El candidato a presidente de la Nación por Unión por la Patria, Sergio Massa, visitará el próximo martes las ciudades de Rosario, primero, y de Santa Fe. En la primera, cumplirá con una serie de entrevistas en medios televisivos y visitará las instalaciones donde funcionará el anunciado Comando de Seguridad Nacional, en la Estación de Ferrocarril Central Córdoba. En la capital provincial, el ministro de Economía realizará una conferencia de prensa en el aeropuerto de Sauce Viejo, una recorrida por el Parque Industrial y encabezará un acto en la Universidad Tecnológica del Litoral (UTN).
La organización de la visita a Santa Fe está a cargo del PJ provincial y los equipos de campaña de Massa, además de los diputados electos por el oficialismo. El tigrense busca apuntalar la recuperación de votos en la provincia de las elecciones generales respecto de las Paso.
A 15 días del balotaje, el ministro y candidato iniciará la semana con una visita a Córdoba, desde donde pasará a la provincia de la bota. Así, interpelará al electorado de la región Centro a través de un mensaje superador de la grieta y su compromiso de llevar adelante «un gobierno de unidad con los mejores» a partir del 10 de diciembre, que en las últimas semanas se convirtió en una de las claves de su campaña: «Se viene una nueva etapa en la Argentina».
En la recta final rumbo a la segunda vuelta, el comando electoral de UxP diseñó una agenda sin respiro con recorridas por provincias y municipios, una sucesión de actividades que incluirá la participación de Massa en el debate presidencial del domingo 12 de noviembre en la Facultad de Derecho de la UBA, en la Ciudad de Buenos Aires, donde debatirá mano a mano con su rival Javier Milei (La Libertad Avanza, LLA).
A diferencia de la campaña para la primera vuelta, UxP esta vez no centrará sus actividades proselitistas en la región norte, donde el 22 de octubre el oficialismo logró sumar cientos de miles de votos que fueron determinantes en la recuperación respecto a los resultados de las primarias.
En este tramo del calendario electoral, Massa está inmerso en la conquista de los votantes de Córdoba: se trata de un electorado complejo porque, a priori, está compuesto por votantes reacios a acompañar al justicialismo y al kirchnerismo, ya que tiene un origen de tradición radical o de peronismo disidente con un fuerte espíritu local.
Frente a la provincia mediterránea, la carta que maneja Massa es, principalmente, su perfil de dirigente moderado, dialoguista, pero con firmeza en la gestión, atributos que intenta acompañar de los de capacidad de conducción e independencia política.
En más de una oportunidad, el candidato presidencial destacó su pertenencia al espacio político creado por él mismo en 2013, el Frente Renovador, a partir del distanciamiento y ruptura con la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. «Mi jefe soy yo. No tengo jefes. A partir del 10 de diciembre, será mi gobierno. Soy peronista. Soy del Frente Renovador», son algunas de las frases que reiteró Massa en distintas oportunidades para marcar su independencia política.
Esta imagen será clave para sumar votos entre aquellos que no tienen simpatía con el kirchnerismo clásico y quienes ven a Massa como un dirigente justicialista que supera esa etapa de «K o anti K». Tras el acuerdo de Milei con el ex presidente Mauricio Macri en las 48 horas posteriores a la elección general, esa noción de «no tener jefes políticos» es una herramienta que el candidato peronista explotará aún más.
Eso también le servirá a Massa para buscar el contraste con su competidor, ya que Milei –al aliarse con Macri– le imprimió un giro drástico a su posicionamiento y quedó expuesto a ser visto por la sociedad como una figura política subordinada que es «conducida» desde las sombras por el ex mandatario.
Cómo diseñaron la campaña
Los cambios en el discurso y en la actitud de Milei y otros referentes ultraliberales de LLA fueron notorios, por lo que desde el laboratorio de campaña de UxP advirtieron en los últimos días que Massa debía destacar aún más las diferencias de perfil con el mediático economista. Para los asesores y los expertos en comunicación, la personalidad de Milei y la sospecha de una hipotética inestabilidad emocional conforman un círculo que «alarma a la gente y da miedo», porque la mayoría de los argentinos no desea que el país sea gobernado por alguien así.
En contrapartida, Massa buscará expresar un perfil «presidencialista» a través de su experiencia como gestor, el conocimiento del Estado y los rasgos políticos que lo definen, como «moderado, dialoguista y portador de propuestas a futuro». Además, en estas últimas dos semanas, el candidato remarcará su capacidad de actuar con «firmeza a la hora de tomar decisiones» y, subrayan en su entorno, «siempre a favor de las mayorías».
«Sergio no le huye a los problemas. Los toma y trabaja hasta solucionarlos como sea. El tema de la nafta es un claro ejemplo», reflexionan desde la mesa «Massa presidente», en donde esperan que esa actitud sea valorada por los electores al pronunciarse en las urnas.
Para los encargados de la estrategia de campaña de UxP, en el balotaje se pone en juego el futuro de la Argentina, pero no habrá un juzgamiento a este gobierno nacional ni a las propuestas de Massa sino que «es un plebiscito a Milei», por lo que ya en las redes sociales se lanzó la campaña «Argentina o Milei» con el hashtag #MileiNo.
Otra de las ideas que atravesará las últimas dos semanas es la propuesta de pacificación que promueve Massa, que pretende reorganizar el clima político modificando las relaciones entre los distintos partidos y la cosmovisión de la vida en el país, en el que hace años que cualquier cosa se divide en dos y cae en la denominada grieta.
«La grieta se murió. Conmigo, la grieta se termina el próximo 10 de diciembre. Voy a convocar a la unidad nacional con un gobierno de los mejores», resaltó Massa en el búnker del barrio porteño de Chacarita en el Complejo C Art Media durante la noche de los comicios generales en los que quedó posicionado como el candidato más votado.
La esquiva Córdoba
Con ese perfil, Massa visitará este lunes un distrito clave para definir el balotaje: Córdoba. Con más del 9% del padrón nacional, los votos de la provincia mediterránea serán muy importantes a la hora del recuento final, ya que varias encuestan señalan que los electores de JxC en Córdoba apoyarían a LLA en el balotaje.
Para cambiar esa tendencia y lograr el voto radical clásico y del peronista tradicional de Córdoba, Massa continuará con su convocatoria a la unidad nacional en un recorrido que arrancará en Río Cuarto, donde se reunirá con el intendente Juan Manuel Llamosas, afín al gobernador justicialista Juan Schiaretti.
En esa localidad del sur provincial se daría la puesta en marcha de la tarjeta SUBE para que sea utilizada en el transporte local. Además, visitará la localidad de James Craik, antes de arribar a la ciudad de Córdoba para el acto político durante la noche en el club General Paz Juniors.
El titular del Palacio de Hacienda recibió en las últimas horas un gesto de distancia por parte de Schiaretti, quien lo responsabilizó por el proceso de juicio político a la Corte Suprema. Sin embargo, Massa sigue sumando en paralelo adhesiones desde las bases peronistas de Córdoba, como también de dirigentes, intendentes y legisladores.
Un respaldo clave, en ese sentido, es la diputada nacional Natalia De la Sota, hija del fallecido ex gobernador José Manuel De la Sota, con quien el ex intendente de Tigre y ex titular de la Cámara de Diputados supo construir una relación de mucha confianza y amistad política.
Santa Fe, con eje en el sector agroindustrial
El martes, Massa se trasladará a Santa Fe, otra provincia que presenta un desafío para el peronismo luego de una mala elección en las Paso, que luego se mejoró mucho en la general. Santa Fe y la coalición peronista tienen una relación con vaivenes por el peso enorme de su estructura agropecuaria y agroindustrial.
Sergio Massa experimentó un crecimiento de 299,516 votos a nivel individual entre las Paso y las generales en Santa Fe, además de ganar 214,376 votos adicionales como frente. En Rosario, particularmente, fue donde recuperó la mitad de esos sufragios: tuvo un alza de 141,182 votos a nivel individual, además de añadir 98,886 votos adicionales como frente.
En ese sentido, el secretario de Agricultura y hombre de confianza de Massa, Juan José Bahillo, salió este sábado al cruce de una versión que indica que si Massa ganara las elecciones podrían subir los impuestos al campo. Fue tajante en la desmentida: «Sergio Massa está pensando en bajar impuestos al sector agropecuario y no en subirlos. Quiero llevar tranquilidad a los productores», remarcó.
Otra de las provincias adversas históricamente para el peronismo es Mendoza, donde este viernes Massa se reunió con el gobernador local Rodolfo Suárez (UCR) y luego participó de un acto en el departamento de Maipú, donde envió un mensaje a los gobernadores opositores.
«Gobierne quien gobierne, en una u otra provincia, a la hora de gobernar tenemos que dar respuesta a los ciudadanos y a las ciudadanas. Después, en la política podemos tener nuestras diferencias, competir, pero a la hora de dar respuesta tenemos que estar en la lucha por la defensa de la vida, la defensa del valor más preciado que tenemos», cerró.