s, el tercero en fila, y el hincha canalla lo disfrutó de principio a fin. Y mucho más las madres canallas, que por su día festejaron por duplicado.

Como de costumbre y desde hace tres torneos los visitantes no pudieron acudir al Gigante y esa situación, cuando se trata de un clásico como el rosarino, da una sensación de que algo le falta al espectáculo.

Por eso el Gigante, como el año pasado, fue todo auriazul.  Las puertas del estadio se abrieron a las 12.30, tal como estaba pactado, para que el simpatizante de Central tenga el tiempo suficiente para llegar temprano, con el objetivo de no tener inconvenientes a la hora del ingreso.

A las 13.20 el colectivo del plantel de Newell’s hizo su ingreso al playón del estacionamiento y eso no fue pasado por alto por los plateistas que se ubicaron del lado del río Paraná, que aprovecharon la ocasión para entonar todos los cantos posibles contre el rival de toda la vida.

Diez minutos más tarde, el bus que trasladó a los jugadores locales asomó en el playón y aquellos insultos hacia los futbolistas de la Lepra fueron cambiados por el típico “esta tarde tenemos que ganar”.  A falta de una hora para el inicio del partido, el estadio tenía el 85 por ciento de su capacidad completa. Con banderas y bolsas alargadas de color azul y amarillo la platea del lado del río y la popular de Génova le daban un paisaje bien de clásico al Gigante.

Los primeros gritos dentro del estadio fueron a las 14.15, momento en el cual Oscar Ustari, Guillermo Hoyos y el entrenador de arqueros leprosos, César Jaime, pisaron el césped para realizar los movimientos precompetitivos.

Mientras Ustari se movía, la voz del estadio comenzó a dar las formaciones de los equipos. Al momento de nombrar a Newell’s el más abucheado fue Maxi Rodríguez y bien cerquita lo siguió Lucas Bernardi, dos de los jugadores emblemas de la Lepra.

En cuanto al plantel local, el arquero Mauricio Caranta fue el más valorado y luego estuvo Sebastián Abreu un escalón por debajo.

Ya en el arranque del partido el hincha de Central comenzó a tener un especie de deja vú con respecto al clásico del año pasado. Porque fue también en el día de la madre y porque el planteo de Russo fue exactamente igual.

La primera gran explosión fue a los 28 minutos, cuando Franco Niell puso la cabeza y convirtió el primer tanto. Tres minutos más tarde el delantero salía reemplazado y recibía una verdadera ovación.

Con el tanto de Nery Domínguez, sobre los 36 minutos, el Gigante se volvió a convulsionar. El hincha se daba cuenta que el equipo se brindaba al cinto por ciento en cada pelota y devolvía desde afuera ese sacrificio colectivo con aplausos. Ya en el segundo tiempo y a medida que pasaron los minutos el aliento canalla se hizo sentir desde los cuatro costados.

Desde afuera se percibía que Newell’s no podía dar vuelta la historia y que el Canalla tenía más chances de marcar el tercero que la Lepra el descuento.

Y ahí fue cuando el “ole, ole” comenzó a sonar en el Gigante. Central se floreaba, Newell’s lo sufría y el hincha lo gozaba.

El final tuvo a los jugadores, comandados por Caranta, armando una ronda en el centro del campo de juego festejando un nuevo triunfo ante su rival de siempre. Desde las tribunas bajaban los aplausos, las remeras al viento y la alegría por la victoria.

Un operativo casi ideal

“Tuvimos un operativo normal, con los problemas de siempre”, esa definición pertenece al comisario de la 9º comisaría, Danilo Villán, al ser consultado por El Hincha sobre el resultado del operativo de seguridad que tuvo el clásico con mil policías afectados.

El funcionario se mostró conforme con el operativo que se realizó antes, durante y después del clásico rosarino.

Durante el ingreso al estadio en un momento se acumuló mucha gente y surgieron varios inconvenientes entre los hinchas y los efectivos policiales.

“Tuvimos problemas en una de las puertas de ingreso por la gran cantidad de gente que intentaba entrar al estadio, pero es algo normal que ocurre en todos los partidos”, expresó Villán.

Además, el funcionario policial confirmó a El Hincha que durante el operativo de seguridad quedaron tres personas detenidas.

“Encontramos a gente que tenía armas de fuego y otros que cometieron serias faltas hacia la autoridad policial y en consecuencia quedaron demorados”, manifestó el comisario.

Por último, Villán confirmó que debido a rencillas que tuvieron los uniformados con algunos hinchas quedaron varios policías con lesiones leves.

“Tenemos entre ocho y diez efectivos con algunas lesiones leves, a raíz del confrontamiento que tuvieron con varios hinchas”, confirmó el comisario.

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