Policiales

Hace tres años en zona oeste

El inexplicable crimen de un joven que fue encargado desde prisión: lo condenaron a 26 años 

El acusado fue encontrado culpable de la docena de balazos que terminaron con la vida de Andrés Monte y dejaron grave a un amigo frente a una rotisería de Vera Mújica y Rueda. El móvil giró en torno a que el homicidio fue solicitado por un alfil de Los Monos, ya que le molestó que la víctima saliera con su ex 


Andrés Alejandro Monte, de 28 años, fue asesinado a tiros a finales de agosto de 2021 en la puerta de una rotisería de Vera Mújica y Rueda. Su amigo, de 25, también resultó con heridas de gravedad que le costaron una larga recuperación en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). A los ocho meses, Mauro Antonio fue detenido a una cuadra de esa rotisería y este martes fue condenado en un juicio oral a 26 años de prisión como autor del homicidio y de la tentativa. Además, sumó dos cargos por portación de arma de fuego. La fiscal Marisol Fabbro estuvo a cargo de la investigación y resaltó en los alegatos de cierre que el móvil del ataque homicida fue tan insignificante que lleva a la sin razón: la hipótesis es que fue por pedido de un preso de alto perfil relacionado a la banda Los Monos por el sólo hecho de que no le gustó que la víctima fatal –padre de tres hijos pequeños y sin ningún conflicto– saliera con su ex.    

Eran las 22.30 del domingo 29 de agosto de 2021 cuando Andrés Monte y su amigo L.C. esperaban en la vereda la comida que habían pedido en la rotisería de Vera Mújica al 2800. Las víctimas junto a otras personas vieron que un automovilista frenó casi a su altura y uno de los ocupantes bajó con un pistola 9 milímetros en la mano.

El atacante empezó a disparar y la única reacción que les quedó fue buscar refugio en el local de comidas. Fueron casi una docena de balazos. Andrés recibió siete impactos mientras que su amigo también quedó malherido por al menos tres balazos: en el brazo, axila y omóplato del lado izquierdo. Familiares de las víctimas lo llevaron hasta el Heca.

En la guardia, los médicos les informaron que nada pudieron hacer para salvarle la vida a Andrés mientras que LC. quedó internado en grave estado. Las primeras informaciones que surgieron indicaron que el ataque estuvo dirigido hacia Andrés. 

De las primeras declaraciones que estuvieron a cargo de los pesquisas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), vecinos y familiares sostuvieron no salían de la conmoción ni se explicaban el motivo del crimen. Describieron a Andrés como un joven sin conflictos, trabajador y padre presente. 

Con el correr del tiempo algunos resultados de las medidas encargadas por la fiscal Fabbro develaron otros indicios que llevaron a identificar a un sospechoso, Mauro Antonio, de entonces 25 años. También determinaron que este joven visitaba a su pareja que vivía a una cuadra de la rotisería. La fiscal le dictó la captura y a los ocho meses lo detuvieron en la calle de la vivienda de la mujer. 

Un joven fue asesinado a balazos en barrio Bella Vista

Fue por Príncipe de Gales al 2800, los uniformados montaron un operativo de vigilancia. Apenas llegó el sospechoso en un Nissan Sentra le dieron la voz de alto. El sospechoso aceleró, chocó tres autos y un patrullero hasta que lo redujeron. Antes de que lo bajaran rompió un celular, el cual no pudo ser peritado. Además, le secuestraron una pistola calibre .380 que estaba al lado del freno de mano. 

“Mató porque se lo encomendó un preso” 

Mauro Antonio comenzó a ser juzgado la semana pasada y en la primera jornada la fiscal solicitó la pena de 28 años de prisión. En sus alegatos de clausura, Fabbro resaltó que “debemos valorar la indiferencia ante la muerte de la víctima, la total y absoluta falta de valoración sobre la vida humana a la que reducen a un mero medio para conseguir un fin. Máxime si lo evaluamos en función del insignificante móvil que llevó a Antonio a cometer el hecho. Desde que si bien la calificación legal no se circunscribe en un homicidio calificado por promesa remuneratoria, el móvil ensayado por los testigos da cuenta de un encargo de parte de una persona privada de su libertad motivado en un problema de «polleras». Antonio mató porque se lo encomendó un preso”, concluyó.   

Fuentes del caso explicaron que los indicios recolectados en la investigación dieron cuenta que el único problema que podría haber tenido Andrés era que estaba en pareja con la ex de Leandro “Chulo” Olivera, un alfil de Los Monos en prisión desde 2019 como uno de los participantes de la decena de balaceras contra funcionarios y edificios judiciales. En septiembre de 2021, Chulo fue condenado a 11 años de prisión por estos hechos en un juicio oral donde su jefe Ariel “Guille” Cantero fue penado a 22 años. 

A lo largo de estos tres años también surgieron algunas versiones de que después del ataque fatal un policía que trabajaba por entonces en la AIC –ahora exonerado– había usado sus influencias para recabar información que lo llevara a atrapar al prófugo a pedido de uno de los referentes de la barra rojinegra porque conocía a la víctima. Sin embargo la familia de Andrés se encargó de desmentir que tuvieran relación alguna con esta persona. 

Incluso la fiscal reforzó la teoría del encargo por parte de Chulo con algunas declaraciones donde remarcan que la víctima había mencionado semanas antes que su pareja estaba preocupada por su seguridad debido a su ex, aunque nadie alcanzó a imaginar este desenlace.

Tras escuchar a la Fiscalía, la defensa y la querella, el tribunal –integrado por los jueces Fernando Sosa, Aldo Bilbao Benítez y Paola Aguirre– condenó este martes a Mauro Antonio a la pena de 26 años prisión efectiva como autor de los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, tentativa, encubrimiento por haber adquirido o recibido efectos provenientes de un delito y dos hechos de portación ilegítima de arma de fuego de guerra.

Comentarios

10