Ariel Maximiliano Cantero, alias Chachón, y Alexis Claudio «Tartita» Cantero son dos de los hijos de Ariel «Viejo» Cantero. El año pasado, Chanchón fue condenado a 14 años de cárcel por el crimen del policía Cristian Ibarra, cometido en julio de 2019, en barrio Godoy, y en el marco de una disputa territorial vinculada al narcotráfico, según la teoría fiscal. Mientras que Tartita cumple 18 años de prisión tras aceptar su responsabilidad en un procedimiento abreviado por el crimen de Débora Natalí Fernández, asesinada a tiros en marzo de 2020 en Colombres al 3000. Este miércoles, la Fiscalía volvió a imputarlos. Esta vez por un ilícito cometido desde la Unidad Penal 1, de Coronda, donde cumplen condena. Para la acusación amedrentaron y amenazaron de muerte a una mujer por distintos medios para que abandonara su casa en la zona oeste.
Según la investigación, la víctima había comprado la casa, ubicada en Garibaldi al 3400, a una mujer que vendía números en la cárcel de Coronda. La mujer entregó su casa, un auto y dinero para realizar la transacción unos dos años y medio atrás.
El año pasado sufrió varios tiroteos y luego denunció en noviembre pasado que dos hombres llegaron en moto a su domicilio y le dieron un papel que decía que tenía que llamar por el tema de la casa. En esa oportunidad, lesionaron de un golpe en la cabeza a su hermana, quien vivía con ella. Tras la presentación judicial, le pusieron custodia policial, contó la imputación.
Penan con 18 años de cárcel por un crimen a Tartita, hijo del fundador de Los Monos Viejo Cantero
El número telefónico
La hermana de la víctima se comunicó al número que le habían dejado los agresores cuando la golpearon. El interlocutor le dijo se presentó como Tartita y dijo que tenían que dejar la casa, caso contrario las iban a matar.
También les mandaba fotos de lo que estaba haciendo su familia, hacía referencia que era la hermana de un tal Churro, persona que, según la denunciante, es el hermano de la mujer a la que le compró la casa. La víctima terminó por irse de la casa y, a raíz de esta situación vive de forma temporal y alternada con otros familiares junto a sus seis niños, contó.
Tartita
En la audiencia, el fiscal Pablo Socca imputó a Alexis Claudio Cantero, alias Tartita de haber amenazado a la mujer para que abandonara la casa a través de dos hombres que aún no fueron identificados y quienes le dejaron un papel con un número telefónico al que se contactaron. Tras amenazarla le decía que las tenían vigiladas y les mandaba fotos. Este hecho ocurrió el 9 de noviembre de 2020 y tras la comunicación y amenaza de muerte le dio como plazo hasta el 11 de noviembre para que se fueran.
“Soy el Tartita, tienen que desalojar la casa si no quieren problemas. Yo ya sé como viene la casa y como se la sacaron porque se la compré a una pariente de la vieja que se murió. Yo me hice cargo de la casa. «O decime cuánto gastaron en lo que le están haciendo y le doy la teca. Si no salís ahora te mando a matar. Tantas vueltas vas a dar para entregarme la llave, soy el hermano de Guille –invocando al líder de Los Monos–”, fueron algunos de los mensajes que recibió la víctima.
El día que llegaron los policías
El hecho endilgado a Chanchón ocurrió el 19 de enero de este año. Para Socca, Chanchón, a través de Marcelo D. y Carolina Vanesa L. amenazó a la mujer para que abandonara su casa, ubicada en Garibaldi al 3400.
Según la imputación, estas dos personas llegaron ese mediodía a la vivienda de la víctima en moto y la amenazaron por orden de Chanchón. Ante la negativa de la mujer de irse, el joven llamó por teléfono a Chanchón y se lo pasó a la víctima en altavoz.
Chanchón Cantero fue condenado a 14 años por la ejecución mafiosa de un policía
Del otro lado escucharon al interlocutor decir: “Soy Chanchón, mano derecha de los Cantero. Mirá loca te estoy hablando por las buenas. Te doy un departamento para que te vayas con tus hijos a una casa en calle Brasil y México hasta que te acomodés y comprés una casa en la villa o atenete a las consecuencias. Si no lo querés entender se va a armar una masacre”.
Los uniformados habían llegado al lugar alertados por un llamado al 911. En la puerta de la casa vieron a una pareja junto a una motocicleta y la víctima les hizo seña.
Les contó a los policías que había escuchado el ruido de una moto y observó a un hermano de Chanchón con una muchacha, quienes le gritaron que venían de su parte y que por las buenas, tenía cinco minutos para irse y luego le pasaron el teléfono.
Los uniformados escucharon la última conversación en alta voz: “Dejá a los vigilantes de lado que no tienen que ver en esto. A esto lo arreglamos entre nosotros. Dejá de lado a esa gente que no tiene nada que ver, sino se va a pudrir todo. No denunciés porque se va a armar la podrida, si los detienen a ellos la que la va a pasar mal sos vos, porque ellos van a salir”, le refirió. Sin embargo, los mensajeros terminaron detenidos.
Tras la imputación a los hermanos Chanchón y Tartita Cantero por el delito de amenazas coactivas calificadas con propósito de obligar a una persona a abandonar su residencia habitual, el juez Román Lanzón les dictó la prisión preventiva de ambos por el plazo de ley.