El insigne guitarrista y compositor local Carlos Casazza tiene un nuevo disco. Se llama Benarés y lo grabó (y lo toca) en formato de quinteto. Ya había tenido una experiencia anterior en este formato, un disco grabado en 2019 y titulado simplemente Carlos Casazza Quinteto. Considerado uno de los notables guitarristas rosarinos, Casazza fue discípulo, allá por los 90, de Ralph Towner, el líder del grupo Oregon, de donde parece haberse influido para sus admirables fraseos y en el uso de la guitarra clásica.
Durante su trayectoria formó parte del Trío de Guitarras de Rosario junto a Gustavo Marozzi y Claudio Bolzani, y ya con varios de los miembros de la formación actual, grabó el exquisito La sombre del sauce transparente (2018). Casazza fue creador también de algunas otras formaciones y proyectos y tocó con figuras locales de la talla de Adrián Abonizio, Liliana Herrero o Ethel Koffman.
Los músicos que lo acompañan en Benarés son Ernesto Jodos en piano; Inti Sabev en clarinete; Mauricio Dawid en contrabajo y Carto Brandán en batería. Disco intenso, fluido e imaginativo por donde se lo escuche, de alto nivel compositivo, fluida improvisación y donde el jazz y la libertad melódica se dan la mano, Benarés, editado por el sello BlueArt Records, tendrá su presentación oficial el sábado 28 de octubre, a las 19:30, en la Sala de lectura Alfredo Lovell, ubicada en la planta baja de la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez. Antes, Casazza precisó algunos detalles de la factura y características de este registro.
Sobre si cuando decide armar un disco tiene primero una idea o tiene ya los temas, y sobre su vuelta al quinteto, el guitarrista, que en este registro se aferró a una viola eléctrica para despuntar otros aires, señaló: “En este caso el material se fue abriendo camino y después decidí la tímbrica. En otros casos he compuesto especialmente para la formación e inclusive para los músicos. Esta vez no. Sí pensé en el quinteto con piano. Y a su vez, sabía que iba un viento y la guitarra eléctrica. Tenía que ver qué podía hacer con la eléctrica esta vez, son muchos años de nylon, así que tuve que pensar un poco al respecto”.
Hace ya rato que el guitarrista rosarino comparte grabaciones y escenarios con el magnífico pianista porteño Ernesto Jodos, instancia que parece ir profundizándose y alimentándose mutuamente. “Todos los músicos son amigos con los que hemos compartido y compartimos diversos proyectos a través de los años; en el caso de Jodos , como me preguntás , ya hace muchos años que comenzamos y grabamos un dúo y otras formaciones, mi cuarteto con el que grabamos La sombra del sauce transparente, por ejemplo, y lo he ayudado un poco en sus aventuras solistas. A mí me encanta que los otros músicos, y estos en especial, influyan sobre el proceso de consolidación del grupo o del repertorio”, apuntó Casazza.
En general el sonido de Benarés es íntimo y envolvente, casi paisajístico. Al respecto, el guitarrista subrayó que “el disco es homogéneo desde el punto de vista del vocabulario armónico y melódico, y a su vez cada tema tiene su propio escenario. Algunas de estas músicas están relacionadas con bandas de sonido que compuse para cine y teatro”.
La música de Casazza tiene una personalidad definida pero, al mismo tiempo, hay en cada uno de sus discos como un proceso de descubrimiento de climas y texturas. ¿Lo ve él de esa forma? “Cada disco es distinto, uno siempre se ilusiona con hacer aparecer algo nuevo, no digo novedoso ni vanguardista, solo una nueva sensación, un nuevo territorio para circular”, destacó el compositor.
