En las últimas licitaciones de Lebac y Nobac, el Banco Central consiguió el objetivo que se trazó para 2011: absorber pesos, pero sin convalidar suba de las tasas de interés. Y también pudo bajar lentamente el costo de emitir deuda.
Pero surgen dudas en relación con la posibilidad de que sea factible mantener esta política de tasas de interés tan bajas en términos reales: hoy la Badlar (tasa de plazos fijos mayoristas) ronda el 11 por ciento, mientras que la inflación se ubica por encima del 25 por ciento. Se trata, a las claras, de un rendimiento negativo en términos reales.
¿Cuál puede ser el mayor obstáculo para que las tasas permanezcan en estos valores a lo largo de 2011? No tanto la inflación, sino especialmente los temores a un rebote mayor del tipo de cambio a medida que se acerquen las elecciones o, más probablemente, después de los comicios de octubre.
La consultora Econviews planteó que “si aumenta el temor a una depreciación nominal del tipo de cambio, se reduce el atractivo de arbitrar con depósitos en pesos y futuros de dólar para obtener altos rendimientos en dólares. Eso generaría una suba de las tasas en pesos”.
De acuerdo con este escenario de mayor expectativa de devaluación, Econviews –del economista Miguel Kiguel– considera que la tasa Badlar podría ubicarse hacia fin de año en un 16 por ciento.
Se trata, claro, de una suerte de “batalla” entre la estrategia del Central de mantener las tasas muy bajas para promover el crecimiento económico, contra los que creen que tarde o temprano deberá producirse un sinceramiento de esta variable clave de la economía.
No es casual que en la última licitación de bonos del BCRA –la del martes– el 84 por ciento de la demanda se haya concentrado en Nobac, es decir, títulos que ajustan según la evolución de la tasa de interés. En un escenario de tasas creciente, es preferible posicionarse en bonos más largos que ajustan por Badlar que en otros papeles a tasa fija.
Hoy, una Nobac a un año rinde un 2,05 por ciento anual sobre la Badlar, lo que arrojaría algo más del 13 por ciento anual a los niveles actuales. Pero este nivel podría ser más alto si la tasa de plazos fijos se mueve para arriba. En cambio, puede resultar una mala inversión si la tasa va para abajo. Es evidente que hoy la amplia mayoría apuesta a que, con estos niveles de inflación y de atraso cambiario, resultará cada vez más difícil que las tasas permanezcan sin mayores variaciones a lo largo de todo el año.
También Quantum Finanzas, de Daniel Marx, sugiere que las tasas tienen escaso margen para caer. “La novedad hoy está dada por el bajo efecto que está teniendo la estacionalidad hasta ahora. Habiendo transcurrido prácticamente todo enero, los niveles de Badlar se mantienen similares a los que se registraban en diciembre, un mes en el que la estacionalidad juega a favor”.
Para los inversores, la conclusión vinculada a este escenario es que conviene posicionarse en bonos que ajusten por Badlar, aunque las Nobac del Central están reservadas para bancos e inversores institucionales.
Pero también hay bonos en pesos que cotizan en el mercado que ajustan por Badlar. Es el caso de los Bocan 2014 y 2015, que lucen más atractivos que bonos en dólares de corto plazo, como el Boden 2012, 2013 y Bonar 2013.