El hermano de Fernando Pérez Algaba, el empresario hallado descuartizado dentro de una valija en un arroyo de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge en julio pasado, aseguró este miércoles que cree que los dos principales acusados del crimen tenían planeado matarlo también a él «para no dejar cabos sueltos».
«Los que tenían que estar presos, están presos. Yo siempre sospeché de estas dos personas», afirmó esta mañana Rodolfo Pérez Iglesias, hermano de «Lechuga» Pérez Algaba (41), al freferirse a los acusados Maximiliano Pilepich (45) y Nahuel Vargas (43).
En diálogo con el canal LN+, el hombre afirmó que para él a su hermano «lo mataron por plata» y apuntó a Vargas, a quien se refirió como «un drogadicto que se acerca a la gente para sacarle plata para mantener su consumo».
Rodolfo dijo que cree que él también iba a ser víctima de Pilepich y Vargas, ya que una semana antes del crimen de «Lechuga» lo habían citado para proponerle trabajar en el emprendimiento inmobiliario «Renacer», de General Rodríguez.
«Un par de días antes del crimen, me manda un mensaje mi hermano para preguntarme si yo quería ir a trabajar a ´Renacer´ para recibir a la gente que iba a averiguar por los lotes. Mi conclusión es que esta gente tenía planificado no dejar ni un cabo suelto, que soy yo, y matar dos pájaros de un tiro», expresó.
En otro momento de la entrevista, el hermano de Pérez Algaba aclaró que, si bien nunca recibió amenazas, en dos momentos fue seguido por dos automóviles que no pudo identificar.
Por último, Rodolfo dirigió unas palabras hacia Pilepich y Vargas, quienes al declarar ante la Justicia inculparon al otro del hecho: «A Nahuel no tengo palabras para decirle, pero nunca creí que este chico hubiese llegado a lo que llegó», dijo.
«Con respecto a Pilepich, sería una mala palabra. Tengo 60 años, nunca fui un mafioso, pero si hubiese tenido la posibilidad de hacerle lo mismo, se lo haría. Llegar a lo que llegaron, descuartizar a una persona, todavía no lo puedo digerir», agregó.
Por el crimen de Pérez Algaba, el titular de Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Lomas de Zamora, Marcelo Domínguez, pidió procesar con prisión preventiva a Pilepich, Vargas, Luis Alberto Contrera, al comisario mayor de la Policía de la Ciudad Horacio Mariano Córdoba, a la gestora Flavia Lorena Bomrad y dos amigos y empleados de Pilepich, Fernando Gastón Carrizo y Matías Ezequiel Gil.
A todos ellos les imputa el delito de «homicidio cuádruplemente agravado por el uso de arma, alevosía, codicia y el concurso premeditado de dos o más personas», en perjuicio de «Lechuga» Pérez Algaba, el cual prevé la pena de prisión perpetua.
Respecto a Vargas, Pilepich, Bomrad y Contrera, el fiscal pidió que también sean procesados por «falso testimonio».
En su escrito, Domínguez consideró que «habiendo actuado de manera premeditada entre sí y con una previa división de tareas y mediante la utilización de armas de fuego, provocaron dos lesiones en la parte posterior del torso de Fernando Pérez Algaba, que posteriormente ocasionaron su fallecimiento».
Al relatar la materialidad ilícita, el fiscal explicó que los acusados llevaron a cabo «un plan criminal» y «embalaron» el cuerpo de la víctima.
El fiscal Domínguez estableció en su investigación que Pilepich citó a Pérez Algaba para encontrarse en el predio «Renacer» de General Rodríguez el 18 de julio pasado por la tarde, y hasta allí concurrió la víctima junto a Vargas en una camioneta Range Rover Evoque blanca.
Según la pesquisa, «Lechuga» iba a cobrar una deuda de 50.000 dólares que mantenía con Pilepich, quien llegó al lugar a bordo de una camioneta Mercedes Benz G500.
En tanto, fueron excarceladas Alma Nicol Chamorro, hermana de Contrera y primera detenida en la causa; y Gladys Cristaldo, la mujer dueña de la casa donde fue hallado Pilepich tras permanecer varios días prófugo.
Para el Ministerio Público, el crimen del empresario Pérez Algaba fue cometido por una deuda de 50.000 dólares y 17 terrenos que el imputado Pilepich debía entregarle a la víctima quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio pasado hasta el predio «Renacer» de General Rodríguez a encontrarse con él.
La desaparición del «Lechuga» fue denunciada el 19 de julio por la dueña de un departamento que la víctima había alquilado de manera temporal en el partido de Ituzaingó, quien, al no tener noticias suyas, se presentó en una comisaría para radicar un pedido de averiguación de paradero.
Mientras que sus restos descuartizados fueron encontrados entre el 22 y el 24 de julio en un arroyo en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora.