Para evitar una mayor presión inflacionaria y en medio del proceso electoral, el gobierno nacional decidió este viernes postergar parte del aumento del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) que tenía que empezar a regir en julio y ahora las petroleras analizarán la posibilidad de bajar precios de naftas y gasoil.
Las empresas expendedoras estaban esperando esta decisión oficial para debatir si durante el fin de semana pueden recortar los precios en función del «veranito cambiario» que mantiene estable al dólar y el valor del petróleo crudo.
Según informó la secretaría de Energía, el ICL solo actualizará su valor un 3,9%, cuando el ajuste debería haber sido del 11,8% por litro.
Por esa reducción el impuesto pasará de 6,13 pesos a 6,37 por litro de gasoil (debería haber pasado a 6,85), y de 9,94 pesos a 10,33 por litro de nafta (debería haber subido a 11,11).
Para apuntalar el leve repunte del consumo, el gobierno de Mauricio Macri viene tomando una serie de decisiones destinadas a frenar la escalada de precios.
En ese marco, además de postergar la suba en el gravamen a los combustibles, en los últimos días la administración macrista postergó incrementos en las boletas de gas y relanzó el plan Ahora 12.
El impuesto a los combustibles se aplica de forma trimestral y hubiese correspondido imponerlo a inicios de junio pero el Ministerio de Hacienda decidió en ese momento postergar su implementación por un mes para morigerar el impacto en los precios.
A su vez, las petroleras aguardaban el anuncio oficial para poder definir la estrategia de precios en surtidores que aplicarán a partir de este fin de semana, en momentos en que se mantiene estable, con tendencia a la baja, la paridad cambiaria y el barril de petróleo Brent.