El gobierno nacional canceló una deuda de unos 120 millones de dólares que el Estado tenía con empresas generadoras de electricidad. El monto, que fue erogado por la secretaría de Energía, se había acumulado en los tiempos de congelamiento de tarifas y entre los beneficiados figuran Marcelo Mindlin y Nicolás Caputo, empresarios cercanos al presidente Mauricio Macri.
El desembolso total fue por unos 120 millones de dólares al tipo de cambio oficial del viernes pasado y recibieron el dinero compañías como Pampa Energía, Central Puerto, YPF Luz y Aluar.
“Si bien la negociación venía desde hace varios meses, los pagos se produjeron en uno de los momentos más delicados del Estado Nacional, jaqueado por la corrida cambiaria y bancaria”, publicó el sitio especializado Econojornal.
En momentos donde escasean los dólares y los desembolsos del FMI son agua en el desierto, donde una brutal devaluación impactó en el poder adquisitivo de los argentinos e incrementó el número de pobres en todo el país, en momentos donde el Congreso debate extender la emergencia alimentaria, el presidente Macri cumple antes de que finalice su mandato su compromiso con uno de los sectores que más ganancias reportó durante la gestión Cambemos: el energético. Pero más aún, esa definición beneficia a dos empresarios amigos.
Empresarios M
Mindlin es el titular de Pampa Energía pero además posee una parte importante de las acciones de Edenor, la empresa que distribuye la energía eléctrica en el norte de la ciudad de Buenos Aires.
No sólo eso, Mindlin salió al rescate de la familia presidencial al comprarle la empresa constructora Iescsa al primo de Mauricio, Ángelo Calcaterra, cuando los vínculos con la obra pública le podían generar dolores de cabeza a Macri por incompatibilidad en sus funciones y antes de que explote la causa por sobornos en la obra pública.
Mientras que el otro beneficiado fue Caputo, el “amigo del alma” del presidente, según las palabras del propio Macri.
“Nicky” es el dueño de Central Puerto, firma a través de la cual compró la central termoeléctrica Brigadier López, de Sauce Viejo, por 376,5 millones de dólares.
Negociaciones
Las conversaciones entre las empresas y el gobierno nacional comenzaron en 2018, cuando se inició el proceso de venta de las centrales Brigadier López y Ensenada Barragán, que estaban en manos de la estatal Ieasa (ex Enarsa).
Las generadoras señalaron en ese momento que para facilitar el financiamiento de las obras de cierre de ciclo en esas centrales, condición obligatoria del pliego de venta, era necesario que el gobierno cancele la deuda. El reclamo se acentuó luego de que el 1° de marzo, la secretaría de Recursos Renovables y Mercado Eléctrico redujo la remuneración que venían percibiendo las generadoras por operar las centrales térmicas e hidroeléctricas, que producen un 60% de la electricidad que consume la Argentina.
Gustavo Lopetegui, secretario de Energía, fue el encargado de negociar con las generadoras. La compensación consistió en cancelar las deudas acumuladas más los fondos equivalentes a los mantenimientos no recurrentes no realizados en un único pago, con una quita del 18%.
