Los principales integrantes del Gabinete nacional salieron hoy a coro a cuestionar el paro encabezado por las centrales opositoras y afirmaron que se trató de un «piquetazo», a través de una «metodología extorsiva».
El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, el vicepresidente Amado Boudou, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y los secretarios de Transporte y Seguridad, Alejandro Ramos y Sergio Berni, respectivamente, se refirieron en duros términos a la huelga convocada por la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli.
Según el titular de ministros, la medida de fuerza fue «un piquetazo» y denunció «acciones violentas», por lo que hubo gente que fue «obligada a no ir a trabajar».
«Es un paro netamente político, para congraciarse con un sector mediático, salir mucho en la tele», enfatizó Abal Medina en declaraciones a Radio La Red.
«Condenamos este tipo de acciones que lo que hacen es ejercer violencia física sobre los que quieren ir a trabajar», agregó el funcionario.
A su turno, Randazzo repudió la «metodología extorsiva» que utilizaron los manifestantes y dijo que la medida está «alejada de los reclamos de los trabajadores».
«Han mostrado su peor cara, con cortes en los accesos y las vías, con amenazas a comerciantes. Nada bueno puede salir de un paro como éste», enfatizó en diálogo con radio La Red.
El ministro del Interior y Transporte coincidió en que se trató de un «paro político» y sostuvo que «nunca en la historia argentina hubo un paro general con bloqueos».
«Es el primer paro en los últimos diez años. Pensemos cómo era el país hace diez años y cómo es hoy. Pensemos si este paro hoy tiene sentido», apuntó.
Randazzo insistió en que los trabajadores «pueden ejercer su derecho a reclamar y a la huelga, pero lo que no pueden hacer es impedir que el resto de los argentinos vaya a trabajar».
A su entender, «están buscando generar un clima de violencia y enfrentamiento», pero -sostuvo- que el Gobierno «no va a responder a las provocaciones, porque nunca se criminalizó la protesta social».
Boudou, en tanto, aseguró que el paro fue «un reclamo político» con «planteos personales» de los dirigentes de ambas centrales sindicales.
En su cuenta de la red social Twitter, el vicepresidente aseguró que «los paros están avalados por la Constitución y el Gobierno siempre será muy respetuoso», pero advirtió que «muy distinto es el tema de los piquetes y cortes».
A su turno, Berni cuestionó los incidentes que se registraron en algunos bares ubicados sobre la Avenida De Mayo, donde se rompieron vidrios y comerciantes denunciaron que fueron obligados a cerrar sus locales por integrantes del gremio de gastronómicos que dirige Luis Barrionuevo.
«Recorrimos todo el microcentro viendo los destrozos que ha hecho un grupo de delincuentes que se identificaron con el gremio gastronómico. Hemos identificado un colectivo y daremos intervención a la Justicia», explicó Berni en declaraciones a la prensa.
Ramos, por su parte, acusó a quienes hicieron el paro de «magnificar» la medida con cortes de rutas, al tiempo que aseguró que si la huelga «fuera genuina, no tendrían la necesidad de amenazar con medidas extorsivas».
«Lo de hoy no es una medida sindical sino un grupo de personas que para posicionarse electoralmente generan malestar a todos los argentinos», agregó el secretario de Transporte en un comunicado.