En el Norte Argentino hay un pueblo salteño de arquitectura colonial que “cuelga de la montaña” y se destaca por contar con calles de piedra empinadas que discurren por su casco histórico, en el que sobresalen casas de abobe con tejas rojas y una iglesia imponente que es objeto de culto de los fotógrafos.
Este pequeño pueblito de aire pintoresco es Iruya, que está ubicado en la provincia de Salta pero tiene la particularidad que se accede a través de un camino de ripio que arranca en Jujuy, cerca de la ciudad de Humahuaca. Si bien este recorrido se puede hacer en un auto particular, es recomendable contratar a un baqueano que cuente con una camioneta de tracción total para ir.
Iruya cuenta con poco más de 1.500 habitantes, por lo que es un pueblo muy tranquilo de costumbres andinas: muchos de sus pobladores suelen organizar una feria en la plaza principal, que cuenta con productos autóctonos de todo tipo y en la que además se puede degustar platos regionales típicos.
Esta localidad cuenta con la particularidad de que no se puede ingresar con el auto, que se debe estacionar en las zonas aledañas, y hay que recorrerla a pie. Uno de los caminos más buscados es el que lleva hasta un mirador que está emplazado sobre un punto de vista panorámico. Un dato a tener en cuenta: hay que subir con calma para evitar apunarse por la altura.
La postal más emblemática e icónica que tiene Iruya es la Iglesia de San Roque y Nuestra Señora del Rosario, que fue fundada en 1.753 y oficia como la “puerta de entrada” a la ciudad. Al haber sido construida en el Siglo XVIII dentro de lo que era el Virreynato del Río de La Plata, posee un marcado estilo colonial.
Cómo llegar a Iruya
Saliendo desde Humahuaca se debe tomar primero la Ruta Nacional 9 y luego la Ruta Provincial 13. En total son 73 kilómetros, la mayoría de ellos en ripio, que se recorren en poco más de dos horas. También hay disponible un servicio de micros de línea que salen desde Humahuaca e Iruya y conecta ambas localidades entre sí.