Un extenso estudio internacional, publicado en Proceedings B de la Royal Society de Londres, analizó 70 genomas mitocondriales de perros antiguos y modernos desde México hasta Chile y Argentina, revelando que los perros fueron el único animal domesticado que acompañó a los humanos en su expansión por América, aunque su llegada a Sudamérica ocurrió miles de años después del poblamiento humano.
La investigación demuestra que la expansión de los perros estuvo ligada no a la caza, sino al desarrollo de la agricultura, especialmente al cultivo del maíz entre 7.000 y 5.000 años atrás. La dispersión fue lenta y estuvo condicionada por factores geográficos y ambientales, como el hostil entorno tropical de América Central.
Con la conquista europea, linajes de perros euroasiáticos reemplazaron casi por completo a los indígenas, aunque algunas razas precolombinas, como el chihuahua y el xoloitzcuintle, conservaron parte de su legado genético. Los perros, más que simples animales de compañía, jugaron roles fundamentales en la vida cotidiana, religiosa y simbólica de las comunidades originarias, llegando incluso a ser enterrados junto a humanos.
El estudio arroja nueva luz sobre la relación entre humanos y perros en América, mostrando que conocer la historia canina permite entender también la historia de las civilizaciones que los criaron, cuidaron y veneraron durante milenios.