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El largo adiós: la noche que Sui Generis se despidió (dos veces) de sus fans en Rosario

Una semana después de los míticos shows del 5 de septiembre de 1975 en el Luna Park, reflejados en una película, la banda de Charly García, Nito Mestre, Juan Rodríguez y Rino Rafanelli inició una minigira por el país. La primera de cinco paradas fue en el Teatro La Comedia

“Podemos tocar dos temas más, pero después de eso les pido… que se vayan. Los amamos muchísimo. Son hermosos, pero ustedes saben lo que pasa”. Así saludaba Charly García antes de que Nito Mestre encarara «Rasguña las piedras», el himno de Sui Generis en el recital despedida del 5 de septiembre de 1975. Hace 45 años exactos la banda pedía a las miles de personas en Buenos Aires que salieran del estadio Luna Park para que entraran otras miles y disfrutaran de la segunda función. Siete días más tarde pasó lo mismo en Rosario.

Adrián Lampertti cree que fue antes de «Botas locas», el tema que un mes antes les valió ir presos en Montevideo, que Charly García pidió a un Teatro La Comedia lleno que saliera para dar inicio a la segunda función de la banda. No lo tomaron bien. Lampertti pudo estar en las dos funciones de la despedida en Rosario porque fue uno de los primeros fotógrafos del rock en Rosario. Tenía 20 años y una cámara Nikkormat de su padre, Omar, un fotógrafo de sociales (cumpleaños, casamientos y bautismos) que durante las noches despejaba la mesa de la cocina en su casa de barrio Bella Vista y le enseñaba a revelar rollos.

García y Mestre arriba del escenario en La Comedia preparando todo para la despedida.
El programa de la fecha de despedida. Gentileza del Museo del Rock Rosario.
Fan

Lampertti usó lo que aprendió para entrar a recitales y conocer a sus ídolos. El nexo era Alfredo Fiorito Lagos, de la familia dueña del diario La Capital y de los primeros en traer bandas y usar los muchos cines de la ciudad cada viernes para que hubiera una oferta estable de rock nacional en Rosario. Antes de eso las bandas tocaban en los carnavales de los clubes y había patios según estilo de música. El festival de Lollapalooza y sus escenarios no nacieron de un repollo.

Lampertti sacaba fotos de la previa -las bandas lo recibían en el Hotel Rosario (cortada Ricardone y Entre Ríos)- y después tiraba en los recitales. Las revelaba en su casa, las metía en un sobre y las entregaba a Fiorito Lagos. Muy pocas llegaban al papel del diario del lunes. “El rock era muy resistido”, dice a El Ciudadano y habla de la revista Pelo como uno de los pocos bastiones de prensa especializada.

Lampertti con Mestre y compañía.
El largo adiós

Después de Rosario Sui Generis tocó en el Atenas de Córdoba y entre el 20 y el 22 de septiembre estuvo dando shows en la confitería Géminis y el Centro Catamarqueño de Comodoro Rivadavia y el Club Estrella del Norte en Caleta Olivia (Santa Cruz). Así lo cuenta Roque Di Pietro en su libro Esta noche toca Charly (2017).

Post Sui, Lampertti siguió sacando fotos en recitales. No tantas como a principio de los 70. Volvió a ver a Juan Rodríguez y Rinaldo Rafanelli (baterista y bajista de Sui Generis) cuando llegaron a Rosario con David Lebón a tocar en el Cine Teatro San Martín. Eran un trío: Polifemo. En esos días previos al golpe de Estado, fue la última función para el productor de espectáculos Fiorito Lagos. La Policía había puesto camión tras camión en la puerta del cine y a medida que salían los espectadores terminaban presos en la comisaría. Algunas hasta fueron escoltados caminando en la peatonal Córdoba hasta la entonces Jefatura. Al día siguiente, Fiorito se fue de Rosario. Hoy vive en España.

Cuando volvía la democracia Lampertti entró al Servicio Penitenciario de Santa Fe para fotografiar periódicamente a los presos. “Antes si escapaban o volvían a delinquir la Policía sólo tenía una foto vieja y no los podían reconocer”, explica. Antes de jubilarse, el fotógrafo pasó por el Irar, el espacio para menores de edad en conflicto con la ley de Rosario. Ya con una cámara digital, dio un taller de fotografía a los chicos. Les enseñó técnicas y los liberó para apuntar a lo que quisieran. La mayoría eligió el autorretrato.

Rescate emocional

Lampertti empezó a compartir su archivo de rock local después de cruzarse con Norberto Ramos, baterista de la banda icónica de barrio Belgrano, Oasis, a la salida de un local de fotografía. Venía de revelar unos rollos viejos con imágenes de Spinetta en Rosario para que no se perdieran. Ramos, al ver lo que el fotógrafo llevaba encima, lo puso en contacto con Sergio Rébori, que estaba armando el Museo del Rock de Rosario, parte de un proyecto colectivo para recuperar la historia de la ciudad más allá de la Trova Rosarina.

Esta semana, cerca del 45º aniversario de los recitales de Sui Generis en Rosario, Lampertti compró cuatro libros nuevos que no tenía sobre Charly García. Uno es de la editorial Ciudad Gótica que este año usó una de sus fotos para Charly García y el cine. El cimiento creativo del artista, de Sergio Luis Fuster. Además de la “eléctrica compañía” durante la pandemia, Lampertti cree que le servirán para charlar con su viejo, que solía acompañarlo a los recitales de Sui Generis y hace poco le preguntó cuántos años habían pasado del último recital. Hoy Omar tiene 94 años y sigue viviendo en el barrio Bella Vista.

Lampertti agradece que sus fotos lleguen, aún con un poco de demora, a las páginas de un diario de Rosario. Esta vez en El Ciudadano, donde hace muchos años trabajó un periodista que, entre su militancia peronista y la construcción de la historia de su pequeño pueblo, dicen que una vez dijo: “Hagamos y que al menos quede algo escrito”. O, en el caso de Lampertti, que al menos quede una fotografía.

Lo que sigue son las imágenes de las visitas anteriores de Sui a Rosario, siempre por el lente de Lampertti.

García (izquierda) – Juan Rodríguez (derecha).

Rinaldo Rafanelli

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