Sergio Ricardo Molina despertó en una cama del hospital de Emergencias Clemente Álvarez. Era de noche, su ropa había sido cambiada por una bata que no cubría la totalidad de su cuerpo y la habitación estaba vacía. Extrañado, el hombre de 33 años miró a su alrededor y no vio a sus compañeros ni la motocicleta Yamaha 125 TTR que acostumbraba a tripular. En dieciséis años como conductor de motos en actos circenses este cordobés no había perdido muchas veces el conocimiento. Pero más tarde se enteraría de que tiene una clavícula fracturada y que pasará un tiempo antes de volver a girar de nuevo en el Globo de la Muerte, un esférico de malla metálica dentro del cual, junto a otros motociclistas, da vueltas vertiginosas para cerrar los shows del circo Rodas, de visita en la ciudad.
Sergio lamenta no acordarse cómo ocurrió el accidente en el que quedó inconciente mientras que otros compañeros que compartían el número sufrieron lesiones leves. “Tuvimos que contarle lo que pasó”, cuenta a El Ciudadano otro de los motociclistas que participaron del hecho el lunes por la noche en la carpa emplazada en 27 de Febrero y bulevar Oroño cuando en pleno show una rueda de la moto de Molina estalló, lo desestabilizó y generó un choque entre los conductores.
Desde la organización del circo destacaron que se cumplieron las medidas de seguridad, agradecieron al personal de Salud municipal y pidieron a los asistentes la filmación, si es que alguno grabó el accidente con su cámara de video o teléfono celular, para determinar cómo ocurrió.
El accidente no detuvo la marcha del show, que desde ayer y hasta el domingo tendrá dos funciones diarias: a las 18.30 y 21. Es que, como reza la regla del espectáculo, la función debe continuar.
Desde adentro
Sergio, otrora hombre bala y compañero de acto de un elefante, parece no darle importancia al accidente. Muestra la moto cuya cubierta se reventó ocasionando la colisión entre los cinco participantes del impactante número, o los elementos de seguridad –casco, rodilleras, botas especiales, entre otros– dispuestos arriba del escenario. Alrededor sus colegas repiten: “Esto suele pasar. Igual tenemos seguro contra todo y somos responsables. Imaginate que se trata de nuestra vida”. “Vamos rápido, en tercera, y llegamos hasta 50 kilómetros por hora, pero nos cuidamos y no es frecuente que pase esto” dice, mientras el dueño del circo y el director del espectáculo atienden amablemente a los medios televisivos convocados por la noticia.
Sergio tiene la mente en otro lado: sólo quiere volver a subirse a la moto y prepararse para viajar a Alemania en 2015. Ya está contratado por el circo alemán Flic-Flac para hacer el mismo acto en Europa durante dos años. Allí estarán los mejores conductores del número que hasta el lunes protagonizaba bajo la carpa del Rodas, en particular, los brasileños.
“Siempre fui la oveja negra de mi familia, radicada en Villa Dolores, y no les gusta mi estilo de vida”, cuenta Molina.
A los 17 años este cordobés de Traslasierra fue cautivado por un circo que pasaba por Córdoba con un espectáculo de motos. Desde entonces, y como tantos otros artistas ambulantes, trabajó en distintos circos hasta llegar al Rodas. “Te llevás los aplausos del final. Te olvidás de todo cuando estás acá adentro. Es la adrenalina”, relata sobre su peculiar forma de evasión en el interior de la esfera en la que sale todas las noches a girar.
Atención inmediata
Los responsables del espectáculo destacaron la intervención de Maricel Ronco, una médica que estaba presente entre el público y brindó la primera asistencia a los heridos hasta que dos ambulancias trasladaran a los cinco motociclistas al Heca. Además de Sergio el resto recibió atención por politraumatismos y uno quedó en observación. Ariel Heredia, mago y director del espectáculo, aclaró que los artistas lastimados fueron reemplazados y que ayer retomaron las funciones habituales de las 18.30 y las 21. También solicitó al público del lunes que haya presenciado el accidente y haya registrado las imágenes que acerque el material al circo.
