Fue una típica final. Jugada con dientes apretados y con mucha lealtad. Clásico partido en donde el que anotaba el gol ganaba. Y fue Newell’s quien lo consiguió a dos minutos del final por intermedio de Franco Calero. Con ese tanto, la Lepra derrotó a Mitre de Pérez 1-0 y se consagró campeón del Ivancich.
La primera parte la manejó Mitre a su antojo. Ejerció presión en toda la cancha y eso a Newell’s le cerró todos los caminos. Sólido en defensa, ordenado en el medio, pero poco punzante a la hora de atacar, el elenco que dirige Nahuel Martínez de a poco fue maniatando a su rival. Solamente le faltó concretar en la red las opciones que creó.
La pegada de Leonel Barbeito en cada pelota parada hacía presagiar que el tanto de Mitre estaba al caer. Era el momento de golpear, pero nunca pudo. En la etapa final se invirtieron los roles: Newell’s fue mucho más profundo, especialmente cuando el técnico Polenta movió el banco, y comenzó a llegar al arco defendido por Martín. La Lepra comenzó a manejar pelota y terreno, y cada vez se jugaba más cerca del área de Mitre.
A los 23, Calero ensayó un tiro desde afuera y la pelota pasó muy cerca del palo izquierdo de Martín. Pero Mitre respondió rápidamente. Barbeito conectó una bomba de zurda, pero el remate estalló en el travesaño.
La Lepra siguió insistiendo y tuvo su premio a los 43, cuando Calero, después de varios rebotes, se llenó la boca de gol.
Título para Newell’s, luego de varios años de frustraciones y malos desempeños en la Rosarina. Digno rival fue Mitre, que jugó un buen partido, pero no pudo hacer lo más importante en el fútbol: el gol.
