Por Daniela Barreiro
Con el río como protagonista y la amistad como elemento fundante de una impensada aventura, esta noche, a partir de las 20.30, se proyectará en el cine El Cairo (Santa Fe 1120) El Hechicero, una miniserie que, dirigida por el realizador local Héctor Nene Molina, resultó ganadora del segundo llamado de Televisión Digital en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa).
Dotada de ocho capítulos, la miniserie transcurre en un velero que, en un primer momento, aparece abandonado en el Delta del Paraná sin rastros de sus ocupantes. Un año después, tres jóvenes lo adquieren en un remate e, ignorando su origen, lo bautizan Hechicero y zarpan entusiasmados desde Rosario a Punta del Este.
Una vez iniciada la travesía, los jóvenes encuentran un misterioso libro de bitácora que les irá revelando qué sucedió con la desaparecida tripulación anterior.
Uno de los tripulantes desaparecidos de la embarcación que solía llamarse Agresivo es El Viejo, un personaje entrañable que compone el actor rosarino David Edery, quien, en diálogo con El Ciudadano, aseguró que el principal atractivo de El Hechicero, “es el vínculo entre amigos que se crea en el barco. Es el ocio fundador de una amistad perdurable. Aparte, está la cuestión más paisajística del río, una estética que tiene mucho arraigo en la ciudad”.
“El río tiene un protagonismo muy importante, es el disparador y la conclusión de todas las acciones y los conflictos que se generan en el desarrollo de la miniserie”, agregó quien comparte cartel con Carlos Resta, Ricardo Arias, Tito Gómez, Juan Nemirovsky y Severo Callacci, entre otros; al tiempo que aseguró que lo que más le llamó la atención de la propuesta fue, justamente, ese entorno. “Tengo una embarcación, un velero, me gusta mucho el río, navegué bastante; entonces, lo que más me llamó la atención, fue el entorno en el que se desarrollaba la acción”.
“Mi personaje me impactó de entrada, es el mayor de toda esa tripulación perdida”, dijo Edery sobre El Viejo, mientras puntualizó: “La actuación es abordable de muchas maneras, fui armando el personaje a partir de sus dichos, de sus comentarios y de su interrelación con los otros. Trabajé sobre eso con mucha improvisación”.
Respecto de su relación como actor consagrado de la ciudad con las nuevas generaciones, Edery confesó vivirla muy naturalmente. “Tengo muy presentes mis comienzos y creo que eso me ayuda al acercamiento con las nuevas generaciones. Siento que es fluido el devenir de esta mezcla de generaciones”.
Formado en el teatro independiente y con variadas experiencias en cine y televisión, el actor describió el trabajo ante cámaras como cansador. “No sé qué actor italiano decía que el cine es la única profesión en la que te pagan por esperar; acá pasa lo mismo, estás más tiempo esperando que se arme toda la técnica para después decir «hola, ¿cómo estás?». Pero el resultado del cine y la televisión es bastante permanente, se puede recurrir a eso en distintos momentos, épocas o años. El teatro, en ese sentido, es más efímero pero tiene la ventaja de ser un momento único e irrepetible. Es una entrega total del actor hacia el público y del público hacía el actor. Es un tiempo compartido que no se va a volver a repetir jamás”.
Para concluir, Edery destacó la importancia de estos concursos del Incaa y las posibilidades que desde allí se desprenden, aunque señaló la importancia de realizar un ajuste en la proyección y la distribución de las miniseries. “Hay un montón de miniseries terminadas que están durmiendo el sueño de los justos, no se proyectan. No sé bien qué pasa, si es una cuestión política o económica; desconozco, pero tendría que ajustarse para revalorizar la inversión y el esfuerzo que hay detrás de todos estos trabajos”.
Historias que surgen de una bitácora propia
“Esta historia tiene que ver con vivencias propias”, dijo el realizador local Héctor Nene Molina sobre El Hechicero, su último proyecto, al tiempo que detalló: “La historia surge de un grupo de amigos con los que hicimos algunos viajes arriba de un velero, donde comprobamos que no importaba adónde íbamos ni adónde llegaríamos, era el viaje el que tenía una impostura muy difícil de mensurar. Hace unos años plantamos las bases del guión y teníamos un poco el derrotero general; está basado en vivencias personales que tuve en la embarcación. Las experiencias son solamente algo de lo que uno se agarra, en este caso, este proyecto tiene muchas situaciones y personajes de momentos que hemos vivido pero tengo claro que estos personajes no tienen nada que ver con nosotros”. “Es una (miniserie) de aventuras –definió–; algunos me preguntaron si es como Lost, y yo les digo que es más parecida a Stand by me (Cuenta conmigo), la novela de Stephen King”.