En la serie, la actriz dominicana Sandy Hernández es la encargada de llevar a la pantalla a Minerva, una joven inteligente y de espíritu rebelde que, tras ser víctima ella misma de las conductas predatorias de Trujillo por querer perseguir sus ambiciones académicas, decidió oponerse públicamente al que se recuerda como uno de los más cruentos gobiernos de facto de la Latinoamérica moderna.
Apoyada por su pareja y sus compañeros, pero sobre todo en unión con dos de sus tres hermanas, Minerva fue durante la década de los 50 la cara más visible del movimiento 14 de Junio, que buscaba una salida democrática para su país en una época en la que la revolución armada era la vía predominante.
Sin embargo, fue justamente su valentía y su imparable ímpetu por ponerle término al brutal dominio del dictador lo que las altas esferas no pudieron soportar, aunque el asesinato del trío de militantes el 25 de noviembre de 1960, fecha en la que desde 1999 y por resolución de la ONU se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, sería en última instancia el preámbulo de la caída de Trujillo un año más tarde.
«Me pregunté por qué había tan poco sobre ellas, hay series y películas dominicanas que hablan de la dictadura de Trujillo, de sus perversidades, pero me llamó la atención desde lo conceptual, siendo mujeres latinoamericanas y no anglosajonas, que si fuera así ya tendrían cuatro películas y dos series sobre ellas», explicó Buscarini en diálogo con la agencia de noticias Télam sobre el nacimiento del proyecto.
En ese sentido, el realizador nacido en Rosario pero de reconocimiento internacional comentó que le pareció «fascinante» la trama de Minerva, alguien que no tuvo «muchos hechos de acción impactantes ni demasiado show, sino pura convicción: su épica no es tan cinematográfica, pero ahí fue donde me convencí de que había que hacer algo», agregó.
Con la idea en proceso, Buscarini y su equipo finalmente decidieron incluir un aspecto no sólo beneficioso en lo narrativo sino necesario para retratar el interior del régimen de Trujillo: se trata del personaje ficticio de Arantxa Oyamburu (Susana Abaitua), una joven inmigrante española con ilusiones profesionales que se ve atrapada por el sistema machista y abusivo de la cúpula del poder de facto.
«Entendimos que la forma era con una construcción un poco más libre, porque siendo rigurosos y honrando la historia de las Mirabal, no estábamos dispuestos a inventar cosas que no habían sido. Por eso nos metimos a través del personaje de Arantxa, que es la construcción de lo que le pasó a muchas mujeres y especialmente a las inmigrantes españolas en la República Dominicana», ahondó el creador de la propuesta.
De esa manera, El grito de las mariposas se desenvuelve a través de la relación de encuentros y distancias a lo largo del tiempo entre Minerva y Arantxa, quienes se potencian entre sí como las dos caras más opuestas pero a la vez profundamente conectadas del régimen de Trujillo.
A poco de su estreno, Sandy Hernández dijo sobre su papel en la producción, que cuenta además con la participación en el elenco de Luis Alberto García, Guillermo Toledo, Mercedes Sampietro, Héctor Noas, Maridalia Hernández y Jairo Camargo, entre más: «La historia de ellas y la dictadura de Trujillo se nos enseña en el colegio, pero cuando llegó el papel de Minerva a mis manos empecé una investigación más profunda de su lucha, de su labor. Obviamente sabía que el 25 de noviembre se conmemoraba como símbolo de la lucha contra la violencia de género, y para mí era muy importante conocerla a ella como ser humano, humanizarla además de su figura como alguien con una convicción y unos ideales fuertísimos. Fue un proyecto que me tomé con mucha responsabilidad y fue un honor interpretar a esa gran dominicana».
Respecto de qué manera se interiorizó de la vida de Minerva para llevarla a la pantalla, la actriz expresó: «Desgraciadamente no hay videos, ni audios, más que fotos no hay nada físico para saber de ella y emularla. Mi proceso fue a través de documentales sobre la dictadura, entrevistas de allegados a ella, y pude compartir con algunos familiares, con su hija Minou tuve la suerte de que me paseara por la casa museo, donde ellas vivieron, y hablar de una forma más personal para tener esos datos curiosos y hechos de ella como mujer y como madre. Fue empaparme de ella y capturar su esencia para interpretarla y ponerme en su piel».
La actriz habló también acerca de cómo piensa que dialoga esta propuesta con un presente en el que las cuestiones de género están siempre sobre la mesa de conversación: «Es una historia que, aunque empieza en 1949, creo que es más relevante que nunca. Cuando vemos la línea de Arantxa y lo que ella tiene que hacer para cumplir sus sueños, son cosas que todavía se siguen viviendo; perder la dignidad o hacer algo que no estás dispuesta a hacer porque es tu sueño. La labor de la mujer no ha terminado en absoluto, seguimos luchando por tener derecho a tomar decisiones sobre nuestros cuerpos, a que haya igualdad de salarios, a que nos crean igual de capaces para cumplir ciertos cargos. Es súper relevante hoy en día, uno ve todo ese esplendor de una serie de época que se ve tan lejano, pero es algo que pasa todavía. Y la lucha sigue. Por eso es tan importante seguir contando esta historia y muchas más que hay, para seguir concientizando a estas nuevas generaciones y de verdad erradicar estas cosas».
Y cerró: «Yo quisiera que la serie transmita algo que creo que falta en la generaciones más jóvenes, quizás no en todo el mundo, pero creo que antes los ideales estaban más claros, la gente estaba dispuesta a luchar, como las Mirabal, que estaban dispuestas a dar su vida por una causa mayor. Me gustaría que la serie deje la idea de que hay que encontrar una razón para luchar activamente, poner ese granito de arena para mejorar tu país o el mundo, y para las mujeres, alzar la voz, que sean conscientes de su valor y de todo lo que tenemos para aportar».