Como suele pasar cuando las cosas no quedan del todo claras en materia de reparto de bienes y dinero, la herencia de la diva de la música brasileña Gal Costa, quien falleció en noviembre de 2022, generó una disputa judicial entre los dos herederos, su hijo Gabriel y quien fuera su mujer y ahora su viuda, Wilma Petrillo, quienes el domingo por la noche hablaron por primera vez sobre la polémica en un programa de televisión de gran audiencia y la noticia tomó finalmente estado público.
Gabriel Costa, de 18 años, afirmó en el programa Fantástico, de la cadena O Globo, que Wilma Petrillo lo presionó para firmar un documento después de que la cantante falleciera a los 77 años, en el que atestiguaba que las dos mujeres tenían una relación sentimental estable.
Ahora, el hijo reclama ante los tribunales la anulación del referido documento, que fue clave para que Petrillo recibiera el 50 por ciento de la herencia de la cantante, una de las principales exponentes de la música popular brasileña junto a Caetano Veloso y Gilberto Gil, con éxitos insoslayables como “Baby” o “Chuva de Prata”, con una carrera de décadas.
Adoptado por Gal cuando tenía dos años, Costa aseguró que Petrillo, a quien tachó de “mercenaria” y de “víbora”, tuvo una relación “muy breve” con la artista y que en la actualidad era sólo su representante.
“¿Dónde están el dinero y las propiedades? Esa es mi principal duda”, señaló el joven en la tevé. Por el contrario, la viuda aseguró en una entrevista divulgada en el mismo programa que ella y la cantante seguían siendo pareja después de 20 años de convivencia y que el hijo está siendo “manipulado” por su novia.
Sobre la herencia, Petrillo la calificó como “pequeña” y dijo que en los conciertos portaba joyas prestadas y que, además, tenía muchas deudas.
Más allá del patrimonio, el hijo confirmó su petición a la Justicia para exhumar el cuerpo de la cantante, muerta por un paro cardíaco en su domicilio de San Paulo, para “estar seguro de que fue realmente eso”, ya que Petrillo no quiso que le fuera practicada una autopsia, por lo cual puso un manto de dudas sobre la muerte de su madre.
“No sé de qué está desconfiando ¿Cree que yo la maté?”, se preguntó la viuda, quien afirmó que la cantante había expresado su deseo de que no le hicieran una autopsia después de ver un reportaje en televisión sobre el tema. La disputa alcanza incluso el lugar donde descansa el cuerpo de Gal Costa, sepultada en un cementerio de San Paulo en un lote de la familia de Petrillo.
Por su parte, el hijo de Gal aseguró que hay “miles de personas” que pueden atestiguar que el deseo de la cantante era que su entierro se realizara en Río de Janeiro junto a su madre.