El ministro de Defensa, Luis Petri, sobreactuó voluntad en el combate de la pesca ilegal en el mar argentino luego de un escándalo por la presión de un funcionario de Cancillería para hacer la vista gorda en el tema pero, otra vez, fue objeto de una réplica irónica, directo desde la Embajada China: es que la embarcación de esa bandera que supuestamente perseguía el avión Hércules al que se había subido el funcionario para sacarse fotos en el operativo y subir a las redes sociales, estaba en regla.
El primero que confirmó el yerro del ministro fue el sitio especializado Revista Puerto: «El barco chino que persiguieron, interceptaron y realizaron inspección ocular sin hallar indicios de pesca, SIEMPRE NAVEGÓ ENTRE 7 Y 10 NUDOS Y TUVO EL AIS (por el sistema de identificación automática que transmite la ubicación, identidad, rumbo y velocidad de las embarcaciones) ENCENDIDO. Todo parece indicar que se trató de un operativo para la prensa», publicó en X. Después, fue la diplomacia china: «De acuerdo con la información fehaciente que la embajada China maneja, el buque pesquero de nacionalidad china no da indicios de pesca ilegal, y ahora se encuentra en aguas internacionales realizando actividades normales».
Petri, fiel al estilo del Gobierno libertario, utilizó sus redes sociales para anunciar que participó de un operativo de patrullaje en el Mar Argentino que incluyó un despliegue por mar y aire contra una embarcación china que, según el funcionario realizaba maniobras de pesca ilegal. «¡Ningún buque extranjero operará ilegalmente en nuestra Zona Económica Exclusiva!», aseguró Petri, incluyendo imágenes de los buques implicados, «en Argentina, desde el 10 de diciembre, con el Presidente, Milei, el que las hace, las paga», publicó parafraseando al presidente Javier Milei. La veracidad de los hechos, quedó para los que le contestaron.
Patrullando el Mar Argentino desde el Hércules. La @Armada_Arg lidera los operativos de comando y control en la milla 200 para proteger nuestros intereses nacionales en el mar. La corbeta ARA Espora se suma al patrullero oceánico ARA Contraalmirante Cordero, reforzando nuestra… pic.twitter.com/QktFNp67d4
— Luis Petri (@luispetri) March 27, 2024
De acuerdo con la información fehaciente que la embajada China maneja, el buque pesquero de nacionalidad china no da indicios de pesca ilegal, y ahora se encuentra en aguas internacionales realizando actividades normales.
— Embajada de China en Argentina (@ChinaEmbArg) March 27, 2024
Papelón de la @Armada_Arg y del @MindefArg . El barco chino que persiguieron, interceptaron y realizaron inspección ocular sin hallar indicios de pesca, SIEMPRE NAVEGÓ ENTRE 7 Y 10 NUDOS Y TUVO EL AIS ENCENDIDO. Todo parece indicar que se trató de un operativo para la prensa pic.twitter.com/0OtnIeChF1
— Revista Puerto (@RevistaPuertotw) March 27, 2024
Además, el latiguillo de «el que las hace las paga» le queda flojo de papeles en una actividad que se revolucionó los últimos días por, precisamente, intervenciones oficiales para dar impunidad a un poderoso empresario originario de Taiwan pero residente en Tierra del Fuego. El episodio saltó con la renuncia de quien estaba encargado de la Dirección Nacional de Control y Fiscalización Pesquera, Julián Suárez, un reconocido funcionario con conocimiento y compromiso en la función que venía de la gestión anterior. Fue porque pretendió hacer cumplir la ley ante la evidencia de pesca ilegal de merluza negra por parte del buque factoría Tai An, de la empresa Prodesur, cuyo propietario es Liu Zhijiang.
Renuncia por apretada de Cancillería para no sancionar pesca ilegal y un pedido de lista de despidos
Las presiones para que no cumpliera con la ley, luego de que dispusiera el regreso a puerto del barco para revisión y decomiso de mercadería, provinieron de Pablo Ferra, funcionario de Cancillería que es «sobrino del corazón» de la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino. Tras salir a luz los pormenores del apriete, el responsable también tuvo que presentar la renuncia. En puerto, se comprobó que el Tai An no sólo había pescado más de 160 toneladas de merluza negra para la que no tenía asignado cupo, sino que lo hizo en una zona a la que no debía ingresar y con redes de arrastre prohibidas. Por si fuera poco, cerca de la mitad de los peces de la especie que había capturado, eran «juveniles», por debajo de la medida permitida.