El hospital José María Cullen, de la ciudad de Santa Fe, está al borde del colapso por el aumento de los contagios de coronavirus. Según explicó este lunes su director Juan Pablo Poletti, quedan solo seis camas críticas en todo el nosocomio: cinco para pacientes con Covid y la restante para un potencial paciente con otra patología. Por ese motivo, sus autoridades decidieron trasladar el servicio de Neonatología al hospital de Niños Orlando Alassia, ubicado a siete cuadras del Cullen.
En conferencia de prensa, Poletti señaló que “es imperioso” reorganizar el Cullen por el aumento de casos de coronavirus. En ese sentido, la primera medida fue el traslado momentáneo del servicio de Neonatología hacia el hospital de Niños con el objetivo de generar mejores condiciones para la instalación de nuevas camas críticas en el hospital Cullen, donde actualmente solo quedan cinco camas críticas para pacientes con Covid.
Poletti aclaró que “no se cierra la Neonatología, se traslada momentáneamente a siete cuadras, al hospital Alassia”, mientras que en el Cullen –que contaba con el mayor servicio de Neonatología de la región– funcionará a partir de ahora “una mini Neo” que cubrirá la demanda diaria del efector de salud.
El traslado momentáneo de Neonatología “no fue una decisión unilateral”, sostuvo el médico. La medida se concretó tras varias reuniones donde participó «el Ministerio de Salud de la provincia, la dirección del Servicio de Emergencias Sies 107, los directores de los hospitales Alassia, Cullen e Iturraspe y los jefes de Neonatología y del Servicio de Enfermería. “No se dejó afuera a nadie y se escucharon todas las opiniones”, contextualizó Poletti.
El director del Cullen aseguró que de no tomar estas medidas para ampliar el número de camas críticas, se podría llegar a “un colapso”, algo que el médico ya venía advirtiendo desde que se dispararon las cifras de contagios en el mes de agosto.
“Esto no es lo ideal, no es que lo hacemos porque queremos tener más camas por las dudas. Es necesario, es imperioso y debe hacerse organizadamente para no hacerlo en el medio de la pandemia con un paciente en el pasillo y que ahí tengamos que vaciar la Neo. Queremos hacerlo consensuado y organizadamente”, explicó el director del Cullen.
Así las cosas, en el hospital seguirá funcionando una “mini Neonatología” con dos incubadoras con respiradores. Allí se estabilizará a los recién nacidos que requieran cuidados especiales y luego serán derivados al hospital de Niños. “El hospital Alassia casi no tuvo enfermedades respiratorias este año y tiene una capacidad ociosa del 50% de las camas, lo que asegura que con la derivación no colapsaría”, indicó Poletti.
Poletti aseguró además que “hoy la prioridad es la pandemia”. Por eso, el espacio para la donación de sangre se trasladó al auditorio central del hospital y otros servicios como Laboratorio, Servicio Social, Cardiología, Urología y Traumatología debieron mudarse o ceder sus espacios físicos para el tratamiento de pacientes con coronavirus. “Hoy el hospital es un hospital Covid”, definió el director del Cullen.
Una primera advertencia
En agosto, cuando se disparó la curva de casos de coronavirus, Poletti había advertido públicamente sobre los riesgos de una apertura descontrolada de la cuarentena: “Es clave que circulemos menos y nos quedemos en casa. Este partido lo juega también la ciudadanía, es clave que cumpla lo que el gobierno dice. Es clave aceptar que ahora es el momento de no contagiarse y quedarse en casa; sino, no va a haber sistema sanitario ni en Buenos Aires, ni en Rosario, ni en Santa Fe que aguante. Necesitamos cortar la circulación de contagios hoy, sino va a ser tarde para volver atrás”.
En una entrevista publicada por el periódico Pausa de Santa Fe, el director del Cullen afirmó que “hoy por hoy el único remedio que existe es la cuarentena. Y se sabe que es imposible tener un país parado seis u ocho meses, no subsistiría nadie. Ahí está la brecha entre lo económico y lo sanitario, dónde está el límite. Yo creo que en Santa Fe en este momento se necesita bajar la circulación de gente de alguna manera. Tal vez no tocando la economía pero sí tocando lo social, lo psicológico, el divertimento. Todo el mundo se junta, se festejan cumpleaños. No digo que sea fácil, pero en este momento es clave que la ciudad de Santa Fe baje el ritmo de circulación”.
Esas declaraciones de Poletti anticiparon la situación actual: “Al ritmo que llevamos, si nos seguimos contagiando en reuniones familiares o en la calle, podemos tener problemas. Como hospital estamos organizados para dar batalla. Ahora, si la gente afuera no nos ayuda, va a ser difícil. ¿Por qué no colapsaría el Cullen si han colapsado España, Inglaterra, Italia, con sistemas de salud que son muy buenos? Y por más que en Santa Fe tengamos un buen sistema de salud, si no hacemos las cosas bien va a llegar ese momento”.