Octafonic nació como un octeto en 2013. Desde sus inicios y a partir de la edición de su primer disco Monster, un año después, sorprendió gratamente al público y logró posicionarse en la escena llegando a telonear a Faith No More en el Luna Park y obteniendo dos premios Gardel en el 2015 en las categorías álbum de rock y revelación. Este año los encuentra presentando un nuevo disco, un material que los muestra “más maduros, con la formación afianzada y con una identidad sonora”, según contó a El Ciudadano Nicolás Sorín, líder de la formación que ahora integran nueve instrumentistas. La nueva placa se titula Mini Buda y tendrá su debut en Rosario hoy, a las 22, en Pugliese (Corrientes 1530).
“Vamos a tocar a una sala rockera, así que probablemente nos adaptemos y hagamos un show con poca parafernalia en el sentido estético, que es lo que solemos hacer. Va a ser un show mucho más rockero, más enérgico y diría que hasta más divertido”, adelantó el vocalista y tecladista.
“El primer disco fue un conejillo de indias”, confesó el hijo del cineasta Carlos Sorín, aclarando que a un año de formado Octafonic el primer registro tuvo más que ver con la experimentación: “Eran canciones en las que tratábamos de ver para donde íbamos, haciéndole caso a la música”, recordó.
“En este disco ya sabíamos para dónde ir y fuimos nosotros los que se lo dijimos a la música”. Sorín desanda el camino de Mini buda, un disco que definió como “ecléctico pero con un hilo conductor mucho más conciso que Monster”.
La vida, la muerte y Dios son las tópicas que recorren el material en el que Octafonic habla “de cosas muy serias de una manera que no lo es tanto. Tratamos de mantener la irreverencia y de no hacer tan densa la temática sino reírnos un poco de eso y de nosotros”.
En este nuevo disco, cuyas letras están todas en inglés al igual que el primer registro, vuelven a sorprender con la fusión de géneros como el jazz, la música electrónica y el rock; “la ausencia de género”, como define el pianista. “Que nos gusten tantos géneros y los metamos todos en una canción es lo que hace el estilo de Octafonic. Ese tipo de zapping musical es lo que le da la voz a la banda, es el idioma que utilizamos”, aseguró, al tiempo que, realizando un análisis del rápido éxito obtenido con el proyecto, reflexionó: “Tratamos de hacer la música que nos gusta. Tenemos cosas a favor y en contra. No es una música fácil, tiene bastante complejidad rítmica y orquestal, así que estamos realmente sorprendidos de lo bien que nos está yendo. Eso quiere decir que la gente está dispuesta a abrir un poco más la oreja y meterse en terrenos desconocidos”.