Carlos Edwards abogado defensor de Ariel Máximo “Guille” Cantero en el juicio oral que se lleva delante de los Tribunales Federales desde la semana pasada hizo una síntesis de las tres primeras jornadas del juicio oral donde resaltó que “no respeta en absoluto ni los estándares internacionales fijados para la celebración de un debate oral y público, ni el derecho de defensa de los acusados, ya que se les priva de asistir presencialmente a dicha audiencia, con la consiguiente imposibilidad de comunicarse con sus respectivos defensores: cada vez que un acusado pretende dialogar con su defensor debe interrumpirse la audiencia, por lo que la supuesta dilación que el tribunal de juicio le atribuye a las defensas es exclusiva responsabilidad de dicho tribunal al haber dispuesto el sistema de videoconferencia que provoca las referidas interrupciones y la consiguiente demora de las audiencias”, explicó Edwards en un escrito.
Por estas inquietudes, el defensor presentó pedidos de nulidad en las primeras dos jornadas, peticiones que fueron rechazadas por el fiscal de juicio, Federico Reynares Solari, y por el tribunal, integrado por Ricardo Vázquez (presidencia), Osvaldo Facciano y Eugenio Martínez.
“Todos los acusados –22 de los 39 procesados– que se encuentran alojados en la Unidad penitenciaria de Ezeiza están esposados durante las 8 o 10 horas de audiencia, con la consiguiente lesión en sus muñecas. Esto motivó el reclamo de las respectivas defensas y la negativa del tribunal en retirarlas, lo que ha provocado que tanto mi defendido como la mayoría de los acusados hayan solicitado no asistir más al juicio oral para evitar un menoscabo a su integridad física”, explicó el abogado para agregar que resulta innecesario y abusivo el uso de las esposas. “Se supone que si los acusados se encuentran alojados dentro de una unidad penitenciaria, la misma cuenta con las medidas de seguridad adecuadas; a ello debe sumársele la ausencia de un funcionario que controle la legalidad de la audiencia en el establecimiento carcelario de Ezeiza, que obviamente no puede ser el mismo servicio penitenciario federal, en razón de dicha autoridad no puede controlarse a sí misma, atento a los constantes reclamos de los acusados de que esa autoridad penitencia no comunica al tribunal que los mismos desean dialogar con sus defensores”, describió Edwards.
“La ausencia física de los acusados en la sala de audiencias, encontrarse esposados durante más de diez horas por día, y la imposibilidad de mantener una comunicación fluida con sus defensores, ha causado que la mayoría de los acusados decidieran no asistir más al presente juicio oral”, enumeró el penalista sobre su opinión de las primeras tres audiencias del juicio oral cuya causa lleva el nombre Los Patrones.