Search

El jarabe que conquistó el planeta

El 8 de mayo de 1886, en una farmacia de Atlanta, Georgia, se puso a la venta un tónico que luego se transformaría en la Coca Cola.

El sábado 8 de mayo de 1886 la farmacia Jacob’s, en la ciudad norteamericana de Atlanta (Georgia), puso a la venta por primera vez un “tónico efectivo para el cerebro y los nervios” cuya fórmula había inventado, tres días antes, el químico y farmacéutico estadounidense John Stith Pemberton. Había nacido comercialmente un singular jarabe que se convertiría no sólo en la gaseosa más famosa del mundo sino también en uno de los íconos del capitalismo: la Coca Cola.

Pemberton, un morfinómano empedernido desde que –como coronel del Ejército Confederado, del sur de Estados Unidos– fue herido en la Guerra de Secesión, creó la fórmula del jarabe el miércoles 5 de mayo de 1886 inspirándose en el éxito alcanzado en Europa por el vino Mariani, una bebida alcohólica revigorizante a base de vino y hoja de coca macerada, formulada en 1863 por el químico italiano Angelo Mariani.

El boticario norteamericano, de 54 años, tuvo que modificar la mezcla de Mariani para registrarla de acuerdo con las medidas prohibicionistas que por entonces regían en Estados Unidos: le quitó el componente alcohólico y, para mejorar el horrible sabor que tenía el líquido y hacerlo más estimulante, le añadió unas esencias aromáticas junto con nuez de cola, un fruto africano con alto contenido del alcaloide cafeína y supuestas propiedades afrodisíacas.

Llamado originalmente Pemberton’s French Wine Coca, el jarabe fue vendido a partir del 8 de mayo de 1886 como una medicina patentada por cinco centavos de dólar la botella en la farmacia Jacob’s de Atlanta. Al comienzo, la bebida refrescante se vendió a razón de nueve botellas diarias y el primer año de ventas del tónico cerebral cerró su balance con 20 dólares de pérdida.

En su primer anuncio publicitario, en el periódico Atlanta Journal, el 27 de mayo de 1886, se ponía de relieve sus grandes cualidades como bebida y refresco: “Deliciosa, refrescante, estimulante y vigorizante”.

Según cuentan, un día llegó un hombre con un fuerte dolor de cabeza a la farmacia Jacob’s, donde vendían el jarabe mezclado con agua, y pidió que en vez de agua le añadieran soda. El hombre bebió su vaso y de esa forma nació la Coca Cola con burbujas, tal como se la conoce en la actualidad.

Posteriormente, comenzó a expenderse con gran éxito en las llamadas “fuentes de soda”, muy populares por entonces en Estados Unidos gracias a la creencia de que el agua con gas era buena para la salud.

Pero quizás el gran protagonista olvidado de esta historia haya sido el contador de Pemberton, Frank Robinson.

Fue él quien bautizó con el nombre de Coca Cola el refresco y diseñó su logotipo, utilizando la caligrafía spenceriana, optando por la combinación de dos de los ingredientes del compuesto –coca y cola–, que le daban un sonido aliterado.

El logo de Coca Cola fue utilizado por primera vez en un anuncio publicitario el 16 de junio de 1887, año en que se tramitó la patente de la marca.

A partir de allí se utilizaron los tranvías de Atlanta para llevar su publicidad y Robinson hizo imprimir unos cupones para consumición gratuita en los locales y bares donde se servía Coca Cola con tal de promocionar la bebida. Y, a través de la guía de direcciones de Atlanta, los mandó por correo.

Sin saberlo, había inventado uno de los sistemas de publicidad más difundidos y utilizados en la actualidad: el mailing.

Pero, para entonces, Pemberton estaba ya muy enfermo y necesitaba mucho dinero para poder pagar su tratamiento médico. Por eso vendió el 66 por ciento de sus derechos sobre la marca poco antes de morir –falleció el 16 de agosto de 1887–, dejando a Asa Griggs Candler, un experto en relaciones públicas y publicidad, como único socio y propietario de la empresa.

Candler, quien compró la parte de Pemberton y sus socios en 1887 por 2.300 dólares, empezó a comercializar agresivamente el producto, y dos años después firmó el primer acuerdo para embotellar Coca Cola en todo el territorio de Estados Unidos.

La eficacia en la coordinación de esa campaña publicitaria llevó a que la bebida, en su 50° aniversario, alcanzara el estatus de auténtico símbolo nacional estadounidense.

La bebida más famosa 

Hacia finales del siglo XIX, la cocaína era aclamada como un adelanto para calmar el dolor y se usaba en la composición de muchos productos, desde pastillas hasta supositorios. Pero la población empezó a preocuparse por su seguridad y en 1904 la bebida creada por Pemberton fue descocainizada –aunque el extracto de coca, en el que no hay ningún rastro de cocaína, continúa siendo uno de los ingredientes–.

Con todo, la popularidad de Coca Cola siguió creciendo y, en 1906, Cuba y Panamá se convirtieron en los primeros países fuera de Estados Unidos en embotellar la bebida.

En 1916 nació la famosa botella de Coca Cola tras un concurso propuesto por los embotelladores y la compañía a varios fabricantes de cristal.

La compañía pretendía unificar botellas y distinguirse de las imitaciones de la popular bebida que surgían por todos lados.

Alexander Samuelson, de la Root Glass Company, ganó el diseño y la botella contorneada, tan característica de Coca Cola, se convirtió en uno de los íconos más famosos y reconocidos del mundo. En 1923 se establecieron las bases para The Coca Cola Export Corporation, cuyo propósito era extender el sistema de embotelladores al resto del mundo. La compañía inició así su expansión internacional en los años 30 y cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1939, ya se encontraba presente en 44 países.

La fórmula secreta de la Coca Cola, guardada celosamente bajo siete llaves, se reveló en el libro Dios, Patria y Coca Cola: la historia prohibida de la bebida más famosa del mundo, del norteamericano Mark Pendergrast, publicado en 1993. De esa época data también un relevamiento que indicó que el consumo mundial de Coca Cola superaba las 45.000 botellas por segundo.

Es que, a lo largo de todo el siglo XX, Coca Cola se fue convirtiendo en uno de los vehículos de expansión de la cultura norteamericana en el mundo.

Hoy la compañía está en 232 países, muchos más que los Estados que integran las Naciones Unidas. Junto a con típica expresión norteamericana okey, Coca Cola es la palabra más universalmente reconocida en la Tierra, convirtiéndola en un símbolo del estilo de vida occidental.

Pero también para muchos es una exitosa fórmula de expansión, represión y dominación del capitalismo.

La historia negra de las aguas negras

La historia de la Coca Cola incluye pasajes que permanecen en las sombras. Uno de ellos es la relación que tuvo la compañía estadounidense con la Alemania de Adolf Hitler, a la que suministró millones de litros del preciado refresco durante la etapa de plena expansión del nazismo a partir de 1933. Varios altos ejecutivos de Coca Cola en Alemania eran destacados miembros del partido nazi, y la compañía adoptó la política de ignorar la práctica de la eugenesia y el exterminio de judíos por parte de los nacionalsocialistas. Otro de los capítulos oscuros de la historia de Coca Cola es la supuesta vinculación de la compañía con grupos de paramilitares sudamericanos. Al respecto, la Asociación de Refugiados de América Latina y el Caribe (Aralac) denunció, en un artículo titulado “La historia negra de las aguas negras”, las numerosas ocasiones en las que la conocida marca de refrescos estadounidense colaboró con mafias y grupos paramilitares en territorio sudamericano para, supuestamente, coaccionar, torturar, secuestrar e incluso asesinar a líderes sindicales de las plantas de fabricación de sus productos.

10