La carrera por la sucesión presidencial dará su vuelta previa. Además de dirimir internas en frentes opositores, el resultado de las elecciones primarias de hoy, una gran encuesta sin encuestadores, dejará varias “lecturas” y marcará el pulso rumbo a las generales del 25 de octubre, cuando se defina la pulseada por el sillón de Rivadavia.
La principal atención parece estar puesta en la performance que tendrá el candidato del oficialismo, Daniel Scioli. La alianza Cambiemos define entre Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió. El jefe del PRO lleva las de ganar.
Este test electoral servirá para evaluar si se confirma el escenario de polarización entre Scioli y Macri, o queda abierto a otros postulantes.
El frente que también despertará interés del público será el del peronismo disidente, donde se miden Sergio Massa y José Manuel de la Sota. La progresista Margarita Stolbizer y los candidatos de izquierda aparecen más atrás en intención de voto. Todo esto según el termómetro callejero y distintos sondeos. Pero, como decía el mago ilusionista Tu Sam, puede fallar.
Al mismo tiempo de seleccionar candidatos a presidente, en las primarias abiertas simultáneas y obligatorias nacionales de hoy –que no terminaron de generar demasiada expectativa en el electorado– también se validarán postulantes a senadores, diputados y parlamentarios del Mercosur (Parlasur).
Se vota con boleta sábana, es decir, cada categoría va pegada en una sola papeleta, aunque se puede cortar boleta. El que tenga definido el voto de antemano lo puede llevar desde su casa, a la vieja usanza. También tiene la posibilidad de sufragar, de manera optativa, un potencial de un millón de jóvenes de 16 y 17 años, que lo harán por primera vez en una elección presidencial.
Son más de 32 millones de electores de Ushuaia a la Quiaca habilitados para elegir candidatos entre quince fórmulas presidenciales.
El Frente para la Victoria se presenta con fórmula de unidad. En tanto, el frente Cambiemos (PRO-UCR-CC), Unidos por una Nueva Alternativa (UNA) y el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) definirán sus postulantes en las internas de hoy.
Los espacios políticos más chicos buscarán superar el piso del 1,5 por ciento de los votos válidos emitidos para conseguir el pase a octubre. En una campaña con casi nada de debate y pocas propuestas, la coyuntura económica y su futuro tuvieron un lugar destacado en la agenda de los candidatos.
El binomio oficialista que integran Scioli y Carlos Zannini –un pingüino de pura cepa– espera cosechar la mayor cantidad de votos posibles para mostrar fortaleza rumbo a las elecciones generales.
El actual gobernador de Buenos Aires es el candidato a suceder a Cristina Fernández, que después de ocho años de gobierno conserva una imagen positiva alta y una centralidad casi excluyente.
Tras pedir un baño de humildad a los dirigentes kirchneristas anotados para la compulsa y estirar su definición, la presidenta finalmente bendijo la fórmula Scioli-Zannini y minó de leales las listas de diputados y senadores.
La mandataria se metió poco en la campaña, lo justo y necesario. Scioli tiene vuelo propio y la presencia continua de Cristina hubiese opacado el perfil del ex motonauta, que tras la aprobación de la presidenta “kirchnerizó” su discurso al mango y llamó a profundizar el proyecto político “transformador” que ella y su marido Néstor Kirchner iniciaron hace doce años.
Macri, en tanto, rindió tributo al nombre de su frente electoral y puso el eje en la necesidad de “un cambio”.
El alcalde de la ciudad de Buenos Aires aspira a acortar diferencias con el FpV con miras a octubre y meterse en una eventual segunda vuelta (balotaje) en noviembre.
Macri y Gabriela Michetti conforman una fórmula presidencial bien porteña. El líder del PRO sembró sospechas sobre la transparencia del sistema electoral y convocó a fiscales a “cuidar el voto”.
Siguió a pie juntillas los dictados de su gurú Jaime Durán Barba. Se mostró con vecinos, con “gente común” como “uno más”. Tanto habló de cambio que hasta cambió su discurso. Tras el ajustadísimo triunfo de Horacio Rodríguez Larreta en ciudad de Buenos Aires y después de varios traspiés en las provincias, incluida Santa Fe, el ex presidente de Boca Juniors dio un viraje y prometió continuar con las principales medidas del kirchnerismo a las que se opuso desde siempre e incluso su partido no respaldó en el Congreso.
En reuniones con empresarios del “círculo rojo”, economistas cercanos a Macri revelaron los planes de política económica que aplicaría el PRO en caso de ser gobierno.
Massa perdió terreno al comparar su momento de gloria tras ganar las elecciones legislativas de 2013 en provincia de Buenos Aires. Hasta tuvo que salir a ratificar su candidatura a presidente en medio de rumores que lo daban corrido de la contienda y una fuga de intendentes y colaboradores cercanos que en su mayoría retornaron al kirchnerismo.
Apeló al voto de “indecisos” y centró sus consignas de campaña en la seguridad. Aceptó armar el frente UNA y sumar al cordobés De la Sota a la interna, aunque le cerró la puerta al peronista federal puntano Adolfo Rodríguez Saá, que igual se presenta como candidato por las suyas. Massa o De la Sota esperan meterse en la pelea y ser “el tercero en discordia”.
Stolbizer, líder del GEN, apareció en escena como la candidata muleto por el frente Progresistas tras la decisión del socialista Hermes Binner de bajar su postulación en medio del naufragio de Unen y su retorno al pago chico como aspirante a una banca del Senado nacional.
El FIT no logró consensuar una fórmula de unidad y las dos fuerzas mayoritarias que componen el frente de izquierda, el Partido Obrero y el Partido de los Trabajadores Socialistas, con el histórico Jorge Altamira y el joven Nicolás del Caño, van a interna.
El diputado Alejandro Bodart (MST-Nueva Izquierda), el sindicalista Víctor De Gennaro (Frente Popular) y Manuela Castañeira (Nuevo MAS) son precandidatos presidenciales que buscarán sortear el “piso” de las Paso.
