Álvaro Arellano/El Ciudadano
La segunda etapa del Programa de Incremento Exportador, conocido como dólar soja, empujó a productores a liquidar la cosecha y de esa manera contribuir al aumento de reservas del Banco Central. Por el momento el programa va camino a cumplir el nuevo objetivo, pero ahora aparece un nuevo cisne negro para el gobierno nacional: la histórica sequía que atraviesa el país, y particularmente la zona de La Pampa húmeda.
En pocos días esta nueva edición del incentivo agroexportador que establece un dólar a $230 para el sector, alcanzó casi la mitad del número establecido en el inicio, pero así como sucedió en la primera etapa que tuvo lugar en septiembre, la medida tendrá sus efectos colaterales sobre la economía. Su puesta en marcha y el consecuente aumento de la tonelada de soja, tendrá un nuevo impacto en el precio de insumos como el forraje para animales y eventualmente en los alquileres rurales.
El ingreso de unos 3 mil millones de dólares a fines de diciembre, tal como está previsto por el ministro de Economía Sergio Massa, significaría un oasis en el desierto para el gobierno nacional en término de divisas. Pero el problema a (no tan) largo plazo persiste, ya que la extrema sequía que arrastra la zona productiva y que se espera continúe durante meses le pone aún más obstáculos a la posibilidad de ingreso de dólares para los primeros meses del año que viene.
La situación achica aún más el margen de maniobra que tiene el Ejecutivo para engrosar las reservas. Pero más allá de la cuestión climática, la medida también tiene su efecto colateral sobre las arcas del Banco Central. Es que será nuevamente el Estado nacional quien compense el diferencial que van a recibir los agroexportadores por el dólar soja a través de la emisión de pesos. El riesgo de esa decisión es que ese excedente que quedará circulando termine presionando sobre los tipos de cambio alternativos.
Dólar soja: concesiones y riesgos que aceptó el gobierno para el desembolso agroexportador
Peor que en 2008
Un estudio reciente de la Bolsa de Comercio Rosario (BCR) expuso que la sequía actual es la más profunda de las últimas dos décadas. Se esperan algunas lluvias para la semana que viene pero que no tendrían un acumulado significativo y recién habría una recuperación del estado hídrico de los suelos entre febrero y marzo del año que viene.
El informe de la BCR sostiene que el cuadro de situación actual es comparable con dos momentos de los últimos veinte años. El más reciente fue en el período 2017/2018, que comenzó con abundante agua en los suelos, pero las lluvias desaparecieron desde mediados de diciembre hasta mediados de marzo.
En cambio, en el ciclo 2008/09, la falta de agua precedía a la siembra: la sequía estuvo presente durante todo el ciclo de triguera. Según sostuvo la entidad, el trigo 2008/09 “fue un gran fracaso productivo a nivel nacional tal como sucedió en este año”. En soja, el ciclo 2008/09, con 18 Millones de hectáreas sembradas y expectativas de producción de 50 Millones de toneladas (Mt), terminó con una cosecha de solo 31 Mt.
“A esta altura del año (2022), gran parte del norte y este de la región pampeana muestran los niveles más bajos de agua en el suelo considerando las estadísticas de los últimos 30 años. La situación es más grave que en el 2008 en Santa Fe, Entre Ríos y norte de Córdoba. Esto se refleja en la comparación del mapa de anomalía de las reservas hídricas al 27 de noviembre de 2008 con la actual (30 de noviembre). Lamentablemente, sin los eventos de lluvias que se dieron en diciembre del 2008, la tendencia es que la situación se agrave al 20 de diciembre de este año”, señalaron desde la Bolsa de Comercio.
Actualmente hay un escenario muy similar al que se dio en aquel entonces, con una diferencia que puede marcar el destino de la economía argentina. Las máximas de la semana pasada se mantuvieron en un promedio de 40ºC y 42ºC en la región núcleo. Pero lo que no sucedió esta vez son las lluvias que cerraron el mes de noviembre en el 2008. En ese momento, una gran tormenta había dejado acumulados de 80 a 140 mm, muy lejos de los 10 a 40 mm de finales de noviembre 2022.
Además, durante la primera quincena de diciembre del 2008 se sucedieron lluvias que complementaron las tormentas de noviembre en la región central, mejorando aún más la situación de las reservas, algo que no sucedió hasta aquí. El consultor climático de la BCR, Aiello Elorriaga, no descartó que se den lluvias durante los próximos días, aunque consideró que lejos de ser generalizadas se darían de forma puntual, en determinados momentos y en algunas zonas.
Sobre llovido, mojado
En diálogo con El Ciudadano, el vicepresidente de Federación Agraria (FAA), Marcelo Banchi, se refirió a la nueva implementación del dólar soja y se manifestó preocupado por los efectos de la sequía en la provincia de Santa Fe.
En relación a esto último, consideró: “Hay productores que están sembrando soja pero se habla de que en estos días pueden parar, porque se está arriesgando mucho capital. La verdad es que todos los pronósticos son malos y el trigo se está cosechando solo en algunos puntos”.
En sintonía con los pronósticos que dio a conocer la Bolsa de Comercio, reconoció que el fenómeno de sequía conocido como “La niña” permanece acentuado y que las lluvias recién comenzarían a darse a mediados de febrero. Esto incluso podría llevar a que parte de los productores resguarden su cosecha y no liquiden.
También analizó los efectos que puede provocar, sobre todo en pequeños productores una nueva implementación del dólar diferencial para exportadores de soja. Al respecto, consideró: “En forraje hubo un significativo aumento de precios. El pellet subió significativamente y no bajó nunca después del dólar soja de septiembre. Lo que es alimento balanceado tuvo un aumento importante y ahora va a tener otro con esta nueva edición”.
En Argentina, todo lo que sube no baja, y un ejemplo de ello es lo sucedido con la puesta en marcha del incentivo para exportadores. Cuando se definió su implementación en septiembre y se le pagó a los exportadores 200 pesos por cada dólar exportado, el precio del grano registró una suba significativa que tuvo impacto en el precio del alimento para animales. Tras el vencimiento de esta medida, el precio para exportadores volvió a bajar, pero no así el precio de los insumos.
Otro tema fue el precio de los alquileres rurales. En ese sentido, Banchi aclaró: “Se armó un gran problema entre inquilinos y dueños de los campos. Muchos tuvieron que arreglar de manera privada. Para este segundo dólar soja, muchos alquileres todavía no están vencidos algunos vencen en junio, otros vencen de manera mensual”.
De acuerdo a la disposición oficial, el valor del dólar soja no debería operar como una referencia a la hora de celebrar contratos de alquileres rurales. Pero en el ámbito privado, muchos contratos se liquidaron teniendo en cuenta el dólar soja, o teniendo en cuenta ambas referencias. Estas modificaciones luego tienen traslado inmediato a precios.
Dificultades en la provincia
La provincia de Santa Fe no se encuentra ajena a esta realidad ni mucho menos. Los 19 departamentos de la región permanecen afectados por la sequía y existe una profunda preocupación por las pérdidas económicas.
Se trata de una época clave del año, ya que es la que define la producción del 2023 para productores ganaderos, cerealeros y lecheros. Es por este motivo que hace algunos días se declaró la emergencia provincial, que se homologará a nivel nacional.
Durante la semana, el ministro de Producción provincial, Daniel Costamagna, reconoció en declaraciones radiales que en el caso del trigo las pérdidas rondan entre el 40% y 50% y agregó que el dato parcial “es solo una foto, porque la película es grave”. El funcionario aseguró que “cada día que pasa y se demora la siembra, las expectativas de rendimiento y de producción son menores”.