Especial para El Ciudadano
A esta altura ya resulta innegable que la cadena Apple TV+ es, compitiendo en esto con la histórica HBO, la que más está apostando a una producción singular y de cierto riesgo corrida de la mediocridad establecida como estándar por Netflix. Esta nueva producción confirma esta tendencia de la cadena que la destaca notablemente en el alicaído campo actual de las series.
La historia de Lisey supone, en primera instancia, una reunión bastante particular que ya por sí misma genera expectativa. Se trata de la adaptación de una novela de Stephen King dirigida en este caso por el chileno Pablo Larrain y protagonizada por Juliane Moore. El equipo reunido promete, y se puede agregar que incluso a la gran Moore la secundan Clive Owen y Jennifer Jason Leight.
En este caso, además, el prolífico y ultra adaptado escritor norteamericano se hizo cargo de escribir el guion de todos los capítulos de la serie (según dice, este es su libro favorito, y prefería arruinarlo él mismo), mientras que el director chileno se hizo cargo por completo de la dirección, abordando un género, el terror, que tal vez no le resulte tan ajeno como parece a primera vista.
Larrain, que viene de un traspié importante con la bochornosa Ema, había flirteado en el resto de su potente obra con los códigos del horror desde una perspectiva política, como en Post Mortem, casi horror apocalíptico en la dictadura chilena, e incluso en El club, una reunión aterradora de monstruos (curas abusadores) cubiertos impunemente por la iglesia.
Aquí, sin embargo, la forma adoptada para llevar adelante el relato, se acerca más a la intensidad del alucinado retrato de Jackie Kennedy que realizó, en su paso por Hollywood, en 2016, en la gran y singular película Jackie.
Mundos de horror e insania
En La historia de Lisey Juliane Moore es, obviamente, la Lisey del título, viuda del famoso escritor Scott Landon (Clive Owen), muerto recientemente, tras un atentado, en circunstancias aún poco claras en el relato. Landon es tomado como un genio literario, y sus seguidores se parecen a devotos de algún tipo de enviado a la espera de una revelación.
Como se irá descubriendo poco a poco, entre movimientos atemperados que articulan distintas temporalidades y diversos planos de realidad, el escritor habitaba un mundo de locura y oscuridad, y tras su muerte le ha dejado a Lisey una serie de pistas que la llevan a no se sabe efectivamente dónde, pero que sí la adentran progresivamente en esos mundos de horror e insania de su propia historia.
Hacia abismos ajenos y propios
La serie se sumerge directamente en el mundo interior de Lisey con una especie de estructura alucinatoria. El relato es fragmentario y se mueve musicalmente con soltura entre distintos planos, deslizándose suavemente con una cámara que fluye todo el tiempo y con una banda sonora que acompaña la delicada tensión de esos deslizamientos o de esa lenta caída hacia el abismo.
Algo recuerda a la Jackie retratada por el mismo Larraín, pero aquí Lisey, al internarse en los pormenores de su propia historia amorosa con el escritor muerto, parece dirigirse, paso a paso, hacia algún tipo de horror innombrable.
El relato comienza poco tiempo después de la muerte de Landon. Editores poco escrupulosos asedian a Lisey para que entregue unos manuscritos inéditos. Un fan lunático (el trazo más grueso de la serie) la acosa con el mismo fin. Amanda, la hermana de Lisey que sufre algún tipo de enfermedad mental, cae en un estado catatónico que la lleva a perderse en un mundo extraño.
Una serie de señales dejadas por Landon comienzan a aparecer poniendo a Lisey a disposición de una especie de juego perverso, una búsqueda del tesoro cuyo fin se desconoce, pero que la arrastra progresivamente hacia abismos ajenos y propios.
Un rompecabezas de planos temporales y planos de realidad
Lo más destacable de la serie es, en principio, el estilo que marca al relato. Esa cadencia musical elegida para desplegar con fluidez un rompecabezas de planos temporales y planos de realidad. Lo fantasmal, más allá de la posible existencia allí de espectros o criaturas antiguas, es el deslizamiento alucinado entre los recovecos de ese interior fragmentado que busca articularse.
Hay un par de trazos evidentes y un personaje demasiado forzado en su postura de psicópata que atentan contra la atmósfera general tan lograda, pero afortunadamente, hasta ahora al menos, no se ve herida en profundidad y puede sostenerse en su siniestra delicadeza.
Si bien van emitidos hasta el momento sólo los dos primeros episodios, ya cuanto menos resulta alentadora esa conjunción dada entre Larrain, King, y Moore. Como si desde universos diferentes confluyeran en esta historia para darle forma a algo nuevo en lo que el terror se hace cargo de una poética singular, tan triste y alucinada como insana y atmosférica.
La historia de Lisey / Apple TV+ / 1era. Temporada / 8 episodios
Dirección: Pablo Larraín
Guión: Stephen King
Intérpretes: Julianne Moore, Joan Allen, Clive Owen, Jennifer Jason Leigh, Dane DeHaan