El militar retirado José Alberto Bernhardt no será nombrado como director del Servicio Penitenciario tras el repudio de su figura cosechado durante el fin de semana. Desde el Ministerio de Seguridad de la provincia afirman que no conocían sus antecedentes y que la reacción de diferentes sectores sociales, civiles y políticos hizo recular en la designación.
El viernes pasado, había comenzado a circular el decreto que aceptaba la renuncia de Walter Ataide, quien cumplía la función de director del Servicio Penitenciario, y hombre leal del exsecretario de seguridad, Jorge Bortolozzi, para nombrar en el área al Teniente Coronel retirado José Bernhardt, quien fue integrante del Batallón de Inteligencia 601 del II Cuerpo del Ejército durante los años 1982 y 1983. Así lo indican tanto su legajo militar como los documentos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, donde se sindica a los integrantes y los roles de los mismos en el organismo. El Batallón fue, en los años de plomo, el principal ente de centralización y elaboración de información y tareas de inteligencia a través de la cual se cotejaban informes con los que después los grupos de tarea llevaban adelante las actividades represivas de secuestro, tortura y desaparición forzada de personas en la dictadura.
Desde el momento en que se dio a conocer la noticia, diferentes organismos de defensa de los derechos humanos, organizaciones sociales, sindicales y hasta actores políticos cercanos al gobierno de Omar Perotti dieron a conocer su rechazo y repudio al nombramiento de una persona que integró este cuerpo de inteligencia, habiendo ingresado “por sus méritos” como así lo indica su legajo.
Desde el Ministerio de Seguridad de la provincia afirmaron a este diario que el decreto del nombramiento de Bernhardt “nunca salió”, dando cuenta de que nunca estuvo en funciones. Así mismo, aclaran que si bien estaba todo preparado desde el ministerio de Gobierno provincial, desde Seguridad no estaban en conocimiento de sus antecedentes, y se resolvió dar marcha atrás. Así también lo confirman desde la Secretaría de Derechos Humanos provincial.
Eduardo Toniolli, integrante fundador de Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio de Rosario (HIJOS) planteó esta mañana en LT8 que la designación fue “una mala decisión” desde el principio de la polémica. “Debe haber muchos cuadros políticos formados que pueden hacerse cargo de esa función (de director del Servicio Penitenciario). Fue un error” y agrega que “el pueblo argentino, con sus luchas sociales, gremiales, políticas, de derechos humanos, se ganó el derecho a no tener que soportar a funcionarios que tengan estas características” y “nos ganamos el derecho de señalarlo para que se pudiera revertir”.
El diputado nacional recuerda que Bernhardt no tiene condenas por su participación en el cuerpo de inteligencia del Ejército, pero que el Batallón 601 “ fue un ámbito dentro de la estructura represiva que se encargaba de la inteligencia; un dispositivo central de la represión” y aclara que “si bien para la Justicia la presunción de inocencia tiene un valor central dentro de nuestro ordenamiento jurídico, para la administración y la política hay otros valores que corren y que hay que hacer valer en esta etapa”.
Actualmente, el Servicio Penitenciario sigue acéfalo, tras la salida de Ataide, desde el 27 de abril. La dependencia de momento permanece a cargo de Walter Gálvez, secretario de Asuntos Penitenciarios, quien buscaba encontrar en Bernhardt un actor con el cual apoyarse en su misión de despoblar las comisarías, las cuales están “abarrotadas”, y capacitar a las fuerzas de operaciones especiales del servicio penitenciario.