El gobierno de Ecuador anunció este jueves que brindará asistencia a Guayaquil para realizar mejoras en el Estadio Monumental y no perder la posibilidad de ser la sede de la final de la actual edición de la Copa Libertadores prevista para el 29 de octubre próximo.
El estadio del Barcelona de Guayaquil podría ser vetado por la Conmebol para albergar la final de la Libertadores 2022 por problemas de infraestructura y ante esa posibilidad el ministro del Deporte Sebastián Palacios hizo el anuncio de que se ocuparán del tema.
«Estamos avanzando la organización de la final de Guayaquil, con la coordinación de la federación ecuatoriana con la Conmebol, uno de los representantes está aquí en Ecuador para firmar un convenio entre el ministerio, la federación y la CONMEBOL. Estamos en camino de realizar con éxito esta final única», señaló el ministro.
El ministro amplió su parecer al señalar: «Estamos en este juego, tenemos que jugarlo y tenemos que salir adelante. En ese día, Guayaquil tiene que ser la ciudad más segura del mundo. Tenemos que activar un importante dispositivo de seguridad para que las experiencias negativas para los turistas se reduzcan al mínimo. Estamos a la altura».
El vicealcalde @JosueSanchezEc sostuvo una reunión con representantes de @TheLibertadores y la @FEFecuador a quienes se ratificó la responsabilidad de ser el escenario de la final única de la Copa Libertadores. pic.twitter.com/BLmhMouK5z
— Alcaldía Guayaquil (@alcaldiagye) July 27, 2022
El pasado martes la Conmebol señaló que la final en la ciudad ecuatoriana estaba amenazada porque el Barcelona, responsable del Estadio Monumental, aún no ha cumplido con las exigencias del organismo, indicó el diario Universo de Guayaquil.
Pese a ello, el presidente del Barcelona, el exfutbolista argentino Carlos Alfaro Moreno, aclaró que el club es «sumamente» responsable con las adecuaciones del Monumental que ha determinado la Conmebol con miras a la final.
Esta no sería la primera vez en que la Conmebol cambia la sede de una final ya que en 2019 descartó a Santiago de Chile, por la crisis política y social que sufría el país trasandino, y la final entre River Plate y Flamengo se jugó en Lima, Perú, con la victoria del equipo brasileño por 2-1.