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La construcción jaquea a la EPE

Por Diego Montilla.- En diez años se levantaron casi 50 mil viviendas, unos 4 millones de metros cuadrados de construcción.

De2001 a2011 se construyeron en la ciudad 49.517 viviendas –tanto casas como departamentos– y se otorgaron 10.361 permisos de construcción, según cifras dela Dirección Generalde Estadísticas del municipio a las que tuvo acceso este diario. Cabe aclarar que este último número es significativamente inferior al primero porque dentro del mismo se cuentan directamente edificios enteros. Esta ecuación da un aumento de4.068.495 metros cuadradosde superficie cubierta a lo que hay que agregarle1.321.186 metros cuadradosde locales comerciales.

El denominado boom de la construcción es celebrado y bienvenido desde un tiempo a esta parte, pero los constantes cortes de luz en la ciudad han dejado al descubierto la disociación existente entre este auge del ladrillo y un plan coordinado tanto municipal como provincial para acompañar un crecimiento que se debería dar a la par de la infraestructura energética con el objetivo de sostener una demanda que no para de crecer y tampoco lo hará en el futuro. A esto hay que agregarle la friolera de casi 70 mil aires acondicionados vendidos entre principios de 2011 y lo que va de enero de este año, según datos dela Asociación Empresariade Rosario (AER), lo que se podría definir como un combo implacable.

Las estadísticas oficiales indican que en la última década se otorgaron 2.778  permisos de construcción de multiviviendas –es decir, edificios– tanto con locales comerciales como sin ellos. La cifra más baja en permisos de construcción otorgados se dio en 2002 –en el marco de la crisis brutal que afectaba al país en su totalidad– con 93 otorgamientos, y la más alta se registró en 2008 con 450 en total, una cifra ostensiblemente superior.

Sobre esto, el gerente de la delegación local dela Cámara Argentinadela Construcción, Rubén Llenas, explicó que “la aprobación del nuevo Código Urbano provocó un fenómeno en el sector de la construcción al introducir nuevas restricciones para edificar, por ejemplo, en altura”. “Lo que generó fue una especie de «stop» que se sintió en nuestro rubro. Lo que ocurrió en esa época (en 2008) fue que muchos empresarios hicieron una especie de «stockeo» de permisos de construcción, ya que la validez de los mismos en ese momento se extendió hasta dos años cuando normalmente esto se da por seis meses”, explicó.

Aire acondicionado

Con respecto a la venta de aires acondicionados en Rosario en poco más de doce meses, el presidente dela Asociación Empresaria, Elías Soso, mensuró como “muchísima” la cantidad y recordó que desde la organización siguen gestionando créditos para que los comerciantes puedan adquirir grupos electrógenos para hacer frente a eventuales apagones.

Por su parte, el concejal Alberto Cortés analizó la coyuntura y destacó que “ante situaciones críticas en materia energética que ponen en evidencia falta o insuficiencia de previsión de las autoridades, suele centrarse en nuestro país el debate casi con exclusividad en la oferta del tipo de energía que entró en crisis, sin preguntarse qué ocurre con la demanda y el consumo de esa energía. Se da por supuesto que el aumento de esa demanda es natural, totalmente aceptable y hasta muchas veces se la festeja como síntoma de crecimiento económico”, destacó.

Volviendo a la falta de previsión, Cortés explicó que “la Argentina  recién hace muy poco comienza a desperezarse lentamente para afrontar la cuestión de la crisis energética, con un retraso de 30 o 40 años. La prohibición de lámparas incandescentes es una de las pocas medidas de impacto y conocimiento público en esa dirección”.

“Todos conocemos lugares, ambientes, casas que nos parecen sorprendentemente frescos en el mismo momento que las temperaturas exteriores son insoportablemente altas. Estas situaciones no se deben a ningún milagro, sino a leyes físicas que tienen que ver con sombras, aislaciones térmicas, masas de paredes, ventilaciones, etcétera, que se conocen desde hace siglos. Sin embargo esos conocimientos son muy poco o nada aplicados en la construcción moderna. El mercado no lo pide y el Estado prácticamente no lo regula. La única solución entonces termina siendo un flor de aire acondicionado encendido al máximo”, añadió el concejal.

Cómo construir

“El año pasado el Concejo Municipal sancionó las ordenanzas 8.757 y 8.814 en proceso de reglamentación que es un primer paso para exigir algunos parámetros mínimos en la construcción de edificios que avancen en esa dirección. Allí también se exigen estudios de impacto ambiental previos para los convenios urbanísticos y los edilicios de envergadura. De haber estado aprobada esta norma un tiempo antes, por ejemplo, nunca se habría permitido la construcción de un complejo edilicio sin gas, que consumirá tanta electricidad como la ciudad de San Lorenzo”, recordó.

Más adelante, el edil recordó que “el hecho que la ordenanza 8.757 sea la primera en el país  y que además sea sólo un primer paso, muy lejos todavía del nivel de exigencia que rige, por ejemplo, enla Unión Europea; muestra lo poco que se han preocupado los gobiernos nacionales, provinciales y municipales de las últimas décadas por el tema”. “Los resultados de cambios en el reglamento de edificación recién se verán cuando las construcciones erigidas en el marco de las nuevas normas alcancen a representar un porcentaje significativo del parque edilicio, o sea en el largo plazo”, señaló.

“Las políticas públicas en todas estas áreas son posibles y necesarias a nivel nacional, provincial y municipal, pero han sido hasta aquí totalmente insuficientes, aisladas. Han sido reclamadas por ecologistas que han requerido mucha movilización para lograr alguna medida. O por sectores académicos que ven el problema pero no tienen poder para hacer los cambios. O por funcionarios encargados de áreas relacionadas, pero que no tienen el apoyo suficiente desde los niveles superiores del Estado. Son políticas de largo aliento y sus resultados no se ven como una autopista, un puente o un festejo impactante o de grandes fuegos artificiales”, agregó Cortés.

“La falta de esas políticas se ve y puede hacer perder votos. Lo vimos hace unos días en Rosario. Si se hubieran desarrollado en forma coherente y sostenida políticas de eficiencia energética en los últimos veinte años, aún con una infraestructura de distribución eléctrica deficiente como la que dejó el intento de privatizarla EPE, seguramente no habríamos tenido colapso eléctrico. Como tampoco tendríamos lo que probablemente nos espera en algún próximo invierno frío cuando los sectores de recursos medio-altos hayan apagado sus acondicionadores, pero los de bajos recursos recurran a la electricidad para calefaccionarse, a falta de acceso real al gas”, concluyó.

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