Los números del escrutinio definitivo que se conocieron esta semana no revelaron nada que no se hubiera mostrado en la misma noche del 16 de julio, pero obligaron a mirar con más detenimiento el comportamiento del electorado en aquella Paso provincial. Uno de los datos que sigue repicando es el de la baja participación.
En Rosario concurrió a las urnas el 57.13% del total del padrón, mientras que cuatro años atrás esa cifra fue del 65,73%. Se perdieron más de 8 puntos porcentuales en relación con la elección Paso del 2019. Aquel año hubo 60.000 votantes más que en esta elección, con el agravante de que esta vez se sumaron los jóvenes de entre 16 y 18 años al padrón, en un número cercano a 15.000.
En ese marco de récord de baja participación, fenómeno que se repitió en todas las elecciones provinciales, los dos únicos frentes que lograron avanzar a la elección general para el Palacio de los Leones, tras sumar más del 1,5% del padrón electoral, consiguieron porcentajes que no les aseguran demasiada previsibilidad de cara al 10 de septiembre, mucho menos si se toma en cuenta la cosecha de sufragios que sumó cada uno de los candidatos que pasaron a la general, Pablo Javkin y Juan Monteverde.
El frente Unidos para Cambiar Santa Fe, donde el más votado fue el actual intendente, arañó el 29 por ciento del padrón, mientras que la alianza Rosario sin Miedo, donde ganó el referente de Ciudad Futura, rozó el 19% del padrón electoral. Los dos frentes sumados alcanzaron los 377.388 votos, apenas por encima de los 349.109 potenciales electores que no fueron a votar.
Igualmente, si a ese número de electores que no concurrieron a votar se le suma la cantidad de votos anulados y en blanco, la cifra de potenciales electores que no optaron por ninguna de las opciones llega a 403.080 votos.
Pasando en blanco, el domingo 16 de julio prácticamente el 50% de las personas habilitadas para votar no optó por ninguna de las opciones de candidatos a intendente que había en el cuarto oscuro. Algo muy parecido pasó en la categoría a concejales, donde el número es mayor, porque los votos anulados y en blanco fueron superiores.
Es que los votos en blanco y anulados en la categoría a concejales, ocuparon el tercer y cuarto lugar entre las opciones que más votos tuvieron, apenas por debajo de los candidatos María Eugenia Schmuck (58.551) y Federico Lifschitz (46.410), pero por encima de todo el resto de las listas.
Otro número a tener en cuenta es de los 36.000 votos a intendente que captaron en las Paso las fuerzas que no lograron pasar a la general. Y una cantidad similar de votantes que se suman en las generales aunque no hayan concurrido en la Paso.
Tomados los votos propios de los dos candidatos que quedaron en pie, el porcentaje de Javkin no llega al 12% del padrón y el de Monteverde apenas supera el 10%.
Lo cierto es que el 10 de septiembre habrá un mano a mano entre Javkin y Monteverde que tendrá como primer desafío para cada uno de ellos retener los votos de la propia alianza. Pero que tendrán además la necesidad de buscar entre los votantes de opciones que ya no están y entre los que son más seducidos por la general que por las Paso.
Frente a semejante universo de votos y posibilidades, el final es abierto.